LOS SIETE PRINCIPALES ASPECTOS DE DIOS
Parte II
TERCER ASPECTO: AMOR
Dios es AMOR. No es que Dios sea amoroso sino que es el Amor
en sí, y probablemente sería verdad decir que, de todos los Siete Aspectos
Principales, éste es el que más importa que practiquemos. No hay condición
alguna que el suficiente Amor no pueda curar. Donde hay temor no puede haber
Amor. La mejor manera de deshacerse del temor es realizar el Amor Divino. Si
amas a Dios más que a tu microbio, a tu enfermedad, a tu angustia, a tu
carencia o a tu temor, te curarás.
El Amor Divino nunca falla pero tienes que caer en la cuenta
de que el Amor Divino tiene que estar en tu propio corazón, y que no puede
operar desde afuera. Nunca, ni por un instante, deberás desear que alguien sea
castigado o pensar que “se lo merece”. Esto no quiere decir que condones el mal
en forma alguna pero, en todo caso, deberías condenar el mal y no al que mal
actúa. Al tratar con criminales y otros delincuentes deberíamos , en lo que a
ellos se refiere , tomar los pasos prudentes como encerrarlos en prisiones
humanitarias tanto para su propio bien como para el de la sociedad, pero sin
odio. Un ladrón debe ser detenido no sólo para evitar que sus víctimas sean
robadas sino también por su propio bien, para evitar que su carrera criminal se
desarrolle y pueda culminar finalmente en asesinato. Por supuesto, su condena
debería ser reformadora y no sólo castigadora.
De igual manera, no debes permitir que otras personas te
engañen o que de alguna manera se impongan sobre ti. Eso sería ayudarles a ser
deshonestos o egoístas. Protege tus derechos, pero siempre en un espíritu de
Amor Divino.
Realizar a Dios como Amor es el REMEDIO PARA EL MIEDO y en
verdad el único remedio. La verdad es que sólo hay un remedio para el miedo y
consiste en lograr algún sentido de Amor Divino, pensándolo, analizándolo, y
expresándolo en la práctica hacia todos los seres humanos sin excepción.
Si tus oraciones no están siendo contestadas, debe ser que
algo está mal. El universo está gobernado por la ley y no existe tal cosa como
una ley quebrantada. Cuando tus oraciones no son respondidas debe ser porque no
has realizado las condiciones de la Ley y el 99% de las veces es porque te está
faltando el sentido de Amor por todos. Practica el Amor todos los días y
observa tus pensamientos, vigila tu lengua y tus acciones en cuanto a que nada
contrario al amor encuentra en ellas su expresión.
La Oración Científica consiste en ver a Dios donde los
problemas aparentan estar. Cuando una persona parece estarse portando mal, vean
la Presencia de Dios en ella. Cuandoquiera que una parte del cuerpo esté
enferma o dañada, vean la Presencia de Dios allí. Cuandoquiera que parezca
haber una escasez, vean la Presencia de Dios y demanden el Amor Divino también
y cuando sientan la sensación de Amor Divino, su demostración ya estará hecha y
lo que ustedes necesitan vendrá.
No hablen acerca de sus oraciones; mantengan sus asuntos
espirituales en privado. No le digan a nadie que están orando para tal o cual
cosa. Mantengan en secreto los asuntos de su alma.
Ya que Dios es Amor, Dios nunca castiga o amenaza a nadie.
La acción de Dios sucede sólo para sanar y confortar e inspirar. Cuanto más nos
acercamos a Dios, tanto más felices, pacíficos y sanos somos. De hecho, los
problemas y las enfermedades son, en realidad, la manera en que nos hacemos
conscientes de que hemos perdido el sentido de Su Presencia. Cuando cometemos
errores o actuamos mal, el castigo que atraemos sobre nosotros mismos es la
consecuencia natural de la ley que hemos quebrantado y continuaremos sufriendo
hasta que cesemos de quebrantar la ley. Éste es un arreglo sensato y
misericordioso ya que no podríamos aprender de ninguna otra forma. Dios es Amor
y Dios es el único Poder.
Tú has oído decir mucho “Dios es AMOR”. El Amor es también
invisible. Todos los aspectos de Dios son invisibles. Pero todos son
Absolutamente reales. Vemos los efectos, y no los podemos negar. De modo que
cuando alguien te diga: “Soy ateo. No creo en Dios”, le dirás: “Mentira”,
porque esa persona ama a alguien. A su madre, a su hijo o a su perro. SIEMPRE
se ama algo aunque no sea sino a su propia comodidad. Hay una preferencia. Hay
una distinción entre el bien y el mal. Hay un reconocimiento de lo bueno.
Luego, se cree en lo bueno. Luego, se cree en Dios aunque no se esté consciente
de ello, porque Dios es el Bien, Dios es lo Bueno, Dios es Bueno. Jesús dijo:
“no me llaméis bueno. No hay sino uno solo Bueno... Dios”. Dios está en todas
partes. El Bien, lo bueno, está en todo.
El número clave de nuestro universo es el 7. Se compone de
tres unidades negativas y cuatro unidades positivas. Es lo mismo decir cuatro
blancas y tres negras, cuatro buenas y tres malas, cuatro unidades de luz y
tres de oscuridad. El hecho es que el Bien siempre es mayor que el Mal. El
Positivo mayor que el Negativo. El Yo Superior mayor que el Yo inferior. ¡El
Ángel, más poderoso que el Diablo! Y al bendecir el Bien contenido en las 7
unidades, se aumenta el Bien porque tú sabes que lo que uno bendice se engrandece.
Es un poder que tenemos todos, hasta los más ignorantes. BENDICIENDO EL BIEN
DESAPARECE EL CONTENIDO LLAMADO “MAL”. ESO QUE BENDICES TE MUESTRA DE INMEDIATO
SU ASPECTO BUENO. HAS RECONOCIDO LA VERDAD, HAS ALABADO A DIOS, Y ESO TE LIBERA
DEL MAL QUE TE ESTÉ MOLESTANDO. PRUÉBALO. No me lo creas sin comprobarlo. Es
facilísimo comprobarlo. Sólo tienes que decir:
“BENDIGO EL BIEN EN ESTA SITUACIÓN (O CONDICIÓN) Y QUIERO
VERLO”. Te asombrará el resultado. Esto es amar el Bien. Es amar a Dios. Es
amor.
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