CAPITULO VIII. LA MAGIA CURATIVA Y LOS 7 CHAKRAS.
PRIMER NIVEL DE PODER:
LOS CHAKRAS, PUERTAS
INTERDIMENSIONALES DEL MICROCOSMOS.
Siete ventanas se abren desde nuestro nivel sutil hacia el Cosmos, haciéndonos seres ligados en cada momento al universo en sus diferentes niveles de existencia, tanto visibles como invisibles.
Necesitamos estudiar el mundo de los chakras para entender que nuestra ligazón con el Macrocosmos es algo real, y a la vez mejorable. El ser humano está ligado al Macro aunque jamás se haya parado a pensar en ello. Las energías cósmicas en todo momento llegan y penetran a cada ser humano.
Se podría decir que los 7 chakras son la emanación en el plano psíquico o astral de las 7 glándulas endocrinas o, dicho de otra manera, los 7 chakras son la contraparte astral sutil de las 7 glándulas endocrinas del cuerpo físico. Precisamente, en el dominio de la fisiología las glándulas endocrinas o de secreción interna establecen una clara relación entre fisiología y estados psíquicos, a pesar de que todavía son muchos los puntos que permanecen obscuros para la endocrinología.
Nosotros nos vamos a
centrar ahora en la vertiente mágica, energética y de terapia de los chakras.
SEGUNDO NIVEL DE PODER:
TEORIA MODERNA SOBRE
LOS CHAKRAS. Parte I
Todo en el universo se
comporta de manera espiral, o "espiritual". Todo absolutamente en el
Cosmos está hecho de ruedas o núcleos giratorios de energía, desde las
majestuosas galaxias espirales de decenas de miles de años luz de diámetro,
hasta los minúsculos átomos que conforman un pequeño grano de arena. Las
plantas, los troncos de los árboles, los planetas, los seres humanos, el
universo infinito... todo está compuesto de partículas con movimientos
circulares en torno a un núcleo, ya sea en el nivel macrocósmico, por ejemplo
el sistema solar, como en el nivel microcósmico, en el caso de los electrones
girando vertiginosamente en torno al núcleo. Por tanto, el concepto de círculo,
espiral, rueda o movimiento orbital en torno a un núcleo es una manifestación
universal en la naturaleza.
Los chakras de alguna
manera son remolinos o vórtices de energía en los cuales se produce una
intersección o nudo de fuerzas vitales de la naturaleza. Cada chakra capta,
cataliza y emite energías y fuerzas vitales en los planos sutiles, sobre las
cuales se va a sustentar la estructura y la evolución de nuestra conciencia; es
decir, los siete chakras en conjunto forman un método arquetípico para modelar la
conciencia y, por ende, tal sistema es un instrumento valioso de desarrollo
personal de carácter mágico, con enormes posibilidades de aplicación en la
terapéutica.
Dicho de otra manera,
los chakras son centros o nódulos de enorme actividad energética, la cual se da
con tres funciones: receptiva, asimiladora y transmisora de las energías
vitales. Los chakras son núcleos centrales en esa complicada red sutil que
coordina nuestro cuerpo y nuestra mente. Es bien sabido que las experiencias en
la vida en cada persona no se manifiestan o no se presentan de manera fortuita
o desorganizada y, además, cada individuo ante las vivencias que tiene frente a
sí desarrolla unos comportamientos coordinados, los cuales le condicionan
simultáneamente en lo físico, emocional, mental y espiritual. Es decir, si
alguien recibe por sorpresa la visita de alguien muy querido que estaba en el
extranjero, esta situación provocará una reacción simultánea en todos los
niveles: expresión facial coordinada de alegría, cierto estremecimiento en el
pecho, dilatación de las pupilas, infinidad de recuerdos de la infancia que
llegan a la memoria y tratan de aflorar desde el subconsciente hacia el
consciente, pensamientos relativos al por qué y el cómo de la imprevista
visita, y así sucesivamente... Es decir, desde los comportamientos más
instintivos hasta los esquemas de actuación más conscientemente planificados, y
desde las emociones cotidianas hasta los actos de inspiración artística, los
chakras son los arquetipos, estereotipos, modelos o "programas" en
función de los cuales el ser humano recibe, transforma y emite simultáneamente
en los diferentes niveles en los cuales él existe.
Son por ello los
chakras elementos inteligentes y coordinadores que tienden un puente continuo y
sutil entre la mente y el cuerpo, el espíritu y la materia, el pasado y el
futuro, los cielos y la tierra, con lo cual sus aplicaciones son básicas y
fundamentales desde el punto de vista de la Magia o de la Psicología
Trascendental.
Como hemos dicho, los
chakras existen y actúan a la vez en diferentes dimensiones o niveles, con lo
que simples reacciones físicas como tener una "pelota" en el
estómago, sonrojarse, tener un nudo en la garganta, tener pálpitos en el
corazón, o sentir un hormigueo intenso en la coronilla de la cabeza, pasan a
ser hechos o acontecimientos con una interpretación o significado de carácter
trascendente. De este modo, actividades sencillas y cotidianas pueden ser
también enclavadas o relacionadas con alguno de las chakras; así, por ejemplo,
el sueño y los recuerdos oníricos están relacionados con el sexto chakra; el
vicio con los juegos de azar puede plantearse como un desequilibrio en el
segundo chakra; una persona que habla por nerviosismo y que es incapaz de
controlar lo que dice o de callar un poco, tendría que ser tratada en su quinto
chakra; mientras que alguien que manifiesta desde pequeño un talento artístico
llamativo, posee ya de nacimiento un desarrollo especial del cuarto chakra.
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