viernes, 1 de noviembre de 2024

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 129

 CAPITULO XIV. PREGUNTAS Y RESPUESTAS.

 1. ¿CUAL ES LA LEY BASICA EN MAGIA?. Parte I



La ley fundamental en la Magia deriva de la conjunción armónica de las llamadas siete leyes herméticas de Hermes Trimegisto, las cuales estudiaremos por orden.

 

En primer lugar encontramos la ley de la Generación.

 

El acto mágico es fundamentalmente un acto de carácter creativo. Significa participar, aunque sea como una pequeña gota de agua, en el Cosmos.

 

Participar significa crear y, por tanto, generar. De otra manera, seríamos sujetos pasivos en el concierto del Universo. Obviamente, la capacidad que cada uno tiene para generar con mayor o menor frecuencia vibratoria, depende de su fortalecimiento interno y de su nivel de conciencia.

 

Por tanto, esta primera ley hermética (Generación) es la que marca el inicio de un acto volitivo o de la voluntad.

 

Por tanto, el estudiante de Magia o el mago se colocan como sujetos activos. Ya luego veremos que este acto de voluntad o esta primera proyección formulada por la voluntad puede ser de carácter mental o inclusive espiritual.

 

La segunda ley hermética estudiada de forma correlativa es la de la Vibración.

 

Desde el momento que se pone en marcha el uno, es decir, un acto unitario que se genera (primera ley hermética), ese primer acto está ya sometido, por el simple hecho de existir, a la ley de la Vibración.

 

En función de ese primer impulso (primera ley), es decir, en función de la calidad de ese primer acto original, éste se manifiesta hacia el mundo de la realidad con un determinado nivel de vibración.

 

Por tanto, no es lo mismo gritar que recitar una poesía o que hacer un discurso de carácter político.

 

 

Cada uno de estos actos generados (primera ley) en función de la calidad del impulso primitivo, se manifiesta con un determinado nivel de vibración (segunda ley).

 

Por tanto, cualquier acto generado por el ser humano está indisolublemente ligado a su estado vibratorio original. Por eso, quizás, se dice eso de que "lo que mal empieza, mal acaba". Dicho de otra forma, la vibración o la calidad de un acto generado depende del nivel del impulso primario original. A partir de ahí se producen una serie de efectos en el plano de la realidad, que es puramente vibratorio, y ya resulta bastante más difícil rectificar el curso de los acontecimientos de ese acto generado.

 

La tercera ley por orden correlativo sería la ley del Ritmo, que está ligada íntimamente a la ley de Vibración, puesto que una vibración se produce con un determinado ritmo o ciclo. Este ritmo puede ser más sutil o más estridente, más refinado o más grosero, más acompasado o más torpe, y así sucesivamente.

 

Hay que tener en cuenta que el acto primario (primera ley) para que tenga una continuación y produzca unos efectos importantes en el plano de la realidad tiene que ser continuado. No solamente es suficiente con entrar con mucho impulso a hacer la carrera de arquitectura, sino que es fundamental el establecer un ritmo, una cadencia precisa o lo que denominarían los militares, simplemente una disciplina. Por tanto, una vibración de gran entusiasmo, si no es fortalecida mediante un ritmo adecuado, llega un momento en que simplemente se difumina. Así, por ejemplo, surgen infinidad de grupos musicales, multitud de empresas o cualquier otro tipo de actividad humana, pero solamente unas pocas de éstas llegan realmente a calar en el medio ambiente, y en buena parte, ello se debe a la necesidad de comprender y practicar, hecho que implica, en consecuencia, a la ley del Ritmo.

 

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