¿Porque es importante sanar las memorias de dolor desde el
vientre materno?
Porque ella también heredó
su forma de pensar, de sentir y de actuar, en gran parte de su propia madre. Y
así sucesivamente. Casi siempre hay que hacer un gran trabajo interno para
lograr este equilibrio, para salvar la relación madre/hij@, que a su vez
significa sanar tus demás relaciones.
Para que podamos acceder a la energía del corazón, debemos
primero sanar desde el vientre de nuestra madre, para curar las heridas
ancestrales de lo femenino.
Según se desprende de la filosofía taoísta y budista,
“nosotros”, estamos ligados espiritualmente a cinco (5) generaciones de
antepasados. Esto quiere decir, que, si hoy nosotros somos seres con luz,
debido al camino que hemos elegido, nuestros antepasados, buscan y necesitan de
“esa LUZ” …
Cada noche antes de irte a dormir hónrate a ti misma y
honra a tus ancestras, sintiendo infinito respeto hacia ellas por venir antes
que tú a esta vida…
(Colocamos mano derecha en el corazón y mano izquierda en
el ombligo) …y decimos:
Yo reconozco a la niña que hay en mí
Yo reconozco a la mujer que hay en mí
Yo reconozco a la mujer que es mi madre
Yo reconozco a la mujer que es mi abuela
Yo reconozco a todas las mujeres que habitan en mí
Yo pido perdón a la niña que hay en mí
Yo pido perdón a la mujer que hay en mí
Yo pido perdón a la mujer que es mi madre
Yo pido perdón a la mujer que es mi abuela
Yo pido perdón a todas las mujeres que habitan en mí
Yo perdono a la niña que hay en mí
Yo perdono a la mujer que hay en mí
Yo perdono a la mujer que es mi madre
Yo perdono a la mujer que es mi abuela
Yo perdono a todas las mujeres que habitan en mí
Yo agradezco a la niña que hay en mí
Yo agradezco a la mujer que hay en mí
Yo agradezco a la mujer que es mi madre
Yo agradezco a la mujer que es mi abuela
Yo agradezco a todas las mujeres que habitan en mí
Yo amo a la niña que hay en mí
Yo amo a la mujer que hay en mí
Yo amo a la mujer que es mi madre
Yo amo a la mujer que es mi abuela
Yo amo a todas las mujeres que habitan en mí
Yo honro a la niña que hay en mí
Yo honro a la mujer que hay en mí
Yo honro a la mujer que es mi madre
Yo honro a la mujer que es mi abuela
Yo honro a todas las mujeres que habitan en mí
(Hacemos una reverencia, nos inclinamos hacia delante con
ambas palmas hacia arriba).
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