sábado, 14 de enero de 2023

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 29

 LA COCINA MAGICA. 


Cocinar es un proceso mágico de transformación o de alquimia que utiliza los cuatro elementos: 

La Tierra, que es la comida en sí misma, la cual brota de nuestro planeta. 

El Fuego, que es la fuente de calor. 

El Agua, que es el líquido elemento y el vapor que surge de la comida caliente, 

y El Aire, necesario para realizar la combustión.

 A través de estos cuatro elementos, el cocinero prepara alimentos nutritivos cargados mágicamente. 

La cocina es un verdadero santuario, y hasta no hace mucho estaba adornada con cestos repletos de frutas, vegetales y raíces; frascos con hierbas, harinas, nueces y miel dispuestos en los estantes; y el horno emitiendo deliciosos olores de los platos que se preparaban.

 Cocinar es un acto de magia, en el cual la labor del cocinero transforma los ingredientes naturales en algo más que la suma de sus respectivas partes. En cierto modo, el cocinero es un canal a través del cual la comida recibe las fuerzas mágicas de la nutrición universal. 

Somos lo que comemos, por lo que a través de la magia la comida es más saludable y más fácilmente asimilada por el cuerpo. Así, es necesario proteger la habitación en la cual se realiza la preparación de los alimentos. Hay quien coloca plantas especiales en la cocina para que sirvan de protección tanto a las personas como a los elementos que hay en ella. 

Una planta muy especial es el aloe, utilizado desde tiempos muy antiguos para aliviar quemaduras y cortes. Deje a esta planta crecer en la cocina, ya que es purificadora. 

Una protección popular para la cocina es una ristra de ajos, cebollas o pimientos los cuales, si se cuelgan como elemento protector, no han de ser usados como alimento ya que han absorbido la negatividad previamente. 

Los propios utensilios de la cocina tienen naturaleza mágica, como por ejemplo el MORTERO, el cual ahora ha sido en parte reemplazado por batidoras y trituradoras eléctricas. Tanto el mortero como su mango son muy ricos en simbolismos. La base cóncava representa el principio femenino de la creación, mientras que el mango simboliza el principio masculino. Juntos crean el cambio o metamorfosis. Por ello, no es mala idea usar el mortero para dar el toque mágico final a un plato, triturando en él especias o hierbas de cualidades culinarias. Cuando use el mortero mueva el mango en el sentido de las agujas del reloj, y mantenga pensamientos alegres y saludables. Incluso aunque no lo use, el mortero es un elemento mágico catalizador en la cocina. Para generar un ambiente mágico adecuado, los moldes de cocina o los calderos hechos de cobre, metal regido por Venus (planeta del amor), generan vibraciones saludables y alegres. 

Otros elementos que podrían conseguirse en cobre son, por ejemplo, un COLADOR, tamiz o escurridor, que representa el filtro desde el subconsciente hacia el consciente y viceversa; o, también, la TETERA, en cuyo interior puede poner agua, preferiblemente embotellada, o agua de lluvia o manantial, y añadir algunas hojas de laurel, romero y corteza de limón. Póngala al fuego y deje que su vapor vaya purificando el ambiente. Mención especial merece la SAL, la cual era tan sagrada en los tiempos antiguos, que los romanos adoraban a Salus, la diosa de la sal, la prosperidad y la salud; a los romanos se les pagaba con sal, y de ahí viene la palabra salario. La sal ha tenido un importante papel en la magia y la religión desde la antigüedad como símbolo de pureza, vida, eternidad y fortuna, hasta el punto que se considera de "mala suerte" quedarse sin sal. Recuerde siempre que comer con otros crea un lazo sutil. En la base de las religiones están las comidas rituales como acto de comunión. Cuando se come con alguien se establece un vínculo, el cual perdura aunque los comensales no se vuelvan a ver, pues ellos han compartido un ritual. Rezar o bendecir la comida antes de ingerirla es una forma sencilla de entrar en contacto con las fuerzas de la naturaleza y de la vida. Ya que la MESA del comedor es algo así como un altar a la nutrición universal, no se siente encima, ni coloque dinero o zapatos sobre ella. Al pasar los platos de la comida, hágalo en el sentido de las agujas del reloj alrededor de la mesa y, siempre que haga un brindis, asegúrese de que los vasos suenen, para que el brindis sea oído por las fuerzas superiores. Cuando estrene una CUBERTERIA nueva de plata, conságrela, ya que va a ser un conjunto de utensilios magnéticos que le va a servir durante muchos años.

 

EL BAÑO Y EL CEPILLO. 

El BAÑO desde siempre ha formado parte de rituales mágicos, ya que el baño o la ducha no sólo limpian nuestra piel sino que, también, purifican y depuran el aura psíquica. Un baño puede ayudar efectivamente a recuperarse al enfermo, ya que las energías desequilibradas que generan la enfermedad pueden transferirse al agua e irse por el desagüe. Para purificar el cuerpo y el espíritu, sencillamente agregue sal al agua del baño y sumérjase durante unos minutos. La sal neutraliza y elimina las energías desarmónicas, y de ahí provienen los beneficios que se adjudican a los baños de sales. Hay muchas plantas, especias y aceites perfumados que se pueden añadir al baño con propósitos mágicos de depuración: la lavanda, el romero y la menta. Estas se pueden añadir al agua en forma de extractos o como una infusión que ha sido previamente calentada, reposada y colada. Inclusive la COSMETICA tuvo un origen mágico. Los egipcios delineaban y acentuaban los ojos para protegerlos y aumentar sus facultades, además de embellecerlos. Con dicha protección en forma de óvalo dibujado, el mal de ojo no podía penetrar. Se ha e interpretar el mal de ojo como el poder psíquico y mental de carácter negativo que determinadas personas transmiten a través de su vista y su mirada. Como sabemos, los ojos son el espejo del alma, pero también son como lupas que concentran y focalizan las intenciones y actitudes de las personas hacia nosotros. Inclusive las barras de labios ya desde antiguo se usaban para proteger a estos de la sequedad o contra la entrada de las energías negativas a través de la boca, o bien, de la salida de la fuerza espiritual por medio del aliento. Las uñas de los pies y de las manos se teñían para proteger las extremidades. El uso de colonias, perfumes y aceites perfumados se extiende a lo largo de toda la historia de la humanidad y su fin era elevar el alma hacia estados de conciencia más sutiles. Peinar y cepillar el cabello sirve para liberar energías psíquicas de la parte mental del cuerpo humano, es decir, la cabeza, haciendo que se liberen los sentimientos o ideas confusas, o generando pensamientos mas creativos y puros. 

El PEINE en los tiempos antiguos era un signo de realeza y se usaba en la magia para desenredar el mal. Trenzar o recoger el cabello era una práctica común para anular la negatividad dirigida a la persona. Los moños y trenzas anulaban los hechizos y a la vez protegían la cabeza. Durante los rituales de protección, las mujeres a menudo ataban o trenzaban su cabello.

 

 

 

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