sábado, 30 de noviembre de 2024

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 138

 


3. ¿ES LA HUMILDAD UNA CLAVE ESENCIAL EN MAGIA? Parte III

En el sentido contrario, el mismo error o el mismo desequilibrio se manifiesta cuando la persona se cree más de lo que realmente es capaz de manifestar en un momento determinado de su trayectoria espiral evolutiva. Eso produce también una alteración en la conciencia del yo y, por tanto, no se está siendo de igual manera, un buen canalizador o un buen "aparato de radio" de las ondas cósmicas que continuamente estamos recibiendo.

 

Por ello, tanto lo comúnmente denominado complejo de inferioridad como el también llamado complejo de superioridad son desequilibrios en la conciencia, que curiosamente suelen alternarse en un momento y en otro, al igual que muchas veces una semana de depresión es consecuencia de una temporada reciente en la cual existió sobreexcitación o estrés en el sistema nervioso.

 

Por tanto, para ser capaz de maniobrar las energías que en todo momento nosotros recibimos, es necesario mantener una conciencia justa del yo o del ego, como dicen algunos místicos.

 

Si nos creemos demasiado poco, realmente estamos cerrando demasiado el diámetro del diafragma, tal como sucedería con una cámara fotográfica, con lo cual, no habrá suficiente luz en la fotografía. Por el contrario, si se abre excesivamente el diafragma y pensamos que estamos por arriba de nuestras posibilidades o de nuestra altura de vuelo, entonces, siguiendo el mismo símil, el diafragma se abre excesivamente y la foto sale demasiado clara o inclusive semivelada.

 

Este es el concepto amplio de lo que entendemos por humildad, y es algo especialmente difícil, probablemente más que el equilibrio que realiza el equilibrista o funámbulo sobre el cable colocado a muchos metros de altura en el circo. Esto recalca la idea de que el equilibrio en el ser humano tiene que ser un equilibrio dinámico y de que continuamente hay que realizar un proceso de ajuste, puesto que somos muchísimo más complicados que el más complejo sistema de radio aficionado.

 

Si mantenemos ese grado de apertura hacia las fuerzas cósmicas circundantes en su justo nivel, entonces logramos interpretar bien la señal.

 

Si se produce un excesivo cierre o una demasiada apertura, entonces esas ondas las continuamos recibiendo, pero sucede que ya entran distorsionadas y nuestro cerebro no es capaz de interpretarlas correctamente. Esto, frecuentemente conduce a desviaciones en el justo sendero en el caminar de la conciencia, con pérdidas de tiempo relativamente importantes.

 

Esto sucede a pesar de que, como ya sabemos, tales teóricas pérdidas de tiempo servirán para tomar conciencia de facetas de la realidad desequilibrada que nos van a hacer tomar una mejor conciencia de cuál es el verdadero equilibrio. Por tanto, el caminar de nuestra conciencia es frecuentemente serpenteante, ya que, al ser capaces de recibir un mayor nivel de energía en una determinada etapa, es bastante normal que se produzca un excesivo cierre o una demasiada apertura con respecto a esas fuerzas universales. Por ejemplo, la persona que ha subido socio-profesionalmente de un manera rápida, puede empezar a patinar en ese nuevo nivel vibratorio de energía kundalínica material, y eso es debido precisamente a que ante una nueva amplificación de su conciencia y de su campo de acción, se encuentre hasta cierto punto realizando sus primeras novatadas.

 

En esos momentos, le puede suceder tanto que se sienta inseguro y que se considere un tanto incapaz de manejar esas nuevas posibilidades y responsabilidades como, por el contrario, que incluso alternando con otros momentos se sienta demasiado eufórico y casi dueño de medio mundo.

 

Estas sensaciones comentadas son especialmente importantes de analizar internamente para saber en cuál de las tres fases se encuentra nuestra conciencia, ya que existe una fase de excesiva amplificación, otra de excesivo cierre y una tercera del justo equilibrio.

 

Humildad no es creerse poca cosa, sino saber estar en el sitio justo y en el momento justo. Esta es una frase que puede iluminar bastante el tema que estamos comentando, ya que la conciencia se encuentra en una interrelación con el mundo de la realidad y, por tanto, esto significa lo mismo que decir que la conciencia está en intercomunicación con la esfera espacio-temporal.

 

Debido a ello, cuando nuestros movimientos, nuestras acciones, nuestras decisiones, nuestros pensamientos o nuestros sentimientos están un tanto desligados de nuestra realidad, significa que existe un desajuste de nuestra conciencia, y esto se ha de solucionar lo más rápida y certeramente posible.

 

No es buena sensación para el espíritu el encontrarse aparte o aislado del mundo real pensando, como al principio se interpretó en ciertos libros semiesotéricos, que la realidad es simplemente Maya o ilusión. Esto ha sido una interpretación errónea del concepto Maya proveniente del hinduismo, al igual que el concepto Karma que llega de la misma cultura también ha sido sacado totalmente de su contexto original.

 

El concepto de Maya nos indica que la realidad circundante de por sí sola puede efectivamente engañar, tal como dicen algunos refranes: "no es oro todo lo que reluce", "las apariencias engañan", etc. La cuestión es que para superar este efecto de imagen aparente es necesario trascender hacia el mundo oculto que se encuentra detrás de esa realidad física, y ahí es cuando esa conjunción entre la realidad visible y la realidad invisible nos va a dar, según el concepto del objeto y su imagen especular, la verdadera clave acerca de la realidad. Por tanto, no penetrar en la realidad y no realizar esa coherencia o esa chispa eléctrica entre conciencia y materia significa estar eludiendo nuestra propia responsabilidad.

 

Maya no es un visado para huir de la realidad e ir dejando la solución de nuestras situaciones o problemas cotidianos para más adelante o incluso para casi nunca. Esto es una mala técnica para la conciencia, ya que tarde o temprano nos vamos a encontrar en la realidad ante nuestra propia imagen especular, es decir, se van a comenzar a desajustar determinados elementos de nuestras situaciones personales, lo cual estará indicando simplemente que existe un desbarajuste o un deslavasamiento entre la conciencia del yo y la realidad circundante.

 

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