Vamos a realizar un potente hechizo para poder eliminar una
maldición heredada de generación en generación por una misma familia.
Muchos son los casos en que en una misma familia cada generación sufre un accidente trágico de coche, una muerte por la misma enfermedad, un divorcio sobre la misma época…
Y toda una serie de tragedias y dificultades que marcan a
toda la familia y que ocurren generación tras generación sín poder hacer nada
para pararlo.
Todo esto no son casualidades, ya que las casualidades no
existen, estamos hablando de una maldición que hay que parar para evitar que la
tragedia siga haciendo estragos en esa familia.
Este hechizo muy potente nos va a permitir poder romper la
maldición familiar y que las nuevas generaciones no sufran el mal satánico que
algún ser nos envió ya sea por envidia, desprecio, odio, desamor…
Para poder hacer la revocación de la maldición necesitamos
la ayuda celestial del Arcángel San Gabriel. Sólo con la ayuda del poder
directo de Dios y de su fuerza a través del soldado celestial más importante,
el Arcángel San Gabriel podremos parar y eliminar para siempre una maldición
familiar.
El Arcángel San Gabriel es el guardián celestial de los
tesoros de Dios, su nombre hebreo significa la fuerza de Dios, es su mensajero
más importante.
Quitar una maldición heredada
Es muy importante dejar claro que todas y cada una de las
personas afectadas por la maldición familiar deben pasar por este proceso de
limpieza, ruptura y revocación de la maldición. Todas las personas afectadas
tienen que limpiarse sino la maldición seguirá de generación en generación. Una
tercera persona, que será un familiar directo de alguno de ellos, esposo,
esposa, etcétera… debe ser un familiar directo pero no de sangre será la
persona que realiza la revocación.
Para quitar la maldición familiar necesitaremos:
- Un
manojo de ruda.
- 4
velas blancas.
- Agua
Bendita.
- Estampas
del Arcángel San Gabriel.
- Cenizas
recientes.
- Cerillas
de madera.
Buscaremos un lugar montañoso, tranquilo donde no podamos
ser molestados y con precaución primero deberemos obtener ceniza recién
quemada. Para ello quemaremos un tronco pequeño y esperaremos a que arda por completo
para coger sus cenizas.
A continuación esa persona familiar directo pero no de
sangre de alguno de los miembros de la familia afectado por la maldición hará
un círculo con las cenizas lo suficientemente grande para que quepan todos los
miembros de la familia que deben participar.
Después de dibujar el círculo con cenizas lo sellará echando
gotas de agua bendita por todo el círculo. De esta manera hemos sellado nuestro
altar sagrado contra las fuerzas del mal para poder recibir la gracia de Dios.
A continuación pondrá una vela blanca en cada uno de los
cuatro puntos cardinales.
Mientras tanto todos los miembros de la familia cogerán y
pondrán en su mano derecha una estampa del Arcángel San Gabriel, entrarán en el
círculo y se pondrán juntos tocándose y mirándose unos a otros.
A continuación la persona escogida encenderá con la misma
cerilla las cuatro velas blancas.
Acto seguido encenderá el manojo de ruda.
Ese manojo de ruda lo irá pasando por cada una de las
personas y por todo el círculo purificando a cada persona y al conjunto
mientras va repitiendo la siguiente oración:
“Que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento
humano, guarde
vuestros corazones y vuestra alma en Cristo Jesús “;
Las personas a su vez deben estar concentradas mirándose y con
la estampa del Arcángel San Gabriel bien cogida.
Este proceso debe durar al menos 10 minutos y se debe hacer a conciencia, con
fe y concentración.
La persona debe ir pronunciando la oración en voz alta, de esta manera la
maldición se va eliminando poco a poco.
Pasados unos 10 minutos, deberá apagar el manojo de ruda.
Ahora cada uno de los miembros de la familia que está dentro del círculo en voz
alta repetirá lo siguiente uno a uno.
“A ti arcángel San Gabriel,
mensajero de Dios, de los milagros y la esperanza,
acaba con nuestro mal y amargura enviado por un ser del mal,
a Dios padre a través de tí le suplico,
cura y protege nuestro cuerpo y alma,
las gracias te doy mensajero de Dios,
Amen”;
Ahora todos tal como están, tranquilos y en calma dentro del
círculo esperará a que las velas blancas se consuman.
El hechizo de ruptura y revocación está en marcha y durante este tiempo de
espera la maldición se eliminará por completo de la familia.
Una vez se hayan consumido las velas, cogerán los restos y
los enterrarán en el mismo lugar junto con el manojo de ruda, las estampas del
Arcángel San Gabriel, y echarán unas gotas de agua bendita.
Lo dejarán todo bien enterrado para que nadie pueda
descubrirlo y una vez esté todo bien tapado para terminar echarán otras gotas
de agua bendita y se santiguarán cada uno de ellos una vez.
A partir de este momento la familia se ha liberado para
siempre de la maldición.
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