El 21 de diciembre es una buena noche para abrir la
puerta a la magia y la esperanza y confiar en que se cumplirán nuestros deseos.
A continuación un buen ritual para lograrlo.
Necesitas:
- 5
dientes de ajo pelados
- Un
vaso de agua
- Una
vela blanca
- Una
hoja de papel y un lápiz.
Pasada la media noche, toma el papel y el lápiz y haz una
lista con los cinco deseos que más anhelas, numerándolos del 1 al 5. Luego toma
los ajos y pinta en cada uno un número, también del 1 al 5.
Enciende la vela y, junto a un vaso transparente lleno de
agua, la colocas en una mesa cercana a una ventana abierta. Debajo de
la vela pon el papel con los deseos y alrededor del vaso los ajos,
dejándolo así hasta que la vela se consuma al día siguiente.
El agua del vaso la guarda en un frasco para utilizarla
cuando necesites cargarte de energía positiva (se utilizará a modo de perfume o
colonia). Los ajos y el papel con los deseos los envuelves en el
pañuelo blanco de papel y los guardas tres meses en un sitio oscuro.
Al abrirlo -pasado ese tiempo- los ajos podridos
serán deseos no cumplidos y los secos pero en buen estado serán buenos
deseos concedidos (unos se cumplirán inmediatamente y otros habrá que esperar a
verlos realizados).
Los ajos los guardas para
quemarlos en la siguiente noche del solsticio de invierno o verano o sea el próximo 21 de diciembre.
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