2. ¿QUE PRETENDE LA MAGIA?. Parte I
Fundamentalmente, la
Magia pretende hacer uso de principios ya existentes. Es decir, no quiere crear
sino basarse en el funcionamiento de las leyes cósmicas para, mediante la
voluntad humana, multiplicar la resonancia y la fuerza de esta última y así
generar unos efectos positivos y amplios.
Por ejemplo, el ser
humano no inventó la energía atómica, sino que la energía atómica existe desde
el principio de los tiempos. Se le da desde hace 50 años tanto un uso
destructivo como un uso pacífico y generador de energía a las fuerzas que
mantienen unido el núcleo atómico, pero ya existió previamente dicha energía.
Igual sucede con el
agua subterránea. El zahorí no pretende crear agua, sino encontrarla
precisamente donde ya existe. No donde existió y no donde puede que exista
dentro de 50 años, sino donde existe actualmente.
Lo anterior significa
que la Magia tiene que estar ligada a la realidad. Hemos hablado, en
definitiva, que la Magia aprovecha fuerzas o principios de fuerzas ya
existentes y mediante el acto de la voluntad, provoca una cadena de causa y
efecto, aprovechando esas leyes que ya están ahí. Pero, a su vez, hemos
comentado que el fin último de la Magia es generar objetivos armónicos,
expansivos, ascendentes y por tanto, evolutivos. Es decir, no puede existir el
Mago Blanco si éste no está a favor del impulso evolutivo.
Dicen los
investigadores actualmente y de forma muy sorprendente, que la teoría del
Big-Bang se está confirmando progresivamente. Partiendo de una minúscula
partícula de materia, que es lo que los místicos llamarían el uno o el primer
punto manifestado, se creó por explosión o por expansión toda la materia que
hoy en día existe en el Universo. Esto coincide mucho con esa referencia
bíblica que dice "Dios creó al Universo de la nada". A partir de ahí
se formaron los grandes sistemas interestelares de gas concentrado.
Recientemente la NASA,
gracias al telescopio Hubble ha descubierto las llamadas trompas de elefante,
que son una especie de expulsiones o de excreciones de las grandes nubes
interestelares del espacio, y a través de las cuales, son proyectadas hacia
fuera las protoestrellas, en lo que ha sido un descubrimiento fundamental,
puesto que hasta ahora no se había visualizado el nacimiento de una estrella
concretamente.
Luego de ahí, falta por
explicar el nacimiento de los planetas y no digamos ya de las primeras células
vivas. Ni siquiera la ley de selección natural explica claramente por qué en la
naturaleza hay seres vivos que se han quedado simplemente como plancton, otros
como algas, otros como ranas, otros como reptiles, otros como aves, otros como
chimpancés y otros como seres humanos. No explica el por qué dentro de la raza
humana existen también diferentes niveles de comportamiento más o menos
racional. Pero lo que sí está claro es que todo indica que existe una evolución
progresiva en el Universo que va buscando formas cada vez más perfeccionadas,
aunque uno de los principios de la termodinámica dice justamente lo contrario,
que la entropía o el desorden del Universo va en aumento. Por tanto, según la
termodinámica, el Universo tiende progresivamente desde el orden hacia el caos,
y se supone que de acuerdo a este principio llegará un momento en que el
Universo se autodestruya a sí mismo. Sin embargo, parece que existe algún plan
promotor o alguna fuerza que guía todo el proceso y que permite que
determinadas formas, especialmente el hombre, se vayan haciendo cada vez más
perfectas y evolucionadas.
Todo esto nos habla del
fin último de la Magia, que no es sino colocarse a favor de esa corriente
cósmica ascendente. Estas fuerzas necesitan lo que se podría dar en llamar
"soporte" o plataformas sobre las cuales manifestarse. Precisamente,
parece claro que el Universo tiene un despliegue expansivo desde el punto de
vista material. Si no existieran los planetas, el ser humano no podría existir
y si el hombre no tuviera cerebro, los pensamientos o los actos de voluntad de
la conciencia no tendrían vehículo a través del cual expresarse en algo similar
a eso que hemos denominado anteriormente el espejo o la imagen especular.
Todas las energías superiores
necesitan un conducto para manifestarse.
Igual que para
conseguir algo de un ayuntamiento se necesita presentar una o en ocasiones,
unas cuantas instancias, sin pretender comparar el orden cósmico con el orden
burocrático, es evidente que para que una fuerza superior se manifieste,
necesita de un vehículo físico. Al mismo tiempo, simplemente por ley de
Correspondencia se entiende perfectamente que para que un ser humano llame a
una fuerza superior, éste necesita tener en sus manos una herramienta para que
tal fuerza se exprese.
Precisamente por todo
lo comentado es necesario, prácticamente como ley de vida, realizar grandes
esfuerzos para construir, mientras que destruir resulta, tal como podemos ver
todos los días en los telediarios, bastante fácil.
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