CAPITULO IX. LOS 7 CHAKRAS.
PRIMER NIVEL DE PODER:
PRIMER CHAKRA:
MULADHARA (LA TIERRA). Parte II
Esta idea de tomar la energía vital de la Tierra a través de nuestras raíces se conecta también con el concepto de la salud y de la enfermedad. Cuando estamos separados o desligados de esa fuerza de la madre naturaleza, entonces perdemos la conciencia de la unidad con nuestros orígenes, y la enfermedad y el desequilibrio pueden surgir. Por ello, el desarrollo del primer chakra significa también la superación de la enfermedad y de las limitaciones físicas. La toma de fundamento o enraizamiento implica limitación. Cada paso a través de los chakras en sentido descendente se dirige hacia lo más sencillo, lo más definitivo y lo tangible. Esta limitación, que por lo general asusta a muchos, es un principio esencialmente creador. Si no limitamos nuestras opciones o nuestras actividades nunca podremos terminar nada. Así, la limitación es imprescindible para la manifestación. El enraizamiento o la toma de fundamento es la aceptación armoniosa de la limitación natural humana.
Así como un pararrayos protege el edificio en el cual está instalado enviando las cargas eléctricas a tierra, igualmente nuestro enraizamiento protege al organismo psicofísico evitando la "sobrecarga" con las tensiones de la vida cotidiana. Por ello, podemos decir que el enraizamiento es una manera de disolver el estrés.
Recordemos que los chakras filtran la energía del ambiente y que su patrón giratorio determina ciertas frecuencias, con lo cual sólo las vibraciones resonantes o afines a ese patrón giratorio pueden penetrar el chakra y acceder al núcleo de la conciencia. Las demás vibraciones son rechazadas y forman lo que se podría llamar el "ruido de fondo", el cual por lo general es olvidado con facilidad por la mente consciente.
Hay muchas personas que piensan que por el simple hecho de trabajar intensamente los chakras superiores las puertas del cielo se abren de par en par, pero con frecuencia se pueden presentar experiencias duras, las cuales demuestran que eso no es así. Las dificultades psíquicas que poseen algunas personas provienen de tener los chakras superiores demasiado abiertos, al tiempo que los inferiores carecen de la estabilidad necesaria para soportar el "bombardeo" de energías psíquicas que captan "por arriba". Es lo que se ha dado en llamar "hipersensibilidad psíquica", algunos de cuyos casos llegan a necesitar de psicólogos o inclusive de psiquiatras. Por ello, el sentido común recomienda a este tipo de personas hacer ejercicios físicos, realizar manualidades, y desarrollar tareas cotidianas tan sencillas como cortar el césped o pintar una valla con alegría y plenitud, para de esa manera ir equilibrando los chakras inferiores con los superiores.
Tomar fundamento y
enraizarse es similar al acto de enfocar el objetivo de una cámara fotográfica
hasta lograr que la doble imagen se funda en una sola. Es algo así como
unificar en un punto intermedio el ideal con la simple realidad.
Cuando las raíces o fundamentos personales están funcionando correctamente, las decisiones se toman con facilidad, se disipan enseguida las preocupaciones relativas al futuro y los acontecimientos del presente adquieren más interés, brillo y genialidad.
El espiritualista verdadero da cada vez más importancia al trabajo, ya que sabe que toda la naturaleza trabaja de continuo y que ése es uno de los aspectos fundamentales de Dios. No hay que entender la rutina como tal, sino como un proceso de repetición, ejercitamiento y concentración, y es uno de los caminos más sencillos para que las energías sutiles adquieran densidad suficiente y se manifiesten en la realidad. Por el contrario, la persona que tiene que desenvolverse en condiciones de cambios e improvisaciones permanentes se agota en el simple nivel de la supervivencia, que es el del primer chakra, puesto que se ve obligado a rehacer sus cimientos una y otra vez.
En el lado opuesto encontramos que una exagerada adhesión o amor por la rutina y la invariabilidad puede ser igualmente nociva. Tengamos en cuenta que el mundo físico no es la meta, sino solamente un instrumento.
El primer chakra se
encuentra conectado igualmente con los instintos básicos, entre los cuales
encontramos el instinto de supervivencia. Si bien es altamente involutivo que
los chakras superiores o los estados superiores de la conciencia estén
subyugados a los instintos que residen en los chakras inferiores, también puede
ser tremendamente negativo para la evolución personal que los instintos del
primer chakra sean anulados, adormecidos o dejados en un plano de actividad
mínima. Así por ejemplo, el instinto de supervivencia hace reaccionar nuestro
organismo psicofísico global ante cualquier peligro o amenaza para la
integridad personal, pero no sólo en el plano físico, sino también cara a
nuestra integridad psíquica, mental e, inclusive, espiritual. Por esto no es
raro que aquellas personas que basan su desarrollo personal casi exclusivamente
en el cultivo de los chakras superiores, de carácter más abstracto, en
ocasiones tengan enormes "patinazos" en asuntos de la vida cotidiana,
los cuales cualquier otra persona normal y corriente e incluso sin cultura
podría evitar con gran facilidad. Este es el síndrome del "mucho para arriba
y casi nada para abajo", quizás llevando al extremo aquello de que
"buscar primero el reino de los cielos y los demás vendrá por
añadidura". Es obvio que nada debería llevarse al extremismo, que es lo
que se da en llamar hoy en día "fundamentalismo", puesto que la realidad
humana y la realidad histórica demuestran que los extremos no son buenos.
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