Es una costumbre japonesa en la cual la pareja que ha
decidido unirse en matrimonio es
unida de los dedos meñiques por un hilo
rojo, este hilo simboliza el poder energético que el
destino ha atado a las almas gemelas.
Cuenta la tradición de Asia Oriental, que las personas que
están predestinadas a amarse
están unidas por un hilo rojo invisible que
se encuentra atado a su dedo meñique.
Este hilo rojo existe desde que uno nace,
es igual lo que se tarde o no en encontrar a esa
persona especial y no se puede
romper, es un vínculo eterno, el hilo del destino.
El dedo meñique se une con el corazón a través de una
arteria, este hilo puede tensarse,
estirarse, enredarse en ocasiones, como las
propias relaciones, si bien nunca puede
romperse.
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