SEGUNDO NIVEL DE PODER:
TEORIA MODERNA SOBRE
LOS CHAKRAS. Parte II
Inclusive, desde el
punto de vista histórico, antropológico, cultural y sociológico, el sistema de
los chakras tiene importantes elementos que aportar.
Así, en lo tiempos
primitivos la humanidad sobre todo tenía que desarrollarse en el nivel del
primer chakra, trabajando la materia y asegurando su supervivencia, nivel en el
cual centraba prácticamente toda sus fuerzas y su atención.
Posteriormente, el
nacimiento de núcleos sociales más organizados, los viajes de exploración a
tierras lejanas por mar, el establecimiento de distintas clases y funciones
sociales, el desarrollo de un código moral, la introducción de una clase
sacerdotal en el esquema sociológico, y el inicio de los intercambios
comerciales con otros pueblos, marcaron la época en la cual la humanidad
comenzó a desarrollar y profundizar en las experiencias del segundo chakra.
La revolución
industrial y la revolución científica, entre los siglos XVIII y XIX, dieron
paso a una era que todavía vivimos en la cual la técnica, los mecanismos de
poder y la competitividad tienen un lugar preponderante, todo lo cual se
encuentra en conexión directa con el tercer chakra.
Inclusive, hay quien
habla de la proximidad de lo que se ha dado en llamar la Edad de Oro de la
humanidad, la era de paz, o la era del Acuarius, en la cual el hombre no tendrá
que ser más un enemigo para el hombre y las relaciones humanas van a llegar a
niveles importantes de equilibrio, tanto en el plano personal y familiar como
en la esfera internacional. Se supone que esto coincidirá con un cierto
despertar global del cuarto chakra.
Desde el punto de vista
mental, cada uno de los chakras representa una manera de filtrar las energías
objetivas que recibimos del medio ambiente. Así, si una persona se encuentra
especialmente concentrada en el nivel del cuarto chakra, tenderá a interpretar
la realidad desde el punto de vista de la estética, el amor, y la búsqueda de
los términos medios, mientras que otro individuo que se encuentra con su
atención centrada en el tercer chakra, probablemente va a filtrar la realidad
más en función de la competitividad, la consecución enérgica de sus objetivos,
y la necesidad de asumir el riesgo para acrecentar su poder personal, todo lo
cual es análogo al nivel o fase de conciencia del mencionado chakra.
Hasta cierto punto el
sistema de los chakras es análogo a una persona que sube y baja a conveniencia
por el ascensor exterior de un rascacielos. En función de la altura a la que se
coloque, se encontrará visualizando un paisaje más genérico y abstracto, cuando
se halla a la altura de los últimos pisos, o bien, si decide volver a ubicarse
en el nivel de las primeras plantas, podrá acceder con mayor facilidad a los
detalles del paisaje y del movimiento que se desarrolla en las calles próximas.
Si quisiera mantener una visión equilibrada entre lo genérico y lo particular,
probablemente pulsaría el botón del ascensor que le colocara hacia la mitad de
la altura de la edificación.
De esta manera actúa
nuestra conciencia, la cual en la práctica se manifiesta a través de la
capacidad de atención selectiva, puesto que no podemos atender a más de dos o
tres cosas al mismo tiempo. Cuando la atención se focaliza en un punto, ya sea
concreto o abstracto, entonces hablamos de concentración, y es bien sabido que
es imposible también concentrarse en más de un elemento a la vez. Así, la
existencia humana requiere en un momento dado que nuestra atención vaya a
buscar un número de teléfono en la guía, pero luego pasan por nuestra psiquis
determinados recuerdos o experiencias vividas con aquella persona con la cual
vamos a hablar por teléfono, con lo cual la atención ha sido requerida hacia
niveles de carácter más psíquico y subconsciente. Pero puede ocurrir que, una
vez ya hablando con nuestro amigo, éste nos haga una pregunta de carácter
técnico relacionada con nuestra profesión, con lo cual nuestra atención ha de
situarse en el nivel del proceso de datos de la memoria y en la relación de
información. Pero, ¿qué sucede si este amigo llega posteriormente a nuestra
casa para hacer conjuntamente una meditación?. Entonces sucede que nuestra
atención ha de replegarse sobre la psiquis y entrar en un estado de
interiorización.
En síntesis, la
existencia humana se manifiesta en diferentes niveles de experiencia. Y esto
tiene una relación directa con los chakras, y con ese ascensor que es capaz de
subir, bajar y volver a subir a conveniencia. Es perfectamente posible que una
vez terminada la meditación, el ascensor de nuestra conciencia tenga que bajar
al piso inferior, pues sencillamente hemos sentido la necesidad de cubrir algo
aparentemente tan físico como ir al baño...
Veamos otro ejemplo que
puede ilustrar las diferentes fases o niveles de la conciencia. Imaginemos que
vamos a una biblioteca pública, y que el empleado nos dice que se encuentra muy
ocupado y que nos da permiso para entrar nosotros personalmente a buscar el
libro deseado. Pero, una vez que estamos allí, no encontramos más que un montón
de pilas desordenadas de libros tirados no solamente en las estanterías, sino también
regados por todo el suelo, y en ese momento parece que el mundo se nos viene
encima, puesto que hemos oído de buena tienta que esa biblioteca tiene más de
150.000 volúmenes almacenados. La tarea de buscar lo que queremos sería algo
prácticamente imposible.
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