sábado, 4 de mayo de 2019

LA NEFELOMANCIA


La  Nefelomancia tiene como primordial y única base el estudio de las nubes, de sus 

movimientos y de sus tan variados formatos. Mientras que la historia y las costumbres, 

tanto brujas y muggles, evolucionaron, la Nefelomancia se preocupó de acompañarlos a la 

raya, moldeándose en una de las artes más suntuosas de todo ese misterio que es la 

Adivinación. A partir de ahí, desde los primordios, se sabe que diversos acontecimientos 

fueron predicados a través de ese tenor. La gravedad de esas ocasiones veleja de lo peor, 

como cuando, en 1723, la erupción de un volcán fue prevista, posibilitando la evacuación 

del recinto, al mejor, como a una muchísima abundante cosecha, presenciada en 1856, que 
enriqueció al pueblo de aquel lugar.

Las presuposiciones sobre el verdadero y convencido surgimiento de la Nefelomancia 

están, en gran fragmento, completamente equivocadas. El verdadero avance esta 

adivinación pretexta en los últimos años de la hebra del siglo XV, alrededor del año 1487. 

La tripulación de las carabelas portuguesas hacia Brasil, era sólo una conjetura que 

practicaba las artes de este contenido en secreto. En las ocasiones en que los barcos se 

perdían de sus reales rumbos, algunos individuos, discernidos como especies de 

consejeros, eran convocados para que, entonces, se redireccionara las embarcaciones, 

pero sus métodos no fueron siempre exactos; la prueba de ello son los errores cometidos 

que hicieron que sólo en 1500 Brasil fuera convencida y unánimemente descubierto.


En las entrelíneas de esos mismos errores, el comandante de la embarcación optó por dar 

un basta: los métodos que estaban siendo utilizados eran incapaces de predecir el futuro 

con total convicción, lo que hizo que aquel individuo clarividente se manifestar y pedir por 

una oportunidad. Por lo tanto, dirigir su atención a los cielos y las nubes brillantes que 

llenaban, este tipo era capaz de dirigir adecuadamente las carabelas portuguesas para la 

guía de Brasil; es el verdadero surgimiento de la Nefelomancia, resultado de la suma entre 

neflo (elemento de formación de palabras que expresa la idea de nube) y mancia 

(herramienta usada para dirigirse a los asuntos de la Adivinación).

Con el saber acarreado por los antepasados, se sabe que la Nefelomancia es uno de los 

métodos más populares de Adivinación, no sólo por el fácil éxito obtenido, sino también por 

las minuciosas formas existentes; las nubes son cambiantes y cambian. Además de ser 

capaz de predecir el futuro, como todas las demás manías, la Nefelomancia es tan hábil y 

célebre que puede proporcionar ocasiones de paz para uno o más individuos, es decir, una 

relajación y una introspección, o algo del género. De esta forma, la Nefelomancia no es 

sólo un método divinatorio, pero, concomitantemente, un psico-pedagógico, una vez que la 

observación de las nubes y la deducción de respectivos formatos puedne auxiliar en la 

recuperación de determinados individuos.



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