Por todo lo comentado, es perfectamente posible que las personas que trabajan o que "piensan" por la paz del mundo -y por la neutralización de las fuerzas oscuras- están conectadas entre sí, lo sepan o no.
Evidentemente, hay casos y cosas, es decir, hay cientos de millones de personas en el mundo que tienen un cierto idealismo que profesa un determinado tipo de culto, o que simplemente, mantienen en su mente intenciones positivas cara a sus semejantes. Todas estas personas en realidad forman como un primer gran círculo de protección, el cual es sumamente importante, aunque no es por el momento demasiado fuerte ni tampoco muy selectivo.
Explicando lo anterior, diremos que hoy en día existe una cierta falta de comunicación o de unidad de esfuerzos entre todas estas personas que mantienen unas intenciones positivas cara hacia el género humano. Esto sucede, paradójicamente, en una época en la que existe el teléfono, radiotelecomunicaciones, satélites y un sinfín de elementos que teóricamente servirían para unir y unificar más las voluntades. Pero, simultáneamente, por el lado de lo oscuro, existen toda una serie de prejuicios y de información basura que a través de las ondas, se trasmite a todo el globo terráqueo, y en definitiva, a cualquiera que tenga a su disposición una simple radio, y no digamos ya un televisor o algo más sofisticado.
Por tanto, hoy en día existe un gran ruido de fondo que hace que muchas veces las personas pierdan la fe en esos pensamientos o intenciones positivas, puesto que las noticias que se divulgan fundamentalmente, que dan la vuelta al mundo, tienen un carácter enormemente negativo y apenas un pequeño porcentaje de esas noticias proporcionan hechos acerca de valores humanos como la nobleza, la valentía, la creatividad a favor de la paz, etcétera. Todo esto, evidentemente, hace que ese primer gran círculo de protección todavía necesite fortalecerse mucho más, lo cual solamente se conseguirá cuando los seres humanos, fundamentalmente aquéllos que podríamos considerar como personas de mente positiva, vayan abandonando su individualismo y sus miedos, tal como diría el papa Juan Pablo II.
El temor y los miedos precisamente son uno de los grandes retos y uno de los grandes lastres que posee la humanidad hoy en día para terminar de penetrar en una forma relativamente mayoritaria en ese primer gran círculo de protección de una manera afianzada.
Hoy en día se precisa tener una mente fuerte y disciplinada para mantener la visión interna, que es lo que los tibetanos llamarían como ubicación física o astral el Tercer Ojo, y ser capaces de ver y abrirse camino mentalmente entre tanta espesura, maleza de intenciones contradictorias y ruido de fondo bastante notable.
Ya las personas que tienen esa capacidad mental suficiente y esa autodisciplina interna como para participar de manera activa y no solamente para desear una paz mundial en términos generales, pueden penetrar en lo que podríamos denominar un segundo círculo de protección, el cual, lógicamente, tiene como todo sus ventajas y sus incomodidades. En este caso no podríamos hablar realmente de desventajas, aunque sí de algunas pruebas que lógicamente se presentan a estas personas. En primer lugar, se trata de cómo afinar con un sistema o una teoría espiritual sin fanatizar y sin dejarse engañar por la multitud de ofertas de carácter sectario que hoy en día existen. Es decir, cuando la persona se plantea colaborar de forma activa con la creatividad y con la evolución mundial, entonces no sabe en determinadas ocasiones por qué grupo o grupito decidirse, o si simplemente seguir una línea individualizada, lo cual también es totalmente posible.
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