En realidad, ningún ser vivo se libra de danzar según los ritmos que lo rigen, y podemos decir que hasta cierto punto somos como una orquesta sinfónica aunque, eso sí, más o menos afinada o desafinada. A muchos nos falta en la vida ese sentido del ritmo, que es un aspecto integrador que lo conecta todo, desde el fuero interno hasta el propio latido del universo. Si los ritmos interiores no son consonantes, entonces nos sentimos incómodos ante el mundo, e inclusive con nosotros mismos, pues falta la coordinación, la coherencia, la gracia... Ya hemos hablado de la RESONANCIA, llamada también emulación rítmica o vibración simpática. La resonancia se produce físicamente cuando dos formas de onda de frecuencia similar "entran en fase" la una con la otra. Que tengan frecuencia similar quiere decir que ambas ondas oscilan un número similar de veces en el mismo período de tiempo y, así, la forma de onda resultante es una combinación de las dos ondas originales. Esta onda fusionada tiene la misma frecuencia que las dos anteriores, pero con una amplitud de onda que es la suma de las amplitudes componentes. Recordemos, como elemento de física básica, que se entiende por amplitud de onda a la distancia que existe entre dos picos de una onda, es decir, entre dos crestas de la misma o, también, se puede definir la amplitud como la distancia lineal que recorre la partícula vibrante durante un período o ciclo completo.
Los MANTRAMS son sonidos que se dan en llamar de naturaleza sagrada y que se utilizan en la meditación, en los cánticos y en otro tipo de prácticas. Su misión es el ajustar o afinar la conciencia en una forma particular gracias a la vibración de sus tonos. Al igual que una determinada vibración en el disco de Chladni crea una figura geométrica en el montón de arenilla, de la misma forma la pronunciación o vocalización de un mantram sencillo puede convertir el montón desordenado de nuestros pensamientos y emociones en un patrón o forma coherente y armónicamente dispuesta. La palabra mantram o mantra proviene de man (mente) y de tra (protección o instrumento). De tal modo, los mantrams son herramientas para proteger nuestra mente de sus ciclos más inferiores e improductivos, haciendo que ésta se enfoque y se sosegue. Al concentrarse en la repetición del sonido, los demás pensamientos se desvanecen poco a poco hasta que la mente queda nítida y tranquila, aumentando además el sincronismo entre los dos hemisferios del cerebro.
El mantram suele ser una letra o una palabra,
aunque también puede resultar eficaz una salmodia de tonos musicales
abstractos. Todos en ocasiones nos hemos obsesionado o inclusive molestado
alguna vez con la tonadilla de un anuncio publicitario, que luego de manera
involuntaria seguimos repitiendo de forma machacona en nuestra mente. El efecto
de estas melodías sencillas es usado por los ingenieros de la publicidad debido
a su fuerte capacidad de adherirse a la mente subconsciente y quedarse en ella
durante un determinado tiempo, influyendo sobre nosotros para que adquiramos un
determinado producto. Esto resulta algo sorprendente, ya que los mantrams
emplean los mismos canales subliminales y la misma zona del cerebro que las
musiquillas de los anuncios publicitarios, pero con intenciones evidentemente
más evolutivas y espirituales. Como habíamos dicho, para la metafísica hindú
todo está hecho de sonido, y cada cosa, realidad o actividad posee una
representación simbólica -su nombre-, que hace conectar con el patrón de mente
y energía que compone tal objeto; eso es lo que se da en llamar el "sonido
semilla" o "sonido raíz" de una cosa determinada, llamado
"bija mantram" en sánscrito. La intención profunda del mantram es el
colocar al individuo que lo pronuncia en estado de resonancia con el objeto
cuyo sonido raíz ha invocado. Vocalizando el nombre o el mantram raíz de algo
se adquiere un estado de fusión o de concentración con respecto a la esencia de
esa cosa, permitiendo generar, destruir o transformar, obviamente dentro de
ciertos límites naturales. Cada chakra posee su mantram o sonido raíz asociado
en el cual reside la esencia y, por tanto, la parte secreta o sagrada del
chakra. Veámoslo:
1. TIERRA, MULADHARA: LAM.
2. AGUA, SVADHISTHANA: VAM.
3. FUEGO, MANIPURA: RAM.
4. AIRE, ANAHATA: YAM (en ocasiones SAM).
5. ETER, VISHUDHA: HAM.
6. PENSAMIENTO, AGNA: OM.
7. CONCIENCIA,
SAHASRARA: sin mantram.
Es posible entonar los mantrams interiormente, es decir, sin pronunciar ningún sonido externo. En estos sonidos la "M" representa el aspecto material y maternal del universo; en cambio la "A" simboliza lo paternal o lo no material, y la acción del germen o del alfa. La "L" en LAM, indica la tierra, pues es un sonido pesado y sordo, a diferencia de la "H", letra aspirada de HAM, el éter, que es un sonido ligero, aéreo y etéreo, o de la "R", en RAM, el fuego, que es un sonido enérgico y ardiente.
Recordemos siempre que no tenemos por qué ser
víctimas o receptores desvalidos de las vibraciones discordantes, puesto que
nosotros tenemos la mágica habilidad de emitir vibraciones propias. La
pronunciación de los mantrams es una forma de tomar el control y la guía de
nuestro desarrollo mental y psicofísico. Como sabemos, el instante en el cual
se produce la resonancia máxima al vocalizar un mantram, es cuando la vibración
sonora se combina con la imagen mental asociada. Es importante meditar en esto,
pues si no logramos una resonancia adecuada con las fuentes vibratorias
deseadas, no podremos experimentar la conexión con la esfera vibratoria
correcta. El que no sintoniza, no comunica, pues es bien sabido que muchos
conferenciantes leen bien, pronuncian bien y se aprenden bien la charla, pero a
la hora de la verdad no comunican, no transmiten y no impactan en el auditorio.
Por aquí llegamos a la conclusión de que el acto de la comunicación es mucho
más que la simple transmisión coordinada e interrelacionada de símbolos y, por
tanto, de información. Así, podríamos diferenciar la simple comunicación de
datos de lo que es la comunicación esencial. Paradójicamente, en una era en la
cual la comunicación formal o de datos está en auge gracias a los medios
electrónicos, el grado psicológico que tiene el ser humano medio de sentirse
comunicado y comunicador es bastante pobre. Por tanto, sin la comunicación
esencial quedamos aislados, separados y privados de importantes fuentes de
energía nutricional, que son vitales no solamente para la salud física, sino
también para la afectiva, mental y evolutiva de la conciencia. Así como los
hindúes clásicos piensan que el sonido es el creador de la materia, la
comunicación en sus formas más puras crea y mantiene la vida. Con toda
seguridad la comunicación está sustentada en un intercambio rítmico en diferentes
niveles, planos e inclusive etapas, y no podemos olvidar que la comunicación
formal es sólo la punta del iceberg de la comunicación, aun cuando sea la base
de ese proceso holístico o integrado. Lo mismo que el dinero, las palabras,
inclusive cuando están muy bien hilvanadas, no valen demasiado por sí mismas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario