jueves, 22 de febrero de 2024

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 86

 SEGUNDO NIVEL DE PODER:

SEGUNDO CHAKRA: SVADHISTHANA (EL AGUA) Parte II


Algunos sistemas de creencias budistas e hindúes afirman que los sentidos engañan y que sólo sirven para enmascarar la verdadera naturaleza de las cosas pero, si esto fuese cierto, ¿no nos habría sido más práctico haber nacido simplemente como seres etéreos y sin contacto con la realidad física?.

 

La sensualidad es otro aspecto ligado a este chakra y al planeta Júpiter, y por ello algunos autores encuadran la función de la sexualidad en conexión con el segundo chakra y no con el primero. A este respecto es más lógico pensar que la sexualidad como instinto básico se encuentra relacionada con el primer chakra, mientras que la sensualidad o refinamiento del amor está en analogía con el segundo chakra, Swadhisthana.

 

Disfrutar de unas buenas y relajadas vacaciones, pasar un rato de entretenimiento en el teatro o en la ópera, relajarse yendo de compras, o divagar en una conversación hablando de política y moral en un tono desenfadado, para algunos espiritualistas de fundamentalistas podrían parecer actividades "trampa", con carácter limitador para la evolución personal. Pero es necesario hacer funcionar el discernimiento, y ver que estas actividades pueden ser sencillamente complementos de la evolución humana, y que también contribuyen a la apertura de la conciencia hacia realidades cada vez más expandidas.

 

Continuando con el avance en el estudio del segundo chakra, también hay que añadir los sentimientos y los afectos como parte de su radiación y su nivel vibratorio.

 

Así, por ejemplo, el instinto de protección hacia las personas allegadas tiene su origen en este chakra, el cual motivó a lo largo de la historia de la humanidad que se estableciera la célula familiar con unas raíces morales y de carácter sagrado, y sustentada fundamentalmente en el matrimonio. Además, ese sentimiento paternalista y protector fue creciendo progresivamente hasta alcanzar el concepto de clan, de tribu y posteriormente de pueblo.

 

La protección hacia otra persona está relacionada tanto con la crianza como con la aportación de energía, cariño y muestras de afecto a la familia, los hijos y los protegidos en general. Este instinto paternal o maternal es fundamental para el desarrollo equilibrado de la psicología humana.

 

La empatía es otro de los fenómenos psíquicos relacionados con Swadhisthana, y ésta se define como "la capacidad de compartir las emociones de otras personas"; o, también, "la participación afectiva, por lo común emocional, que desarrolla un sujeto en una realidad ajena".

 

Este es uno de los elementos fundamentales que hace que los seres humanos se relacionen socialmente y se inclinen a formar grupos, asociaciones, agrupaciones artísticas o clubs deportivos.

 

Por ejemplo, para el individuo que es aficionado a un determinado club deportivo, ésta es una manera de identificarse afectivamente con una serie de personajes, emblemas, colores, actos y símbolos, y con los cuales adquiere una relación de cierta reciprocidad, ya que unas veces recibe alegrías y en otras ocasiones sólo tristezas, pero él sigue aportando una contribución a ese club para que salga hacia adelante.

 

Otro ejemplo es la afición tan extendida por todo el mundo de estar pendiente de lo que hace la princesa tal, de la vida personal del marqués cual, o de las andanzas de la actriz que está de moda en el momento, tratando de acercarse, comprender o identificarse con las experiencias que viven los célebres de nuestra sociedad.

 

También las agrupaciones de carácter festivo, artístico y cultural entran dentro de este componente de necesidad de interrelación psicoafectiva.

 

Como sucede con todo, esto puede tener una doble vertiente, pues esta inclinación a la empatía social y a identificarse con un determinado grupo puede generar, aunque no necesariamente, que la persona se deje influenciar excesivamente y pierda parte de su individualidad.

 

Aquí es conveniente indicar que el primer chakra es afín al número uno, es decir, a la individualidad, el ego, la preocupación por el yo mismo, y hasta el egoísmo.

 

En cambio, el segundo chakra es análogo al número dos, que es el complemento del uno con el uno, es decir, la dualidad que se manifiesta en la relación del yo con su pareja, del yo con sus amigos, del yo con el ambiente, del yo con la sociedad, y así sucesivamente.

 

La sociabilidad es una inclinación a constituir familias más allá de la propia familia genética.

 

Así, la estructura social es una especie de plano extendido del segundo chakra, y ante cuyas fuerzas difícilmente se puede estar aislado. Si el segundo chakra de cada sujeto se comparase con un vaso de agua, entonces la estructura social sería el mar. Puede suceder, por tanto, que las aguas individuales en cierta medida sean absorbidas por el gran mar social, pero también puede ocurrir que nuestro propio cántaro se abastezca positivamente en determinados momentos de parte del líquido marino.

 

Estos baños que nos damos en el mar social como producto del nivel de experiencia del segundo chakra, pueden ser motivados tanto por necesidad de diversión como por afán cultural, deportivo, político, de distinción social, de superación de la soledad, de aprendizaje de los demás, o de cualquier otro tipo.

 

Este es el chakra que hace que la influencia social propia del momento y del lugar llegue a nosotros desde edades muy tempranas, pero también es la ruta adecuada para nosotros poder intervenir, dentro de ciertos límites, en nuestro propio medio ambiente.

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