Cristales Maestros Parte 41

 Cuarzo Maestro ABRAZO

Características: Físicamente son dos cristales de Cuarzo unidos en la

base pero con los vértices apuntando cada uno en una dirección.

 

Desde la base y por lo menos hasta la mitad de sus cuerpos están

unidos, como abrazados y luego han seguido creciendo cada uno en una

dirección, quedando sus ápices al igual que la mirada al frente de

dos personas cuando se dan un abrazo.

 

Este cristal maestro representa la unión y la fuerza del orden que

permiten la separación y desarrollo individual, sin ataduras, pero

con una sólida base que permanecerá siempre.

 

Este cristal maestro lo utilizaremos en terapias de desapego, para

cuando la persona no quiera soltar las riendas de una relación por

ser excesivamente posesiva. También para cuando la persona quiera

trabajar el desapego y sin embargo le obsesiona el no poder

conseguirlo.

 

En terapias presénciales colocaremos el cristal maestro abrazo sobre

la zona del corazón del paciente y le guiaremos una meditación o

ensoñación dirigida con el fin de que vaya liberándose de ataduras,

entendiendo que el amor es la base de unión y crecimiento que es

sólida y eterna pero que en ocasiones los caminos a seguir hacen que

tengamos que separarnos de la persona que amamos.

 

Este cristal maestro representa sobre todo la relación madre/hijo.

 

A todas las personas que tienen hijos les hará bien tener estos

cristales maestro cerca de su vista y de su campo energético.

El cristal maestro Abrazo ha nacido en un mismo medio, ha crecido

abrazado al otro y luego, sin dependencias, se ha separado

permitiendo el crecimiento en otra dirección; la base del amor y el

apoyo siempre permanecerá pero las direcciones de evolución seguirán

cada una su camino, de la misma forma que una madre debe cuidar,

proteger al hijo, educarlo y permitirle que siga su propio camino

personal.

 

Este Cuarzo maestro nos permite integrar en nuestra conciencia el

desapego y la confianza, para ello solo tenemos que tenerlo cerca,

meditar con é, sostenerlo en nuestras manos, observar su forma, su

crecimiento.

Sirve también para profesionales que no deben crearse vínculos

emocionales con sus pacientes.