SEGUNDO NIVEL DE PODER:
SEGUNDO CHAKRA:
SVADHISTHANA (EL AGUA) Parte I
Físicamente se sitúa a la altura de la quinta vértebra lumbar y posee relación con el plexo hipogástrico y con las glándulas endocrinas suprarrenales.
Posee relación con el elemento agua, el estaño y el planeta Júpiter, siendo los signos zodiacales afines Piscis y, en segundo lugar, Sagitario.
La palabra Swadhisthana proviene de la raíz Swad, la cual significa "endulzar", lo que simboliza el paso del nivel restrictivo y material del primer chakra a un plano de mayor expansión, recreación y, hasta cierto punto, felicidad.
El segundo chakra, al estar regido por el agua, tiene relación no solamente con los sentimientos sino igualmente con los deseos. Se puede decir que Swadhisthana o "el reino de la dulzura" es como una especie de "cielo" con relación a la materia o tierra que representa el primer chakra. Al comenzar el despertar del segundo chakra, el ser humano siente la necesidad de superar las barreras de la simple actividad física y de mantenimiento de sus necesidades básicas, entrando en un terreno en el cual el placer, las relaciones, la cultura, los viajes, y la vida social son elementos esenciales.
La fuerza del deseo es enorme, puesto que se encuentra en la base de la propia motivación humana y hace que el hombre y la mujer se expandan, tratando de abarcar otros niveles de experiencia que van más allá de la rutina y responsabilidades diarias. Aunque todo deseo surge por alguna razón, es evidente que el deseo es una espada de dos filos, pues se puede dar la tentación de ir continuamente detrás de objetos externos que supuestamente producen satisfacción.
Si la tierra -representativa del primer chakra- tiene el atributo de la solidez y, por tanto, la capacidad de la construcción de algo con unos materiales que son rígidos, el agua del segundo chakra es el símbolo universal de la "ley del mínimo esfuerzo" o de la mínima resistencia; así, todo los ríos acaban por desembocar en el mar, y siempre ellos buscan la ruta de menor resistencia.
El placer como re-creo produce salud y armonía en el organismo psicofísico, así como rejuvenecimiento del espíritu y una tónica sana en las relaciones personales y culturales. En cambio, el placer como di-versión desenfrenada produce un desgaste de las energías vitales personales.
No cabe duda de que es una tendencia natural humana el buscar lo bueno, es decir, tener una casa más cómoda, disponer de una más amplia biblioteca, enviar a los hijos a la mejor y más cara universidad, disponer de tiempo y dinero suficiente como para ver mundo, tener la posibilidad de charlar y hacer tertulia con los conocidos de una forma relajada, o alternar socialmente con determinados grupos o círculos con los cuales poseemos una cierta afinidad. Todas estas actividades bien encaminadas producen una armonía entre la mente y el cuerpo, pero es fácil quedarse atrapado en este chakra, y la trampa proviene tanto de evitar la felicidad y el placer como de entregarse excesivamente a ellos.
Se trata de entrar en
una dinámica de felicidad ligada a la sabiduría, y no de la felicidad
sintonizada exclusivamente con el placer momentáneo.
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