2. ¿QUE PRETENDE LA MAGIA?. Parte III
Por tanto, la Magia no
pretende inventar, ni guiar y ni siquiera iluminar a nadie. La Magia se pone
fundamentalmente al servicio de la evolución, y si pensamos que la evolución es
algo increíblemente inteligente y con una potencia inigualable, es lógico pensar
que quien se ponga a favor de la evolución no va a tener precisamente falta de
trabajo, y que no va a estar desocupado. Por tanto, aquí entablamos contacto
con el sentido original de la palabra Magia que viene de maestría o magisterio,
de la raíz etimológica Magister. Por tanto, significa ir adquiriendo un mayor
talento, un mayor don o capacidad sobre las fuerzas naturales a las cuales
puede tener acceso el ser humano y que ciertamente, en la teoría no poseen
límite. Por tanto, existe una gran unión entre la palabra Magia y el concepto
de karma. Especialmente, hay que entender que la palabra karma está siendo
deformada en su concepto original. Se asocia comúnmente como una especie de
observación pasiva de la realidad, en la cual, ya todo está predeterminado en
función de los actos anteriores. Todo lo contrario ocurre con la palabra karma
si vamos a su raíz etimológica sánscrita, que precisamente se refiere al
concepto de "acción". Por tanto, por un lado tenemos la Magia como
manejo de las fuerzas, y el concepto karma como acción y participación activa.
El Mago ciertamente es
alguien que está al servicio de..., y no utiliza la ciencia mágica para
servirse de... Quien intente esta última vía, sistemáticamente siempre va a
caer del círculo de protección mágico, y ahí no se podrá quejar de las
consecuencias.
Ciertamente existen
desviaciones de la Magia. Se le ha dado diferentes denominaciones: como magia
negra, como magia gris, etc. En realidad, sólo hay una verdadera Magia, que es
la Magia Blanca.
Este es un punto muy
importante. Podemos pensar que hay personas que se vuelven maestras en el arte
del mal. Quizás pensemos que también eso es maestría, porque se está
adquiriendo una destreza en el uso de las fuerzas personalistas, egocéntricas,
egoístas o incluso contrarias a la verdad. Pero si entendemos que la Magia
reside en las fuerzas cósmicas, y que el fin último del Universo es la
evolución de la conciencia, queda claro que el concepto de magia negra es
contrario o se mantiene ignorante del propio fin último del Universo.
Lógicamente, hay personajes a lo largo de la historia que han pretendido
cambiar el decurso de la misma para llevar las cosas a su terreno o a su idea
personal, pero siempre se ha demostrado que el ser humano no se puede enfrentar
al decurso histórico y biológico de los acontecimientos.
Por tanto, el concepto
teórico de la magia negra sería algo relativo en tanto en cuanto no es posible
ir en contra del plan cósmico evolutivo que conduce hacia la realización de la
Magna Obra. Esto, evidentemente, no significa negar la existencia de la magia
negra, sino todo lo contrario, ya que ésta se encuentra enmarcada dentro de la
ley de polaridad, que al fin y al cabo es una manifestación de la ley de la
unidad, una vez que la unidad entra en la dinámica real. Así, la magia negra se
coloca a favor de las potentes fuerzas autodestructivas que existen en el
universo, siempre entendiendo que estas últimas se encuentran enmarcadas en el
plan total divino.
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