6. ¿EXISTEN PELIGROS AL
TRANSITAR EL SENDERO DE LA MAGIA?. Parte I
Existen peligros
simplemente en todos los campos. Quien es arbitro de fútbol de segunda división
B, está sometido al riesgo de que en un momento determinado enfrentarse, en uno
de esos pequeños campos que ni siquiera tienen vallas ni fosos, a un conjunto de
espectadores alterados y algo bebidos que han asistido al partido con ganas de
bulla. Para la persona que invierte su dinero bien en Bolsa, en divisas o
simplemente abriendo un negocio, existe un riesgo en todo momento, a no ser que
"compre Bonos del Estado", pero incluso en este último caso podemos
decir que su grado hipotético de seguridad es correlativo también al grado de
ganancia que va a obtener, que ciertamente no es excesivamente grande.
El único peligro
definitivo en la Magia es dejar doblegar la consciencia ante las presiones o
traicionarse a sí mismo. Es frecuente que el estudiante de Magia, si quiere
acelerar demasiado las cosas, o si se las toma como un juego, comience a
recibir unos taponazos sutiles bastante sonoros. Incluso, está más que demostrado
que, sobre todo cuando se comienza con la Magia, si se plantean unas
intenciones muy puras y muy sanas, es también frecuente que se manifiesten unas
pruebas relativamente fuertes, porque se va demasiado cándido por la vida
confundiendo la gimnasia con la magnesia. Esto está relacionado con el primer
Arcano del Tarot, al cual se le suele llamar el Arcano Cero y también el Arcano
Veintiuno, que es El Loco o, como diríamos en el Taro Cosmosicológico, el
nombre del arcano sería una "tripleta" de palabras claves: El Loco,
El Autodidacta y El Genio.
Se empieza,
ciertamente, siendo un loco, porque hay falta de experiencia y hay que pagar
las novatadas, tal como se pagan en cualquier otro terreno que es
fundamentalmente práctico, aunque tenga unas bases teóricas, tal como es la
Magia.
Esta falta de
experiencia hace que la persona entre con un gran idealismo y que piense
inicialmente que conociendo algunas fórmulas mágicas, o habiendo comprobado en
un determinado momento que algunos problemas se le han solucionado acudiendo a
la Magia, entienda que prácticamente ya no se va a encontrar con barreras a la
hora de acometer unos proyectos de mayor envergadura.
En cambio, sucede que
en esos momentos las cosas pueden salir aparentemente bastante mal, aunque
evidentemente a niveles de experiencia vayan a resultar bastante productivas.
Pero es frecuente que al introducirse en este tipo de temas, el estudiante
supravalore su capacidades e infravalore las capacidades del adversario, aunque
aquí no tenemos que hablar necesariamente de un adversario personificado en
alguien en concreto, aunque eso también puede suceder, pues es bastante extraño
que alguien a lo largo de su vida no vaya a tener ningún enemigo.
Precisamente por esta
supravaloración de las propias capacidades e infravaloración de las fuerzas
grises, el estudiante de Magia se lleva los primeros choques frontales con una
realidad que no había previsto suficientemente y con antelación. Aquí
observaremos, si este estudiante es simplemente flor de dos o tres días, o si
bien opta por tomar consciencia de lo sucedido, reconocer los errores,
revitalizarse y posteriormente actuar de manera más avanzada o perfeccionada.
También puede pasar que simplemente opte por dejar este tipo de materias para
más adelante y bajarse del burro a medio camino.
Incluso en este último
caso, si se han seguido las normas mágicas verdaderas mínimamente, no existe
mayor problema, salvo esas experiencias un tanto chocantes que hemos citado y
que pueden ser de variada índole.
Cuando sí existe
realmente problema es cuando la persona doblega su consciencia, es decir, baja
su nivel, su arquetipo o su modelo moral y pretende seguir en el camino mágico
pero traicionando ciertos conceptos que sabe que son intocables. Esto puede ser
debido a una decisión personal, porque le puede resultar más atractivo seguir
un camino no tan recto, o bien porque es influenciable y se deja presionar por
otras personas que no son de intenciones rectas. Aquí sí podemos hablar de
problemas de mayor rango, porque la persona pretende estar sin estar, ya dice
La Biblia eso de "a los tibios los vomito".
Tengamos siempre en
cuenta que a mayor nivel de energía, mayor necesidad de autocontrol.
El poder en sí no
corrompe, pero activa áreas y niveles del inconsciente que estaban dormidos,
incluso para el estudiante más preparado.
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