3. ¿ES LA HUMILDAD UNA
CLAVE ESENCIAL EN MAGIA? Parte III
Esto está exactamente
ligado a lo que anteriormente se había comentado acerca de la responsabilidad
de cada cual y la necesidad de tomar las riendas de su propia realidad, que es
lo que mal se suele llamar destino.
Aquí podemos recordar
la leyenda de Icaro o la leyenda de uno de los hijos de Apolo.
El primero logró volar
pegando plumas con cera a su cuerpo, mientas que uno de los hijos de Apolo
insistió hasta la saciedad ante su padre, de que quería llevar por un día el
carro del Sol. A ambos les sucedió lo mismo y es que se acercaron excesivamente
al Sol. Las consignas de sus maestros eran no volar ni demasiado alto ni
demasiado bajo, sino simplemente a su altura.
A Icaro se le fundió la
cera por la que tenía las plumas pegadas a su cuerpo y por lo tanto, cayó al
mar y murió, mientras que el hijo de Apolo causó grandes estropicios tanto por
subir demasiado como por bajar demasiado con el carro del Sol. El propio
Júpiter-Zeus se encargó de fulminarlo con un rayo.
Esto nos habla
simbólicamente, a través de la muy pedagógica Mitología, de lo trascendental y
trabajoso que es mantener las riendas del carro solar, que es, ni más ni menos,
que mantener las riendas de la conciencia del yo.
Por tanto, el ser
humano está siempre rodeado o inmerso en fuerzas que son evolutivas, vitales,
ascendentes, realizadoras, centradoras y esenciales. Estas son las fuerzas que
el mago pretende canalizar, ya que, obviamente, existen otras que son justo del
carácter contrario u opuesto.
Si queremos obtener la
denominación de esas fuerzas opuestas no tenemos más que buscar el antónimo da
cada una de estas palabras y observaremos perfectamente cuáles son las
características esenciales de las fuerzas contrarias en el Universo.
Se trata de fuerzas
evolutivas porque van imparablemente hacia adelante, son fuerzas vitales porque
son las que trabajan a favor de la vida, son ascendentes puesto que pretenden
una elevación en los diferentes niveles del ser humano, son realizadoras porque
el ser humano se va conjugando a sí mismo según va tomando conciencia y dominio
sobre la realidad, son centradoras por el propio símbolo del Sol que ya se ha
explicado y, por último, son esenciales puesto que lo que queda realmente de
las experiencias humanas es esa esencia de las experiencias, la cual queda depositada
en la conciencia.
El mago pretende
mediante su conciencia provocar un chispazo, proyectando una fuerza hacia
arriba y haciendo que por ley de Acción y Reacción, se proyecte otra hacia
bajo, llamándose normalmente este segundo término descenso. Aquí es cuando se
produce el fenómeno de la gracia, de la intuición, de la oportunidad o del
chispazo de la voluntad.
Más que de poderes, en
Magia se habla de estos conceptos.
Ciertamente, el
concepto de poder puede ser erróneo cuando no se entienda que todas y cada una
de las capacidades del ser humano dependen de la voluntad de las fuerzas
cósmicas. El ser humano no puede realizar absolutamente nada si no es
aprovechando esas energías que la naturaleza le proporciona. Por tanto, cuando
se habla de desarrollo de poderes ocultos siempre ha de ser desde un punto de
vista progresivo y en armonía con las leyes naturales. De otra forma, perseguir
esos teóricos poderes por simple curiosidad, o por intento de dominio sobre los
demás, resulta un camino bastante extraviado debido a que, por su propia
naturaleza, es contra-natural.
Se habla por los
conocedores del tema mágico que el verdadero Mago llega a generar como una
especie de pirámide energética con la punta hacia arriba sobre su cabeza, y
simultáneamente, eso está acompañado de una pirámide con la punta hacia abajo
que se genera de arriba hacia abajo. Esto viene muy bien representado por la
estrella de David o sello de Salomón, en la cual se engarzan equilibradamente
dos triángulos equiláteros: uno con la punta hacia arriba y el otro con la
punta hacia abajo. Esta es la operación fundamental en la Magia, pero no es tan
sencillo como simplemente imaginar mentalmente ese triángulo o pirámide con la
punta hacia abajo. No es suficiente para que se provoque el chispazo o el
descenso con un simple ejercicio de generación de una imagen mental, aunque,
evidentemente ello puede ayudar en cierta medida.
Como se ha dicho
anteriormente, se necesita un proceso de preparación del momento en cuestión.
Ciertamente, las cuestiones de carácter ritual son importantes pero no son las
verdaderamente trascendentes, sino que son las que acompañan o dan ilustración
al acto en sí.
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