Servicio de la Jerarquía Angélica
Todo gran plan evolucionario ha sido llevado a término sobre las amorosas alas de la Hueste Angélica y de los Devas constructores de la forma. Ellos constituyen la expresión invisible del Fuego de la Creación, el cual moldea la Sustancia y la Luz de acuerdo a la inteligencia Directriz de Seres Divinos.
La gran Jerarquía Angélica, desde tiempos inmemoriales, ha servido a la humanidad y a los Dioses, y más de tres cuartos de todo logro se ha debido a Su amable ministración y servicio desprendido, debido a que Ellos sirven en su totalidad sin voluntad humana ni deseo. La naturaleza de Su ser es obediencia al Amor.
La más grande felicidad y deleite de Sus corazones consiste en sumergirse en un empeño progresivo y constructivo, y dar todo de Sí hacia su realización exitosa.
Los Maestros Ascendidos de Luz y Sabiduría que de tiempo en tiempo han guiado el progreso de los planetas y su gente, están bien conscientes de la gloriosa compañía, amistad e inapreciable servicio de la Hueste Angélica, ya que ningún arco ascendente podría lograrse sin Su presencia.
Debido al estado inmensamente materialista de conciencia que la humanidad ha adoptado, los seres humanos se han tornado insensibles hacia los moradores invisibles del Reino Angélico, estado de las cosas que ha dificultado en gran medida la cooperación consciente de los Ángeles con el hombre.
Los Ángeles sólo viven para amar y desconocen por completo la falta de cariño y bondad. Es inconcebible que la conciencia de seres que pertenecen a esta evolución acepten el pensamiento de ganancia a expensas de otro.
Cuando la Hueste Angélica fue convocada después del Reino Elemental, Su servicio consistía en crear una cúpula de conciencia, que era la emanación y radiación de su propia Vida y Luz, sobre las corrientes de vida de la raza humana que habrían de encarnar en el planeta.
El Reino Elemental primero creó el planeta en forma habitable, y luego, vino la Hueste Angélica antes que ningún ser humano hubiera puesto pie en él; y la naturaleza de la evolución de un Ángel es bellísima. Al igual que los hombres, los Ángeles crecen, maduran y se hacen fuertes. Cuando son pequeños, sencillamente absorben la Vida y la Luz de Dios de la misma manera que el cuerpo de ustedes absorbe la luz del sol cuando yacen expuestos a sus rayos; ese sentimiento de calidez y bienestar los llena , y entonces pueden ellos unirse a un grupo que está trabajando con un Maestro y el Maestro, al ver la cualidad que han absorbido, envía a dicho grupo a un sitio donde Su cualidad particular pueda estarse necesitando. Estos pequeños Seres vuelan en una formación parecida a la de los gansos, con un ser de capacidad directiva a la cabeza; y Su eficacia en el servicio depende de cuánto tiempo puedan sostener esa Cualidad dentro de Sí hasta que la bendición sea descargada y el sitio sea bañado con dicha esencia.
No hay planeta en ningún universo que haya sobrevivido y realizado su Destino Divino sin la presencia y asistencia de la Hueste Angélica. Tan pronto como la Hueste Angélica abandona un planeta, ese orbe comienza a disolverse. Cuando la Hueste Angélica entra en una comunicación cada vez más íntima con las evoluciones de un planeta, es señal a todos de que una próxima Edad Dorada de Perfección ya está amaneciendo. Es por eso que la Jerarquía Espiritual se regocija con la cada vez mayor conciencia de la raza humana en cuanto a la existencia de los Ángeles como Seres reales, inteligentes y cooperativos, que pueden ayudar y ayudan cuando se les invita a hacerlo con el establecimiento del Reino del Cielo en la Tierra.
A menudo se les lleva a lugares a atestiguar el servicio de sus hermanos y hermanas mayores. Por ejemplo, el servicio en una gran catedral. Se envía un grupo de estos Ángeles a dicha iglesia. Ellos se paran en formación de “V” con un gran Serafín o Querubín de proporciones maduras justo encima del altar, y luego, al momento dado en que el sacerdote pronuncia las palabras sagradas, desde Sus cuerpos descargan libremente y con gran potencia esa Unción Espiritual desde lo Alto. En las iglesias más pequeñas por toda la ciudad y el campo se reúnen Seres Angélicos menos experimentados, y la descarga es a veces demasiado rápida porque cada Ángel debe trabajar con el todo para hacer el tremendo poder de la ceremonia.
De igual manera, los Ángeles más pequeños experimentan en
sitios donde se reúnen pequeñas cantidades de personas; pero allí donde se
reúnen grandes masas, enviamos grupos de la Hueste Angélica cada treinta
minutos a descargar la sustancia que fluye hacia abajo a través de la gente.
Encima de la Hueste Angélica se encuentran Poderosos Devas que custodian
nuestros Templos, iglesias y movimientos mundiales. Ellos reciben la fuerza
vital de manera parecida a la de los Seres en los Templos, y la sostienen
dentro de sus Cuerpos a veces durante cinco o seis mil años; y cuando ustedes
entran a una gran iglesia, sencillamente son bañados en esa santidad y se la
llevan consigo; pero si un Deva de estos fuera a descargar esa fuerza, sus
viejas catedrales no tendrían la radiación particular que tienen ahora. Algunos
de estos focos datan de la era Atlante.
La atmósfera inferior de la Tierra está saturada con efluvia compuesta de la energía calificada destructivamente, la cual emana constantemente de los incontrolados centros de pensamiento de la humanidad. Sin embargo, mediante la Invocación, la Aplicación y Uso inteligente y consciente del Fuego Sagrado en actividades de limpieza y purificación, se han mejorado mucho las condiciones, especialmente en el Hemisferio Occidental.
Bajar la conciencia de la Octava de los Maestros Ascendidos
y mantener su contenido sin que sea perturbado hasta que pueda ser traducido
para las mentes externas de seres no-ascendidos, no es una tarea fácil ni
pequeña. Sin embargo, para facilitar este servicio, la Hueste Seráfica y
Querúbica, así como también algunos de los grandes Ángeles Devas, se ofrecen
voluntariamente al comienzo de cada Movimiento Cósmico, para crear una matriz
artificial o cáliz; y dentro de Sus propios cuerpos, sostener la Palabra o
Mensaje según fuera descargado desde el corazón del Ser Oficiante, no sólo antes
de ser descendido dentro de la octava física, sino después de que ha sido
registrado a través de quien se le da expresión en el mundo de la forma. Es
sostenido como un sol en miniatura irradiando constantemente, así como la luz
de un candelabro ilumina un salón cuando la corriente eléctrica está encendida.
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