Los primeros
indicios de la antigua Brujería/Religión datan de 25.000 años A.C. La Dra.
Margaret Murray, hizo un estudio y trazó los orígenes de la antigua religión en
la era paleolítica. Ella vio una cadena ininterrumpida desde esa era hasta el
presente, de un
sistema religioso
difundido en todo el este europeo, muchos siglos antes de la aparición del
cristianismo. Ella presentó evidencias y teorías sobre el origen de esta
religión, que hasta la fecha son muy respetadas.
En la era
paleolítica, los hombres y mujeres dependían de la caza para la supervivencia.
Solo si la cacería era buena ellos tendrían alimentos, pieles para cubrirse y
huesos para fabricar sus armas y herramientas. La naturaleza los asombraba de
tal manera, que en su asombro y temor a la misma, le atribuyeron espíritus
controladores de esas fuerzas, convirtiéndolos en deidades. Es lo que hoy en
día llamaríamos "Animismo". Así como había un dios para cada fuerza
de la naturaleza también existía un dios para la caza.
La mayoría de los
animales que se cazaban tenían cuernos, por lo que los hombres dieron el
aspecto de hombre con cuernos al dios de la caza. Es aquí donde la magia se
mezcló por primera vez con este modelo de adoración a los dioses. Las primeras
manifestaciones de la magia fueron simpatéticas, es decir, ellos creían que si
hacían una imagen de un bisón moldeada en el barro, y luego la
"mataban", al salir de cacería matarían un bisón real. Los rituales
religio - mágicos habían nacido de esa manera, con uno de los hombres vestido
con pieles y cuernos, representando al dios, dirigía la "cacería" del
bisón de barro. Hoy en día aún se encuentran pinturas en cuevas que datan de
esa era y representan ese ritual.
Junto a este dios
de la caza, había una diosa. Esta no era de la caza, sino de la fertilidad, ya
que si habían animales para matar, era necesario que estos mismos animales se
reprodujeran para asegurar la existencia de animales para cazar. No se sabe
quien surgió primero, si el dios o la diosa, y es algo que en realidad no tiene
importancia, ni tampoco existe material para clarificarlo.
Si había de
perpetuarse la tribu, la fertilidad de sus miembros era algo de suma
importancia para ellos, más aun considerando el alto grado de moralidad que
ellos tenían en esos días. Para la magia simpatética, figuras de animales
copulando se moldeaban en el barro, y acompañaban en el ritual a miembros del
clan en el mismo acto.
Existen muchas
imágenes de la Diosa que se encontraron en excavaciones, en las que se reflejan
la importancia que le daban al aspecto genital de la mujer, simbolizando su
fertilidad y sexualidad. Estas tienen los senos de gran tamaño, el vientre
hinchado, y órganos sexuales exagerados, dejando de lado aspectos como brazos,
piernas y rostro.
Con el desarrollo
de la agricultura, la necesidad de la caza disminuyó, y eso ocasionó un ascenso
de la diosa. Ella ahora también empezaba a cuidar de la fertilidad de la
tierra, así como de la tribu y de los animales. De esta manera el año se
dividió en dos mitades. El verano en el cual el alimento crecía de la tierra,
era dominado por la Diosa, y el invierno en el cual se obtenía alimento por
medio de la caza, era dominado por el Dios. Las demás deidades (truenos,
vientos, lluvia, etc.) pasaron a convertirse en dioses secundarios, y luego en aspectos
del dios y la diosa.
A medida que el
hombre evolucionó lo hizo también la religión, hasta lo que es hoy en día. Los
hombres se esparcieron por toda Europa, llevando con ellos sus dioses. Cuando
los nuevos países se creaban, los dioses adquirían nuevos nombres, aunque no
tan diferentes, siendo sin embargo los mismos dioses (por ejemplo tenemos a
Cernnunnos
en Britain al sur
de Inglaterra, y al norte tenemos a Cerne, que es una forma abreviada del mismo
nombre, y en otras áreas era conocido como Herne.
Cuando el hombre
aprendió a guardar sus cosechas en graneros para el invierno, la caza se volvió
aun menos necesaria, por lo que el Dios de la caza paso a ser el Dios de la
naturaleza, la muerte y el más allá. La Diosa era aún la diosa de la fertilidad
y del renacimiento, por lo que los hombres desarrollaron una creencia en la
vida después de la muerte. Existen evidencias de esto, en tumbas encontradas,
en las que se hallaron mujeres enterradas con toda su joyería y atuendo de
gala, y hombres enterrados con sus armas y hasta con sus perros, y con todo lo
que pudiesen necesitar en su vida en el más allá.
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