PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA
La primera frase de la Biblia dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra empero estaba sin forma y vacía...”.
El principio de Correspondencia, cuyo lema es “Como abajo es arriba, como arriba es abajo”, equivale a decir que en nuestro propio ambiente terreno y en todo lo que nos rodea, podemos leer, descifrar, traducir como ocurren esas mismas cosas en otros planos. Que toda acción y toda condición tiene su analogía o su correspondencia en todos los demás planos de existencia, siempre tomando en cuenta que, a medida que la vida se eleva, se van ampliando las experiencias y los poderes.
Vamos a tomar un ejemplo terreno, y de acuerdo con el principio de Correspondencia vamos a deducir cómo es realmente ese “Dios” a quien nos instan a amar, a pesar de la imagen inconcebible de crueldad que de Él han dado las enseñanzas.
¿Cuántas veces te has sentido inconforme, molesto, ante el “gran misterio” de que los seres humanos nacen en pecado original por una culpa de Adán y Eva?
¿Qué te ha soplado en el oído tu sentido común? ¿No te has dicho acaso: “Pero qué demonios tendré yo que ver con una pareja que existió – si es que existió – millares de siglos atrás, y hasta cuándo estaremos pagando la deuda? ¿No te ha dicho eso tu sentido común? ¿Y no lo has obligado tú a callar por el simple hecho de que tus mayores te enseñaron a no analizar “los misterios divinos”, so pena de algún castigo terrible?
¿Y frente a aquel otro “gran misterio” que te ha perplejado siempre: “Dios todo lo sabe”, no te has preguntado: “¿Quiere decir que sabe antes de nacer una criatura si ésta se va a condenar o no al fuego eterno? Y antes de atreverte a saber la pregunta que se desprende, alguien te dijo: “¡Calla!¡No nos es permitido sondear los designios de Dios!” Y ¿no te dijo tu sentido común que a semejante imagen de bestial crueldad, no es posible amar?
El sentido común; ese que alguien clasificó “el más común de los sentidos” es la expresión de la Sabiduría divina en este nuestro plano humano. Si notas que algunos de los que te rodean carecen de sentido común, puedes estar seguro de que, si no es retardo mental, ha sido tan frenada y reprimida su mente por los que lo han rodeado, que no se atreve a confiar en su propio discernimiento y siempre sale a consultar la opinión ajena. ¿Qué manifiesta en su vida común? Confusión y disparates.
La Biblia dice que el hombre es hecho a imagen y semejanza de Dios. ¿Qué hace un hombre corriente que va manejando su auto y se le atraviesa un niño? ¿No hace un esfuerzo sobrehumano, frenando con todo su cuerpo, sus sentidos y sus reflejos? ¿No olvida su propia vida, echando a un lado el auto para salvar la vida del niño?
De acuerdo con el gran misterio citado arriba, el hombre debería emular la insensible deidad que él conoce y continuando glacialmente su camino, pasar por encima del niño y dejarlo destripado en medio de la calle!!!
Pues si el hombre, que es apenas un átomo en la Creación, pone todos sus pobres recursos a favor de un niño extraño, el Dios infinito, Todopoderoso, nuestro Padre, cuya esencia ha formado a aquel hombre, tiene infinitos recursos para redimir, proteger y salvar a su infinita creación.
Esta es la forma de aplicar en la práctica el Principio de Correspondencia que dice: “Como es Arriba es Abajo, como es Abajo es Arriba”. Estudiando la mónada se llega al ángel, dijo Hermes.
No podemos juzgar y apreciar exactamente cómo es una condición de vida superior a aquélla que estamos viviendo. Un pobre piensa de un rico “¿Cómo será de agradable el tenerlo todo?” No lo está experimentando y no lo podrá apreciar totalmente hasta que se encuentre rico, aunque sí puede anticipar el agrado juzgando por lo que él mismo siente cuando logra satisfacciones, de acuerdo con su nivel económico.
Eso mismo ocurre entre planos o dimensiones. La hormiga vive en primera dimensión. La mente en ella no pasa de ser un instinto. No le es posible, pues ni calcular, siquiera la vida de un hombre. A esto he querido llegar para explicar el término “conciencia” que tanto usamos en Metafísica y cuando mencionamos la “conciencia” espiritual y la “conciencia material”, “el derecho de conciencia”, etc. Es el estado de adelanto o de atraso. Es el estar consciente de algo, en pleno conocimiento de algo por el hecho de estar experimentándolo en carne propia o en mente propia.
Si a la hormiga le fuere posible meditar sobre el hombre y si se le pudiera enseñar a aplicar el principio de Correspondencia, habría que decirle aproximadamente: “Un hombre es un ser como tú, que fabrica su casa como tú, que busca alimento como tú, que tiene su gobierno como tú y reglas de buen convivir, como tú”. Nada de lo demás lo puede captar porque nada de lo demás ha entrado en su plano de conciencia.
En cada plano existen adelantados que ya están casi a punto de ascender al próximo plano de conciencia, y que ya vislumbran, o presienten las condiciones superiores. Entre los animales hay perros, caballos, etc., de los cuales se dice, “le falta poco para hablar”. Entre los hombres surge un Jesús, por ejemplo, que condesciende en regresar a un plano inferior con el propósito de enseñar a adelantar.
Nosotros estamos ya entre-planos, viviendo y aprendiendo las condiciones del plano Mental, al cual nos estamos graduando. Se dice de nosotros que estamos desarrollando “la conciencia espiritual”, o sea, que nos estamos haciendo conscientes de cosas insospechadas por la gran mayoría que vive en “la conciencia material”.
Por esto es que la gran mayoría rechaza la idea de que los Platillos Voladores puedan ser naves espaciales dirigidas por superhombres, que vienen a escrutarnos, tal como nosotros nos detendríamos a escrutar a una pajarita en su nido empollando sus huevecitos. No nos quieren mal. Sólo nos curiosean. Como es abajo es arriba.
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