domingo, 7 de enero de 2024

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 77

CAPITULO IX. LOS 7 CHAKRAS.

 

PRIMER NIVEL DE PODER:

PRIMER CHAKRA: MULADHARA (LA TIERRA). PARTE I




Es el centro fundamental, el que se localiza en la base de la columna vertebral, es decir, a la altura del coxis. Se encuentra regido por el elemento tierra. Recordemos que son 4 los elementos de la naturaleza: fuego, aire, agua y tierra. Su planeta afín es Saturno, los signos zodiacales análogos son Capricornio y en segundo lugar Acuario, siendo su metal el plomo.

 

Este centro interdimensional está en relación fisiológica con las glándulas sexuales y con el plexo nervioso llamado pélvico. Pero ahora nos centraremos en las cualidades psíquicas a desarrollar por medio de este centro de energía sutil, así como también en la dimensión de experiencias con la que se corresponde.

 

La palabra Muladhara significa raíz. El nervio ciático, que es el nervio periférico más grande del cuerpo, desciende por la pierna, y por su función viene siendo como una raíz del sistema nervioso. Los pies y las piernas, al facilitarnos la locomoción, permiten que nos ocupemos de las tareas necesarias para obtener la sustancia de la tierra. Además, nuestros pies tocan el suelo que nos sustenta y a través de ellos nuestro sistema nervioso conecta con la tierra, elemento del primer chakra.

 

Si no equilibramos este chakra antes de atender a los demás podríamos crecer sin echar raíces y faltos de fundamento, y ello lo notaremos como una sensación de falta de estabilidad.

 

Hay quien piensa que nuestro cuerpo físico nos tiene como "atrapados", y que hay que tratar de superar esa servidumbre. Esta es una interpretación que mantiene la consabida división o disyuntiva mente/cuerpo y nos niega la vivencia equilibrada y unitaria de nosotros mismos. No es que el mundo físico en sí sea una trampa, sino más bien lo que se pretende es que se trascienda la simple apariencia del mundo físico.

 

La Psicología Trascendental insiste en la necesidad de penetrar hacia lo que hay detrás del plano físico, pero no huir o tratar de escapar de él. Esta última actitud sería algo similar a una persona que va al teatro y que, en su pretensión de dilucidar y profundizar en el trasfondo de la obra teatral que está viendo, decide levantarse e irse, considerando que la representación es simplemente Maya o ilusión, y que la mejor manera de entender el trasfondo es no dejarse engañar por los sentidos.

 

Parece más lógico permanecer sentado, relajado, atento y muy motivado contemplando la representación teatral, para a partir de ese caudal de información trascender hacia el intríngulis más profundo y esotérico del guión de la obra.

 

Muchísimas personas aficionadas al esoterismo, cuando piensan en cuestiones tan "espirituales" como los chakras, imaginan por lo general un movimiento ascendente de energía que nos eleva a los dioses sublimes que lo rigen todo "desde allá arriba".

 

La emisión de energía en sentido descendente, que hay quien llama "toma de fundamento", "enraizamiento", o simplemente "materialización", es tan poderosa y en todos los aspectos tan reveladora como la energía Kundalini ascendente, o quizás más...

 

La toma de fundamento, o manifestación creativa material, es un proceso de contacto dinámico con la tierra, según el cual reforzamos nuestra solidez y, lo que es más importante, nuestra presencia en el aquí y ahora.

 

Si no se trabaja adecuadamente el primer chakra somos inestables, y perdemos nuestro centro con facilidad oscilando como veletas al viento, sin tocar con los pies en el suelo y extraviándonos en un mundo de fantasías. Este desequilibrio significa que hemos perdido nuestra capacidad de contenernos y de sujetarnos a nosotros mismos. Cuando perdemos la conciencia de nuestras raíces y de nuestros cimientos, la atención se distrae del momento presente, y es cuando los demás nos juzgan como "ausentes"; en esta situación psicológica particular notamos que la incapacidad para conectar con el aquí y ahora es enorme, lo cual genera un círculo vicioso por efecto del cual desearíamos "estar en otra parte", o simplemente evadirnos.

 

A través de nuestras raíces recibimos alimento, fuerza, estabilidad y desarrollo, y cuando estamos separados de la fuerza magnética de la naturaleza esto nos conduce a una situación de aislamiento, por lo que podemos ser víctimas fáciles de cualquier manipulación.

 

Cuando nuestras raíces conectan y reciben la vibración terráquea, entonces estamos ligados abajo, próximos a la tierra y humildes, afianzados en el suelo con una sensación íntima de seguridad porque sabemos que YA NO ES POSIBLE CAER. Vivimos sencillamente en un estado de gracia marcado por la tranquilidad, la solidez, y la seguridad. No podemos olvidar que el plano terrestre es un gran circuito de pruebas para nuestros ideales, creencias y proyectos. Aquello que tenga fondo, sustancia y cimientos hallará su camino para manifestarse, lo mismo que sucede con nuestros pensamientos y acciones los cuales, repetidos y ejercitados suficientemente, condensan las ideas en manifestaciones sólidas y tangibles.

 

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