El Aura es una
emanación sutil que se irradia más allá de nuestro cuerpo físico.
Todo ser vivo y
también los cuerpos inanimados emiten una radiación sutil que es parte de su
constitución energética.
Ejemplos:
► En el reino mineral, el cuarzo tiene
una gran radiación, capaz de equilibrar los ambientes y al ser humano con su
uso (gemoterapia).
► En el reino vegetal, las esencias
florales son el aura de las plantas, particularmente de la flor, que se
transmite al agua, cambiando la estructura molecular del agua y generando que
tenga una irradiación propia porque almacena energía.
► En el reino animal, el ser humano
emite radiación al exterior. Por eso podemos sentir la presencia de alguien sin
haberlo visto o podemos sentir el cuerpo de otra persona sin tocarlo.
Su extensión,
brillantez y color dependen del desarrollo del alma y de la personalidad
(evolución espiritual).
Desde la
bioenergética, todo lo que ocurre en el cuerpo físico, ocurre primero en el
plano energético. El aura muestra las causas de las enfermedades y en
consecuencia es necesario intervenir preventivamente en el cuerpo energético a
través de terapias vibracionales como Terapia Floral o Reiki.
El aura no es una
estructura fija, sino que se mueve, fluye y cambia cada día influenciada por nuestra
actividad diaria, pensamientos, emociones, dieta, hábitos, clima y entorno.
Cada persona crea
su propia aura, la cual es la extensión sutil de nuestro ser, pues refleja
nuestras emociones, pensamientos, nivel espiritual, experiencias de esta vida o
de vidas anteriores y estado de salud. En ella está lo que somos realmente, y
no lo que parecemos ser.
Campo
electromagnético-energético, asociado a la energía vital, lo cual se conoce
como Aura, y se forma cuando la energía universal entra en contacto con sistema
energético humano.
El aura le
permite establecer contacto, y captar la vibración de otro sistema, dada la
interacción de los campos.
El Aura humana
está compuesta por los cuerpos sutiles. Los cuerpos sutiles son campos de
energía con distintas frecuencias vibracionales, distinguiéndose 7 cuerpos
sutiles, que rodean al cuerpo físico:
Los primeros tres
cuerpos sutiles (Etérico, Emocional y Mental) más el cuerpo físico, constituyen
lo que conocemos como Personalidad.
El cuarto cuerpo
(Astral), corresponde a la capa espiritual de transición y adaptación de
frecuencias superiores, para que llegue información a cuerpo físico y
viceversa, permitiendo un intercambio de información entre todos los cuerpos
del aura.
Desde el quinto
al séptimo cuerpo, se habla de los cuerpos superiores.
Cada uno de los
siete cuerpos se encuentra vibrando en una frecuencia vibratoria propia. Esta
frecuencia vibratoria va aumentando desde el cuerpo físico al espiritual, es
decir, desde el más próximo al más lejano.
El aura refleja
el estado de salud de la persona. En las personas sanas, la radiación presenta
un brillo intenso y cristalino, en las personas enfermas los colores son
apagados y sombríos, en las enfermedades más graves hay manchas opacas sobre
las partes afectadas.
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