Necesitamos:
3 velas: roja (amor), verde (salud), amarilla (riqueza),
250 g de azúcar,
1 plato,
cerillos.
Así se hace: fijas las velas al plato formando un triángulo
y las enciendes.
Ve pidiendo tus deseos de estabilidad y fortuna para ti y
los tuyos, y con cada uno echa un
pellizco de azúcar sobre la llama de la vela que corresponda
(amor, salud, dinero...).
Retira el azúcar que haya caído al plato y resérvalo.
Mientras las velas se consumen, escribe en un papel todos
los deseos de protección y de
estabilidad que quieras para tu hogar y déjalos a la luz de
la Luna llena toda la noche.
Por la mañana, quémalos y recoge las cenizas.
El paso final del ritual consiste en calentar en un cazo el
azúcar reservado,
la cera de las velas y las cenizas.
Extiende esta mezcla en un plato y deja que se enfríe.
Finalmente, córtalo en trocitos que repartirás por toda la
casa o llevarás encima, a modo de
amuleto.
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