domingo, 1 de abril de 2018

“LA CASCARILLA DESTRUYE LA AUTORIDAD DE LA OSCURIDAD”


Refrán de Baba Eyiobe.

Por Gloria Hidalgo

Achiyú Keké

La cascarilla es un elemento ampliamente utilizado dentro de la Religión Yoruba, su elaboración es a base de cascaras de huevo pulverizados, mezclado con agua bendita y que lleva cantos y rezos en su preparación, al menos esta es la forma litúrgica y real de la construcción de este elemento mágico tan importante para la realización de ritos y protecciones que realizan los Santeros y Babalaos en sus obras, la cascarilla esta íntimamente relacionada con Obatala, siendo uno de sus atributos debido a su blancura y su pureza. 

No existe rogación de cabeza donde no este presente el uso de la cascarilla, pues a través de ella es que logramos la claridad espiritual y mental que busca la persona al recibir la rogación. La cascarilla es utilizada para trazar todos los signos de consagraciones especiales que hacen los Babalaos, ya que esta considerada como el elemento mas puro que existe y que permitirá que todos estos trazos lleguen a la deidad a la que se le este rindiendo tributo. También se utiliza la cascarilla para atenciones a Egun y al finalizar las ceremonias es imprescindible su uso de forma pulverizada. Es utilizada para delimitar los espacios donde se llevara a cabo alguna consagración importante, sobre todo cuando esta relacionada con Egun. Cuando las personas en consultas manifiestan tribulaciones o múltiples discusiones en el núcleo familiar, se recomienda pulverizar la cascarilla y soplarla en los rincones de la casa, para traer la paz y la tranquilidad al hogar.

LIMPIEZA AL PIE DE OBATALA CON CASCARILLA PARA PAZ Y ARMONIA-

Coloque 8 bolas de cascarilla en un recipiente con cuatro litros de agua y cuatro litros de leche, agregue flores blancas, y un poquito de manteca de cacao. Ofrecer este baño a Obatala con 2 velas blancas colocadas en dos platos blancos. Lave toda su casa muy bien y después riegue este baño pidiéndole a Obatala que traiga la paz y la armonía a su hogar. Al final de la limpieza debe bañarse la persona que realice la obra con jabón de coco y este purificador baño.

PATAKI DE OBATALA Y LOS TRES PRETENDIENTES

Obatalá tenía una hija muy bella, dulce y sencilla, que era la felicidad del padre. Esta hija tenía tres enamorados: Ikú, Aro y Ofo. Como es de suponer, Obatalá estaba ante un espinoso dilema, pues si daba la mano de su hija a uno de ellos, los otros dos se vengarían. Por ello, su elección, cualquiera que fuese, ponía en peligro la vida de su hija, tan querida para él.

Obatalá se convirtió en paloma y se posó en un árbol frondoso de flores multicolores que representaban todas las virtudes de que gozaba su reinado, y se sintió muy desgraciado. 

Así pensando, quedó sumido en un profundo sueño. Cuando despertó, le vino a la mente todo lo soñado y se apresuró a emitir un bando para todo su reino, el cual decía: "Quien me traiga un abani, se casará con mi hija".

En esos tiempos, los abani eran muy escasos y difíciles de cazar. En el mismo bosque intrincado que rodeaba al palacio, vivía un sitiero quien adoraba en silencio a la hija de Obatalá y había decidido llevarle el abani solicitado, pero consultó antes su decisión con Orula. La consulta resultó en este Ifá, que le mandaba a hacer ebbó con babosas, cascarilla, merengue, achó fun fun y un palo de su tamaño, y le recomendó que después fuera al monte a cantar.

Así lo hizo el sitiero y su canto era tan dulce y melodioso que sus ecos parecían suaves voces venidas de otro mundo. Ikú, quien venía por el sendero, se paró a oír, pues también había leído el bando y traía en un saco el tan ansiado abani. Extasiado, dejó caer el saco y quedó como petrificado. El sitiero aprovechó su trance, recogió el saco, y se lo llevó de inmediato a Obatalá, quien le concedió a su hija en matrimonio. Esto le sucedió al buen hombre por los consejos siempre sabios de Orula. Y por mandato de Obatalá, Orula, Echu y Oggún, quedaron atrapados Ikú, Aro y Ofo sin poder hacer daño. Maferefun Obatalá, Maferefun los orishas.

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