SEGUNDO NIVEL DE PODER: parte III
OCTAVO. El ciclo tri-unitario.
Podemos aumentar la potencia, el efecto y la
amplitud del acto mágico sonoro repitiendo en dos nuevos ciclos las fases
cuatro, cinco, seis y siete e, incluso, las fases tres, cuatro, cinco, seis y
siete, si es que queremos tener unos momentos de nueva concentración en la
diana antes de realizar la segunda y la tercera vocalización de la palabra
mágica.
El procedimiento no tiene ninguna variación,
sino que se trata solamente de una repetición de los pasos mencionados.
Lo que sí cambia es el poder del acto al
pronunciar la palabra mágica tres veces que, por cierto, siempre se ha de
vocalizar en número impar, es decir, o la pronunciamos una vez, o la
pronunciamos tres veces, o la pronunciamos cinco veces, pero nunca dos o
cuatro. Esto se debe a que en Magia los números impares son de carácter
espiritual, mientras que los pares son de tónica material.
El significado de pronunciar la palabra
mágica tres veces es establecer un fase física, una fase astral y una última
fase espiritual. Quiere decir esto que al pronunciar tres veces la palabra
BETH, por ejemplo, que significa Templo, estamos provocando un efecto mágico de
mayor envergadura.
El único requisito es que la persona tenga ya
suficiente práctica y capacidad de concentración como para realizar la
repetición de la palabra mágica por tres ocasiones. En el mencionado caso, el
practicante así estaría invocando la entidad "Templo" en sus tres
niveles (físico, astral y espiritual).
Como dice en la novela de ciencia ficción
"Dune", la cual ha sido llevada al cine, "hay ciertos
pensamientos que poseen una palabra la cual, al ser pronunciada, los convierte
en forma".
= NOVENO. Meditación en la figura asociada.
Para terminar con un ciclo de nueve pasos, el
practicante u operador de Magia puede permanecer durante unos minutos en
silencio visualizando mentalmente la imagen de la figura asociada. En el caso
que veíamos, se permanecería unos minutos potenciando mentalmente la imagen del
Templo. Esto se hace a la vez que se toman respiraciones suaves y profundas.
Lo que se pretende con las fases ocho y nueve
es aumentar la potencia del efecto mágico. Supongamos que el operador (Mago o
practicante) ha pronunciado la letra BETH para conseguir la materialización de
circunstancias espirituales más favorables para otra persona que está
necesitando una activación o revitalización de su fe en lo divino. Supongamos
que esa persona, a la cual el Mago quiere beneficiar, está pasando por una
época de escepticismo y falta de confianza en lo trascendental, con lo cual es
lógico invocar y generar en los planos sutiles un "rayo sonoro"
ligado al Templo.
Vamos a traducir esto. El acto mágico lo que
pretende es generar un chispazo interdimensional que haga posible que
determinado tipo de energías, experiencias, vibraciones o manifestaciones
aterricen o se produzcan alrededor de la persona necesitada, tanto en el plano
visible como en el invisible. El acto de la Magia sonora sirve para generar ese
chispazo o rayo. Es decir, se quiere provocar la manifestación concreta de algo
que ya existe en el universo, lo cual es en este caso la fe o la
espiritualidad.
Todos sabemos que la fe y la espiritualidad
existen en el universo como formas o manifestaciones de la energía divina, pero
otra cosa bien distinta es que el sujeto D (diana), al cual trata de ayudar el
individuo A (el Mago), tenga acceso en ese momento de su vida a tales energías.
Por lo que hemos dicho, ocurre precisamente lo contrario, pues el sujeto D está
un tanto perdido espiritualmente hablando.
Todo esto nos expresa perfectamente que el
Mago no crea nada, sino que mediante su conocimiento y su fuerza es capaz de
atraer, condensar o enlazar con una fuerza que existe ya en el universo.
Otra cuestión fundamental es, aparte de que
el Mago sepa hacer el proceso, que la persona que va a recibir ese beneficio
esté abierta a un cambio de rumbo o de tónica, y a la llegada de nuevas
experiencias en su vida, puesto que de otra forma sería como pretender que una
lluvia de unas pocas horas penetrara completamente una roca muy pulida.
En síntesis, es preciso contar con la
"permeabilidad" del sujeto D, entendido esto como sensibilidad y
apertura por parte de éste.
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