miércoles, 11 de diciembre de 2024

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 141

 


4. ¿EN QUE CONSISTE LA CONSCIENCIA O PREDISPOSICION (APERTURA) DEL MAGO?. Parte II


Podríamos decir que es cuestión de ciencia divina, porque no se puede engañar a aquello que todo lo ve. Hasta cierto punto, esto significa una ampliación hasta límites considerables de lo que Freud llamaba el super-yo, que era como él definía a la conciencia moral, entendiendo este concepto del ojo que todo lo ve.

 

No es cuestión de portarse bien o de ser bueno simplemente, sino de entender que "en el Universo no cae una sola hoja sin que el resto de él lo sepa".

 

Por tanto, considerar el efecto trascendente de nuestros actos y realizaciones es algo que no crea una especie de presión psicológica continua, pensando que pudiéramos recibir un castigo en cualquier momento si no hacemos lo correcto, más bien sucede todo lo contrario. El saber perfectamente que nuestros actos tienen una relevancia en los planos sutiles, simplemente conduce a actuar con naturalidad, y a no hacerse una idea del mundo anárquica, desbarajustada o simplemente casual. Implica sencillamente entender, tal como sucede en el plano físico, que las cosas están unidas por leyes precisas.

 

Recordemos lo que sucede en las clásicas piñatas infantiles. A la persona en turno que va a dar el número de golpes que tenga permitido se le vendan los ojos, y los demás le hacen perder el sentido de la ubicación haciéndole girar sobre sí mismo. Luego se puede tener una, dos o tres oportunidades para dar con el palo en el sitio preciso a la piñata y obtener los regalos. Evidentemente, no se nos ocurre pegarle al suelo, ni tampoco pegarnos a nosotros mismos. Siempre vamos a apuntar hacia una altura en la cual visualizamos que se encuentra la piñata. En cambio, si no tuviéramos la venda, iríamos directamente al grano y nuestras posibilidades aumentarían enormemente.

 

Lo mismo ocurre con la toma en consideración del ojo que todo lo ve, que significa quitarse la venda e ir directamente al grano y a lo esencial de las situaciones, sabiendo valorar cada momento presente en su justo término.

 

La autodisciplina significa simplemente aplicar la ley del ritmo y la cadencia a nosotros mismos.

 

Esto no significa reprimirse o renunciar al recreo y a la diversión, ni tampoco dejar de vivir, tal como se usa la expresión coloquialmente.

 

La autodisciplina implica establecer de forma racional momentos de descanso y recreo y, de esa forma, recargar nuestras baterías.

 

Autodisciplinarse significa tener en cuenta nuestra propia naturaleza humana, la cual tiene evidentemente limitaciones impuestas en el nivel corporal. Pero también es cierto que, tanto el cuerpo como la mente necesitan un ritmo y una cadencia para irse formando a sí mismos. Si no existe ritmo en las actuaciones y en los pensamientos, se genera la dispersión, y habiendo dispersión no obtenemos ni la milésima parte de nuestras potencialidades personales.

 

Por tanto, no hay que pensar que el desarrollo personal evolutivo se puede hacer simplemente de vez en cuando, sino que es una filosofía, un concepto o una trascendencia de la vida que se tiene que impregnar en todo el ser mismo.

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