viernes, 6 de diciembre de 2024

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 139

 


3. ¿ES LA HUMILDAD UNA CLAVE ESENCIAL EN MAGIA? Parte III


Esto está exactamente ligado a lo que anteriormente se había comentado acerca de la responsabilidad de cada cual y la necesidad de tomar las riendas de su propia realidad, que es lo que mal se suele llamar destino.

 

Aquí podemos recordar la leyenda de Icaro o la leyenda de uno de los hijos de Apolo.

 

El primero logró volar pegando plumas con cera a su cuerpo, mientas que uno de los hijos de Apolo insistió hasta la saciedad ante su padre, de que quería llevar por un día el carro del Sol. A ambos les sucedió lo mismo y es que se acercaron excesivamente al Sol. Las consignas de sus maestros eran no volar ni demasiado alto ni demasiado bajo, sino simplemente a su altura.

 

A Icaro se le fundió la cera por la que tenía las plumas pegadas a su cuerpo y por lo tanto, cayó al mar y murió, mientras que el hijo de Apolo causó grandes estropicios tanto por subir demasiado como por bajar demasiado con el carro del Sol. El propio Júpiter-Zeus se encargó de fulminarlo con un rayo.

Esto nos habla simbólicamente, a través de la muy pedagógica Mitología, de lo trascendental y trabajoso que es mantener las riendas del carro solar, que es, ni más ni menos, que mantener las riendas de la conciencia del yo.

 

Por tanto, el ser humano está siempre rodeado o inmerso en fuerzas que son evolutivas, vitales, ascendentes, realizadoras, centradoras y esenciales. Estas son las fuerzas que el mago pretende canalizar, ya que, obviamente, existen otras que son justo del carácter contrario u opuesto.

 

Si queremos obtener la denominación de esas fuerzas opuestas no tenemos más que buscar el antónimo da cada una de estas palabras y observaremos perfectamente cuáles son las características esenciales de las fuerzas contrarias en el Universo.

 

Se trata de fuerzas evolutivas porque van imparablemente hacia adelante, son fuerzas vitales porque son las que trabajan a favor de la vida, son ascendentes puesto que pretenden una elevación en los diferentes niveles del ser humano, son realizadoras porque el ser humano se va conjugando a sí mismo según va tomando conciencia y dominio sobre la realidad, son centradoras por el propio símbolo del Sol que ya se ha explicado y, por último, son esenciales puesto que lo que queda realmente de las experiencias humanas es esa esencia de las experiencias, la cual queda depositada en la conciencia.

 

El mago pretende mediante su conciencia provocar un chispazo, proyectando una fuerza hacia arriba y haciendo que por ley de Acción y Reacción, se proyecte otra hacia bajo, llamándose normalmente este segundo término descenso. Aquí es cuando se produce el fenómeno de la gracia, de la intuición, de la oportunidad o del chispazo de la voluntad.

 

Más que de poderes, en Magia se habla de estos conceptos.

 

Ciertamente, el concepto de poder puede ser erróneo cuando no se entienda que todas y cada una de las capacidades del ser humano dependen de la voluntad de las fuerzas cósmicas. El ser humano no puede realizar absolutamente nada si no es aprovechando esas energías que la naturaleza le proporciona. Por tanto, cuando se habla de desarrollo de poderes ocultos siempre ha de ser desde un punto de vista progresivo y en armonía con las leyes naturales. De otra forma, perseguir esos teóricos poderes por simple curiosidad, o por intento de dominio sobre los demás, resulta un camino bastante extraviado debido a que, por su propia naturaleza, es contra-natural.

 

Se habla por los conocedores del tema mágico que el verdadero Mago llega a generar como una especie de pirámide energética con la punta hacia arriba sobre su cabeza, y simultáneamente, eso está acompañado de una pirámide con la punta hacia abajo que se genera de arriba hacia abajo. Esto viene muy bien representado por la estrella de David o sello de Salomón, en la cual se engarzan equilibradamente dos triángulos equiláteros: uno con la punta hacia arriba y el otro con la punta hacia abajo. Esta es la operación fundamental en la Magia, pero no es tan sencillo como simplemente imaginar mentalmente ese triángulo o pirámide con la punta hacia abajo. No es suficiente para que se provoque el chispazo o el descenso con un simple ejercicio de generación de una imagen mental, aunque, evidentemente ello puede ayudar en cierta medida.

 

Como se ha dicho anteriormente, se necesita un proceso de preparación del momento en cuestión. Ciertamente, las cuestiones de carácter ritual son importantes pero no son las verdaderamente trascendentes, sino que son las que acompañan o dan ilustración al acto en sí.

 

 

 

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