1. ¿CUAL ES LA LEY BASICA EN MAGIA?. Parte II
La cuarta ley por orden correlativo es la Dualidad.
Basta que algo se
quiera poner en movimiento, para que la propia ley del Rozamiento -que es la
que se opone a la ley de la Inercia- entre en funcionamiento.
Supongamos que un acto
ha sido generado con una gran voluntad o fuerza primaria (primera ley), que el
nivel original y posteriormente manifestado de vibración de este acto sea de
calidad (segunda ley), que el ritmo o la cadencia con la cual la persona
mantiene activa esa vibración en el tiempo (ley del Ritmo) sea el correcto,
pero que quizás, en cuanto a la cuarta ley surge un problema. ¿Cuál sería este
problema?. Puede suceder que la persona no tenga capacidad de flexibilidad como
para adaptarse a los acontecimientos, es decir, que no tenga capacidad de
"amortiguación". Por ejemplo, si está desarrollando una empresa o
proyecto, puede que no sea capaz de ver la confrontación de intereses, la
competencia que puede tener enfrente, los posibles riesgos o la antítesis de su
planteamiento, y que de esa forma, simplemente tenga un planteamiento rígido o
unidireccional de su proyecto. Esto sería simplemente no saber manejar
adecuadamente la cuarta ley, la ley de Dualidad.
Ser flexible no
significa ceder en todo, sino ir adaptando el proyecto original (la tesis) a la
confrontación con las circunstancias o incluso con las personas del entorno (la
antítesis).
Por ello, es posible
que alguien haya cumplido perfectamente las tres primeras leyes pero, sin
embargo, se lleve el planchazo. Esto ¿por qué sucede?. Simplemente porque no se
ha sabido ver esa otra parte de la realidad a tiempo, y esa otra parte de la
realidad es simplemente la antítesis o, como dirían algunos, la imagen
especular del propio proyecto.
Tener en cuenta esa
imagen ante el espejo del proyecto de uno no significa que se le vaya a cambiar
todo, sino simplemente, que de acuerdo a las realidades empíricas y a las
experiencias que van surgiendo, se va realizando un cierto retoque o
perfeccionamiento de la base original.
Obviamente, si en este paso
se llegara a observar que los cambios son tan profundos, que prácticamente van
a desfigurar del todo el proyecto básico, casi sería preferible hacer el
"entierro" del planteamiento o proyecto, antes de tiempo.
Por ello, ante
cualquier tipo de proyecto importante, sea económico, sentimental, intelectual
o de cualquier otra clase, es conveniente aplicar la ley de la Dualidad, si es
preciso hasta la saciedad, durante las primeras fases de elaboración del
proyecto. De esa forma, se pueden valorar los posibles peligros, los posibles
opositores, las circunstancias no planificadas, los posibles factores que están
ocultos a la vista durante los primeros momentos, los intereses creados con los
cuales se puede enfrentar la idea, y así sucesivamente.
El tener en cuenta
desde las primeras fases la ley de la dualidad no significa que todo se vaya a
hacer en un "simulador de vuelo", o en una máquina de realidad
virtual. Siempre el maestro último va a hacer la realidad una vez que la idea
se esté aplicando en la práctica, pero esto no significa tener que esperar a
que lleguen los palos para entonces retocar la piedra bruta original de la idea
primaria.
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