viernes, 1 de noviembre de 2024

Piedras Brujas Parte 5

 ¿Cómo se forma la piedra?



Existe una doble tradición en cuanto a esto pero las dos están relacionadas con las serpientes.

La primera dice que, como su propio nombre indica (Escocia, Gales, Cornualles, y Asturias como veréis luego) la forman las serpientes la víspera del 1 de Mayo. Concretamente la saliva de una multitud de serpientes reunidas en un nido forman la piedra con su saliva. Es el cristal de los druidas que decía Plinio en su Historia Natural (L. XXII)

«Hay una especie de huevo de gran reputación entre los galos, del que los escritores griegos no han hecho mención. Un gran número de serpientes se enroscan en verano, y se enrollan en un nudo artificial por su saliva y su baba; y esto se llama «el huevo de la serpiente». Los druidas dicen que se lanza al aire con siseos y debe ser atrapado en un manto antes de que toque la tierra. La persona que así lo intercepta, vuela a caballo, pues las serpientes lo perseguirán hasta que se lo impida el agua intermedia. Este huevo, aunque esté atado con oro, nadará contra la corriente. Y los magos son astutos para ocultar sus fraudes, dan a entender que este huevo debe obtenerse a cierta edad de la luna. He visto ese huevo tan grande y redondo como una manzana de tamaño común, en una cubierta cartilaginosa a cuadros, y usado por los druidas. Es maravillosamente alabado para obtener pleitos, y acceso a los reyes. Es una insignia que se lleva con tanta ostentación, que conocí a un caballero romano, que fue asesinado por el estúpido emperador Claudio, simplemente porque la llevaba en el pecho cuando había un pleito pendiente.»

Es evidente que cualquier piedra perforada no parece ser la que describe Plinio o la que cuenta la tradición escocesa. De hecho se han hecho conjeturas en cuanto a que se trataría de otro tipo de mineral, por ejemplo el fósil de un erizo de mar, que tendría una forma parecida a la que describe el escritor y militar romano en el siglo I d.C. sin embargo, no es un fósil que suela aparecer perforado.

 

La "piedra bruja", "piedra de la culebra", y otras. Uno de los amuletos más antiguos de Europa

Fósil de erizo de mar. Se conjetura con que fuera la piedra de los druidas.

Buscando información para este artículo me encontré esta entrada en el Diario de Oriente, un portal sobre noticias de los concejos orientales de Asturies, donde se cuenta la misma tradición, solo que en 2019.

«Os cuento. Parece ser, que cuando se acerca la época de apareamiento de estos reptiles, los «víboros»… se reúnen alrededor de una piedra muy especial que sólo ellos conocen y enrollándose con mucho cuidado eyaculan sobre ella…Parece ser que esa piedra, a partir de ese momento, adquiere unas propiedades mágicas y milagrosas, muy superiores a los antídotos existentes…»

De hecho, una historia muy similar a la escocesa la recoge Luciano Castañón en Asturias en 1976. Hablando sobre la piedra de la culebra dice que «se sujeta sobre la mordedura de la culebra; cuando se despega, se considera que la herida está curada. La piedra de la culebra absorbe el veneno depositado por el reptil en la mordedura; lo expulsa luego al bañarla en leche; seguidamente se guarda para un posterior uso. Asegura Bernardo Acevedo «Conocemos un Ayuntamiento que conserva dos, en él vinculadas, para servicio de los vecinos, y consta que una de ellas fue adquirida en cien ducados de vellón para siempre jamás del mundo.»

Algunas características que le confieren: negra, jaspeada, pulida, untuosa, oscura, azulada, porosa…

Para hacerlas se juntan siete culebras, entremezclándose. Depositan baba sobre la cabeza de una, y cuando se endurece aquella, queda formada la piedra; de tal modo que algunos, si ven una culebra con la cabeza grande y cuadrada, creen que posee la piedra de la culebra, La que tiene la piedra la suelta…» (Castañón, 1976)

La "piedra bruja", "piedra de la culebra", y otras. Uno de los amuletos más antiguos de Europa

Una hagstone asturiana. Céltica

En Gran Bretaña aparecen aún en época medieval como cuenta la investigadora Roberta Gilchrist


Los animales fosilizados a veces se incluían como amuletos en las tumbas del período de conversión, en particular equinoides o erizos de mar fosilizados compuestos de pedernal. Solo hay dos ejemplos reportados de enterramientos medievales tardíos en Gran Bretaña, y ambos provienen de tumbas de bebés. Un equinoide proviene del cementerio judío de Winchester (Hampshire), en uso entre 1177 y 1290. El área excavada estaba reservada para niños, con bebés que representan 48 de los 88 entierros. Un bebé tenía un fósil de erizo de mar colocado cerca del cráneo. […] Considero este caso significativo como parte de una tradición antigua y generalizada de recolectar erizos de mar fosilizados para uso apotropaico. Los encontramos en tumbas de mujeres del período de la conversión y se exhibían de manera habitual en templos romanos de las provincias del noroeste del Imperio Romano. Fueron conocidos en toda Europa como “piedras de rayo”, debido a la creencia que las consideraba el residuo físico que dejaba la caída de un rayo. Sus dueños conservarían estas piedras en el hogar o directamente los portarían para protegerlos de los truenos y de los rayos, una creencia tal vez reforzada por el hecho de que emergen con facilidad en el suelo después de la lluvia.(Gilchrist, 2008, 136-137)

Las piedras del rayo en el resto del continente, incluida la Península Ibérica se han identificado con las hachas pulimentadas neolíticas, cuya historia más o menos venía a ser que se hundían 7 metros en el suelo y que cada año subían uno hacia la superficie, por tanto a los siete años de haber caído la piedra aparecía en la superficie.

En Navarra se ha documentado también el uso de fósiles de equinoideos como piedras del rayo. Suele aparecer en vetas de sílex, lo que entronca con esa idea que os comentaba al principio de que solían ser de ese material. Son las Las «cantellas», «centellas» o/y «ramaskilluak» del Valle de Araquil. (Astudillo Pombo, 2008)


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