TERCER NIVEL DE PODER:
LA INTERRELACION DEL YO
CON EL UNIVERSO: LIBERACION Y MANIFESTACION
Parte II
SHAKTI es la
contrapartida femenina de la conciencia pura. Es la madre del universo y el
símbolo de la creación, llamada también Maya, palabra que habitualmente se
suele traducir como "ilusión", aunque en realidad en el idioma
sánscrito significa "lo mágico", "lo artístico", "lo
sabio" y "lo poderoso". Maya es la sustancia del universo manifiesto
y, en realidad, es también una proyección de la conciencia, aunque no es la
conciencia misma. Es decir, la realidad externa o Maya de cada persona varía y
cambia en función de sus estados de conciencia.
Estando en relación
directa con las dos corrientes antes citadas, ambas divinidades tienden a
aproximarse entre sí. Shakti, conforme se eleva de la Tierra, es el símbolo de
la "aspiración divina del alma humana", mientras que Shiva es la
"gracia divina", que bajo determinadas condiciones y en un momento
preciso desciende o se manifiesta hacia el mundo de la realidad física.
Ambas fuerzas o
divinidades residen en cada ser humano, por lo que sólo hace falta practicar
determinados principios para favorecer la unión armónica entre ambas
potencialidades, lo cual nos hará vivir experiencias cada vez más
trascendentes.
Originalmente los
chakras se vinculaban a una divinidad femenina llamada KUNDALINI, descrita como
una serpiente que duerme, enrollada tres vueltas y media alrededor del primer
chakra, en la base de la columna vertebral. El nombre procede de la palabra
Kundala que significa "enroscada".
En la tradición
tibetana e hindú, esta diosa despierta y comienza a subir, chakra por chakra,
hasta alcanzar la corona en la cima del cráneo. Al atravesar cada chakra
produce el despertar de la zona o plano correspondiente y cuando la travesía ha
concluido se dice que el individuo ha alcanzado la iluminación completa. Por
esta razón, se ha concedido siempre la máxima importancia al despertar de la
Kundalini y, por tanto, al desarrollo de la "corriente liberadora"
que, tal como habíamos descrito, es la corriente ascendente. Esto ha generado
una serie de mitos o tabúes acerca de la Kundalini: El despertar de esta
energía, así como su tránsito, han de ser iniciados por un gurú iluminado.
B. El proceso empieza
por abajo y se expresa como una ascensión hacia la corona.
C. El nivel más alto es
el mayor estado de conciencia alcanzable, y los chakras inferiores quedan en un
segundo término; y
D. La Kundalini está mejor
despierta que dormida, y su despertar es siempre una gran fuente de felicidad.
En cada uno de estos
mitos o tabúes existe una parte de verdad, pero también pueden inducir a
errores importantes.
Lo que sí se puede
afirmar es que la experiencia del despertar de la Kundalini es algo único cuyo
resultado es un cambio poderoso de la conciencia, manifestado en forma de
lucidez, mayor amplitud del entendimiento, sensación de gran pureza interna,
felicidad extrema, y otros.
Kundalini es el
concepto universal de una poderosa fuerza que reside dentro del ser humano,
pero también es impredecible y peligrosa, puesto que en su ascenso existen
riesgos y pruebas, así como posibles desviaciones.
En cualquier caso, se
ha dado mucha menor importancia al movimiento descendente de la fuerza, lo cual
es en sí un error de apreciación importante. Dicho de otra manera, los
espiritualistas y esoteristas en ocasiones llegan a ciertos desequilibrios
internos y en su vida diaria por trabajar exclusivamente el concepto ascendente
de la fuerza interior. Sin embargo, el verdadero camino del equilibrio precisa
el trabajo intenso sobre la fuerza descendente de la conciencia chákrica,
tendente a la manifestación en obras tangibles.
Infinidad de grupos, en
ocasiones sectarios, propugnan el despegarse de lo que llaman "aspectos
inferiores de la vida", haciendo que sus acólitos o discípulos entren en
una dinámica de evasión o apartamiento de la realidad familiar, económica y
sociológica. Esto con el tiempo lleva a un desequilibrio tanto individual como
del propio grupo en sí, ya que es imposible caminar en el sendero solamente
"haciendo presión hacia arriba". Es imprescindible, para mantener el
equilibrio y andar en el término medio, trabajar la fase descendente de la
fuerza interna, pues de otra manera las personas se quedan algo así como
"descolgadas" de la realidad, pensando que el mundo es demasiado
imperfecto, que el fin del mundo está próximo, que las personas que les rodean
no son "elegidos", o un largo etcétera de ideas de carácter
limitativo.
Si lo observamos
objetivamente, este tipo de actitudes conduce justamente a lo contrario de lo
que teóricamente es su finalidad original, pues no se está respetando el
concepto de unidad y se está formando una barrera, a veces muy poderosa, entre
el yo y la realidad. Es curioso observar que la intención original del sistema
Yoga es el Yug, la unión, y no la separación entre la conciencia humana y la
realidad. El verdadero yoga sería, más bien, todo lo contrario: unir la
conciencia con la realidad, trabajando tanto la faceta ascendente como la
descendente de la energía interior.
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