jueves, 21 de diciembre de 2023

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 75

 TERCER NIVEL DE PODER:

LA INTERRELACION DEL YO CON EL UNIVERSO: LIBERACION Y MANIFESTACION

 Parte II



SHAKTI es la contrapartida femenina de la conciencia pura. Es la madre del universo y el símbolo de la creación, llamada también Maya, palabra que habitualmente se suele traducir como "ilusión", aunque en realidad en el idioma sánscrito significa "lo mágico", "lo artístico", "lo sabio" y "lo poderoso". Maya es la sustancia del universo manifiesto y, en realidad, es también una proyección de la conciencia, aunque no es la conciencia misma. Es decir, la realidad externa o Maya de cada persona varía y cambia en función de sus estados de conciencia. 

Estando en relación directa con las dos corrientes antes citadas, ambas divinidades tienden a aproximarse entre sí. Shakti, conforme se eleva de la Tierra, es el símbolo de la "aspiración divina del alma humana", mientras que Shiva es la "gracia divina", que bajo determinadas condiciones y en un momento preciso desciende o se manifiesta hacia el mundo de la realidad física.

 Ambas fuerzas o divinidades residen en cada ser humano, por lo que sólo hace falta practicar determinados principios para favorecer la unión armónica entre ambas potencialidades, lo cual nos hará vivir experiencias cada vez más trascendentes.

Originalmente los chakras se vinculaban a una divinidad femenina llamada KUNDALINI, descrita como una serpiente que duerme, enrollada tres vueltas y media alrededor del primer chakra, en la base de la columna vertebral. El nombre procede de la palabra Kundala que significa "enroscada".

 En la tradición tibetana e hindú, esta diosa despierta y comienza a subir, chakra por chakra, hasta alcanzar la corona en la cima del cráneo. Al atravesar cada chakra produce el despertar de la zona o plano correspondiente y cuando la travesía ha concluido se dice que el individuo ha alcanzado la iluminación completa. Por esta razón, se ha concedido siempre la máxima importancia al despertar de la Kundalini y, por tanto, al desarrollo de la "corriente liberadora" que, tal como habíamos descrito, es la corriente ascendente. Esto ha generado una serie de mitos o tabúes acerca de la Kundalini: El despertar de esta energía, así como su tránsito, han de ser iniciados por un gurú iluminado.

 B. El proceso empieza por abajo y se expresa como una ascensión hacia la corona.

 C. El nivel más alto es el mayor estado de conciencia alcanzable, y los chakras inferiores quedan en un segundo término; y

 D. La Kundalini está mejor despierta que dormida, y su despertar es siempre una gran fuente de felicidad.

 En cada uno de estos mitos o tabúes existe una parte de verdad, pero también pueden inducir a errores importantes.

 Lo que sí se puede afirmar es que la experiencia del despertar de la Kundalini es algo único cuyo resultado es un cambio poderoso de la conciencia, manifestado en forma de lucidez, mayor amplitud del entendimiento, sensación de gran pureza interna, felicidad extrema, y otros.

 Kundalini es el concepto universal de una poderosa fuerza que reside dentro del ser humano, pero también es impredecible y peligrosa, puesto que en su ascenso existen riesgos y pruebas, así como posibles desviaciones.

En cualquier caso, se ha dado mucha menor importancia al movimiento descendente de la fuerza, lo cual es en sí un error de apreciación importante. Dicho de otra manera, los espiritualistas y esoteristas en ocasiones llegan a ciertos desequilibrios internos y en su vida diaria por trabajar exclusivamente el concepto ascendente de la fuerza interior. Sin embargo, el verdadero camino del equilibrio precisa el trabajo intenso sobre la fuerza descendente de la conciencia chákrica, tendente a la manifestación en obras tangibles.

 Infinidad de grupos, en ocasiones sectarios, propugnan el despegarse de lo que llaman "aspectos inferiores de la vida", haciendo que sus acólitos o discípulos entren en una dinámica de evasión o apartamiento de la realidad familiar, económica y sociológica. Esto con el tiempo lleva a un desequilibrio tanto individual como del propio grupo en sí, ya que es imposible caminar en el sendero solamente "haciendo presión hacia arriba". Es imprescindible, para mantener el equilibrio y andar en el término medio, trabajar la fase descendente de la fuerza interna, pues de otra manera las personas se quedan algo así como "descolgadas" de la realidad, pensando que el mundo es demasiado imperfecto, que el fin del mundo está próximo, que las personas que les rodean no son "elegidos", o un largo etcétera de ideas de carácter limitativo.

 Si lo observamos objetivamente, este tipo de actitudes conduce justamente a lo contrario de lo que teóricamente es su finalidad original, pues no se está respetando el concepto de unidad y se está formando una barrera, a veces muy poderosa, entre el yo y la realidad. Es curioso observar que la intención original del sistema Yoga es el Yug, la unión, y no la separación entre la conciencia humana y la realidad. El verdadero yoga sería, más bien, todo lo contrario: unir la conciencia con la realidad, trabajando tanto la faceta ascendente como la descendente de la energía interior.

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