16. ¿QUE SIGNIFICA LA
"PERDIDA DE LA UNIDAD"?.
Los grandes esfuerzos
para el estudiante están precisamente en mantener la consciencia de unidad o la
consciencia con la unidad, para en algún momento especial, recibir una chispa
de la unidad.
Los pensamientos
disgregadores, es decir, aquéllos que tienden a generar dispersión dentro de
nosotros mismos, no son creativos o recreadores, más bien, son desgastadores de
nuestra vitalidad personal.
Siempre han existido fuerzas que hemos llamado de la disgregación o del
desorden, como una fuerza que existe en el Universo, y que forma una parte
esencial de este mismo. Las fuerzas superiores o de la consciencia tienden
hacia la búsqueda de la unidad, es decir, a superar y hasta cierto punto
someter el desorden a un orden natural, que es lo que los griegos llamaban de
forma metafísica el Cosmos o el Orden. Pero ordenar algo no significa estar en
tensión internamente, puesto que si tratáramos de imponernos una disciplina
excesivamente rígida, inflexible y poco adaptada a las circunstancias,
llegaríamos entonces a un estado de colapso mental y a numerosos errores en
nuestros actos y realizaciones.
La relajación y la serenidad sí son una base correcta para promover los estados
creativos, ya que la creatividad es afín a ese concepto general de la unidad.
Hay quien ha comentado que la salvación personal reside precisamente en la
capacidad de autointegración, que hasta cierto punto es una búsqueda de la
unidad encontrando nuestro propio centro personal, o el llamado punto central
en el símbolo astrológico del Sol.
La pérdida de la unidad, obviamente, siempre es algo momentáneo o temporal,
pues la persona puede permanecer despistada o fuera de sí misma durante
segundos, minutos, horas, días, años o incluso décadas, por no decir algo más.
Siempre hay una ley por la cual es posible retornar o, dicho de una forma más
exacta, comenzar el retorno hacia la unidad. Según este concepto metafísico,
los errores de las personas o las caídas, son provocadas por alejamientos
momentáneos de la unidad.
El ser humano a través del roce o del conflicto consigo mismo, y a través del
roce o del conflicto con las experiencia, puede ir adquiriendo un conocimiento
mayor acerca de cuáles son los caminos que le alejan de la unidad y, por tanto,
aquéllos que le acercan a la unidad.
De entrada, ya desde que el ser humano es niño, aprende la existencia del
placer y del dolor, tomando prácticamente respuestas que como simple ley de
supervivencia, le conducen a evitar el dolor o el sufrimiento y a buscar los
estados placenteros, y entre estos últimos podríamos citar simplemente al
juego. Más adelante, se le puede hacer pesado ir a la escuela porque tiene que
abandonar sus juegos infantiles, y ahí se produce un conflicto, el cual es
superado con un posterior acercamiento mayor a la unidad y a la madurez, cuando
él entiende que el estudiar no es tan divertido pero sí útil y necesario. Es
decir, aquí el colegial ya va comprendiendo que determinadas sensaciones que en
un primer momento no son tan divertidas o tan excitantes, sí van a ser en el
futuro fundamentales para su propio bienestar, lo cual significa tener una
visión de unidad más a largo plazo.
Cuando una persona recibe un choque psicológico del nivel que sea, en una
primera instancia se encuentra en un estado de sorpresa o quizás de choque por
esa nueva situación que se ha generado, lo cual le puede producir internamente
sensaciones de huida, de infravaloración personal o de cierto hastío de la
propia dinámica de las experiencias que se le están presentando. Cuando es
capaz de superar esa situación, se genera internamente una reacción tendente a
la unidad según la cual, este individuo va a ir comprendiendo el intríngulis de
esas experiencias y va a sentirse capaz de ir aportando algo positivo a la
situación. De esta forma, poco a poco va recobrando su consciencia de unidad o,
podríamos decir también, ha generado un nuevo acercamiento hacia la unidad, ya
que evidentemente, la fusión total con la unidad es algo que estará reservado a
privilegiados, y quizás no sea siquiera un atributo posible para los seres
humanos. En cambio, sí existe el progresivo acercamiento a la unidad, que es el
que hace que nuestra vida vaya siendo congruente, y que seamos capaces de ver
con visión de conjunto, aquellas experiencias del pasado, tanto las que han
sido exitosas como aquellas en las que en principio hemos fracasado.
Esa consciencia de la unidad es la que hace que el ser humano vaya madurando y
evite que en su mente o en su psiquis aniden sensaciones de resquemor, de
susceptibilidad, de sentimiento de fracaso, o simplemente de remordimientos.
Todas las experiencias se pueden ir autointegrando, incluso aquéllas que más
han supuesto un choque para nosotros en el pasado. Irán formando un conjunto
armónico dando un carácter eminentemente positivo, creador, placentero o
autorrealizador.
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