Como resumen, podemos decir que las letras hebreas como formulación mágica se pueden usar de cuatro formas diferentes:
= PRIMERO. Vocalización individual.
La letra hebrea se pronuncia como un mantram
una o varias veces, con el fin de insistir en su vibración y de esa manera
producir un efecto más potente. Esto se realiza según el procedimiento
explicado de Magia sonora, en siete o en nueve fases.
En caso de que se quiera pronunciar la letra
hebrea varias veces repetidas, se recomienda hacerlo tres veces, o bien, en
múltiplos de siete, es decir, 7, 14 o 21 veces.
= SEGUNDO. Combinación de letras separadas.
Se eligen dos o tres letras hebreas para
generar una cadena o efecto combinado entre sus atributos o poderes.
Una manera sencilla para hacer esto es elegir
tres letras hebreas cuyos significados sean similares como, por ejemplo, la
letra Decimosegunda (LAMED), la letra decimotercera (MEM), y la letra vigésima
(RESCH), cuyas correspondencias con el Tarot son, respectivamente, El Colgado o
el Iluminado; La Muerte o El Renacimiento; y La Resurrección.
Concretamente, esta combinación de tres
letras hebreas se aplica en casos de alta presión psíquica, con lo cual estamos
estableciendo una secuencia lógica, comenzando con El Colgado o El Iluminado,
que representa una situación de cierta crucifixión interna, pero de
experiencias altamente místicas; en segundo lugar, encontramos la necesidad de
pasar por el punto de Muerte o de Renacimiento, para lograr el desapego total;
y, en tercer lugar, visualizamos La Resurrección o la Transmutación, que es la
salida completa de la situación anterior, dando lugar al descubrimiento de altas
potencialidades internas.
Veamos ahora un segundo ejemplo más ligado a
la realidad material y supongamos que, concretamente, relativo a una situación
de dificultad económica y de falta de trabajo. Según la secuencia que
proponemos a continuación, le daríamos un enfoque fundamentalmente positivo, es
decir, tratando de compensar una situación psicológica interna en la cual la
persona se encuentra especialmente pesimista e insegura acerca de sus
posibilidades profesionales y materiales. Nosotros, por tanto, lo que
intentaremos con la siguiente formulación mágica es aumentar sus perspectivas y
procurar que la persona capte otro tipo de vibraciones más abundantes, con las
cuales tiene que conectar para salir de su situación crítica material.
En relación con esto, sugerimos primero la
letra TAU, el Mundo, cuyo significado hará captar el sentido de la evolución
espiral de la materia a partir de la cual, la persona, si es capaz de
administrar los pequeños o minúsculos recursos materiales que posea de forma
adecuada, ahorradora y conveniente, verá como posteriormente pasa a un
siguiente círculo de la espiral. En esta segunda fase, sus ahorros o sus
ingresos habrán aumentado un poco, y así sucesivamente. Es Tau, por tanto, el
símbolo de la evolución lógica de la materia, con la base de un control,
racionalización y administración adecuados desde el principio. Aquí podemos
aplicar la enseñanza bíblica de "quien es fiel en lo poco, es fiel en lo
mucho".
La segunda letra dentro de la trilogía hebrea
será ALEPH, relacionada con el Mago, símbolo del dominio sobre los elementos.
Esta es la continuación perfecta en la trilogía, ya que se requiere arte,
destreza, técnica, conocimiento, voluntad y coordinación mental, pera ir
aumentando las capacidades económicas y profesionales, proceso en el cual
intervienen los cuatro aspectos fundamentales de la vida: la materia o Tierra,
los sentimientos o Agua, la planificación mental o Aire y, por último, la
voluntad y la iniciativa, el Fuego.
El tercer elemento de la trilogía es DALETH,
relacionada con El Emperador o El Constructor, arquetipo cósmico del poder de
construcción, la materialización, el realismo, el control sobre las propiedades
y riquezas materiales, la fructificación material, el trabajo voluntarioso, la
germinación de la materia, y la productividad. Esta tercera fase de la trilogía
nos habla de la necesidad de la paciencia, la constancia y la seriedad para
apuntalar y solidificar en el tiempo los bienes conseguidos.
Como tercer y último ejemplo de trilogía
mágica hebrea, supongamos que alguien tiene que tomar una decisión muy
arriesgada antes de lanzarse a un proyecto que va a requerir valor, fuerza y
energía, con el problema añadido de que se prevé que no va a haber una segunda
oportunidad, sino que se va a tratar de una tentativa de "al todo o
nada".
Sugerimos la trilogía formada por THETH,
análoga a El Ermitaño; en segundo lugar, AYIN, relacionada con La Torre; y, por
último, como tercer elemento, ZAIN, conectada con El Carro.
La inclusión del primer término de la trilogía,
basado en THETH, significa la necesidad de establecer un período de profunda
reflexión y meditación práctica para calcular fríamente los antecedentes y las
posibles consecuencias del acto a realizar. Resulta curioso que sea la figura
mental asociada de la "serpiente" la que haya que visualizar en
primer lugar, ya que este animal representa la astucia y el mantenimiento
zigzagueante del equilibrio.
El segundo término es AYIN, análogo a La
Torre, y cuya figura mental asociada es el "ojo" o, también, la
"luz", "el rayo de luz" o el "faro". Aduce al
momento en el cual hay que atacar la "fortaleza", que es en sí el
problema y, siendo la lucha algo tan rápido y enérgico, es necesario tener gran
capacidad de visión (el ojo), y no perder nunca como punto de referencia el
rayo de luz del faro, lo cual significa no caer en luchas de carácter pasional
o personalista, sino batallar en pro de un objetivo luminoso.
El tercer componente de la trilogía es ZAIN,
análogo al Arcano El Carro, y cuya analogía es la "espada",
representante del uso dinámico, controlado y enérgico de la propia energía
vital. Además, El Carro significa el despliegue coordinado y espontáneo de
todas las facultades vitales para alcanzar cuanto antes el triunfo, la meta o
la victoria.
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