domingo, 20 de octubre de 2024

MADRE KUAN YIN PARTE 5

 


6) Sutra del corazón
( = Prajña Paramita Hridayam Sutra)

¡Homenaje al Sutra del Corazón de la Sabiduría Suprema!
La Bodisatva Kuan-yin, practicando profundamente
la sabiduría suprema, percibió que todos los [cinco] agregados
son vacío y, así, fue más allá de todas las formas de sufrimiento. ¡Oh, Sariputra!
La forma no difiere del vacío, ni el vacío de la forma.
La forma “es” vacío; el vacío “es” forma.
Con las sensaciones, percepciones, condicionamientos
y consciencia ocurre lo mismo. Sariputra, todos ésos están marcados
por la vacuidad, no acceden al ser ni dejan de ser,
no son puros ni impuros, no aumentan ni disminuyen.
Por consiguiente, en el vacío no hay forma, no hay sensaciones,
percepciones, condicionamientos o consciencia;
no hay ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo o mente;
no hay forma, sonido, olor, sabor, tacto o pensamiento;
ni ninguna de las otras, desde la consciencia ocular
hasta la consciencia mental. No hay ignorancia
ni extinción de la ignorancia, ni ninguno
de los otros [doce] eslabones de causación que van
hasta la decadencia y la muerte.
No hay sufrimiento, no hay causa, no hay remedio,
no hay camino [que lleve allí]. No hay sabiduría, no hay logro.
Porque no hay nada que lograr, los Bodisatvas que se atienen
a esta sabiduría suprema están libres de trabas mentales.
Al haberse liberado de estas trabas, no tienen miedo,
están libres de todas las contrariedades y engaños,
y al final alcanzan el nirvana. Es por atenerse a esta sabiduría suprema
por lo que todos los Budas del pasado, del presente y del futuro
consiguen la iluminación suprema.
Así, sabemos que la sabiduría suprema es un gran y sagrado mantra,
un gran mantra del conocimiento,
un mantra insuperado, inigualado.
Puede dar fin a todo sufrimiento -verdadera e infaliblemente.
Por tanto, pronunciad este mantra de la suprema sabiduría así:
.
“¡Gaté, gaté, pãragaté, pãrasamgaté, bodhi, svãhã!”
.
[¡Ido, ido, ido más allá, enteramente ido más allá!
¡Iluminación! ¡Alegría!]
.
Homenaje al Sutra del Corazón de la Sabiduría Suprema!

7) Visualización de la Bodisatva Kuan-yin

Todavía sentada, se deja que la visualización de la Bodisatva en la forma de mil ojos y mil brazos desaparezca de la conciencia antes de realizar la siguiente visualización. Lo que sigue es la parte más importante del rito yóguico.

Se intenta visualizar el puro vacío –nada, vacuidad–; al cabo de poco esta vacuidad es reemplazada por el panorama de un calmo océano iluminado por la luna llena situada cerca del horizonte. El mar es apacible, con pequeñas olas de penacho blanco, el cielo es azulado negro, la blanca luna brilla pero no deslumbra. La meditadora contempla la luna durante largo tiempo, sintiéndose cada vez más tranquila y feliz. Luego la luna empieza a disminuir de tamaño, haciéndose cada vez más brillante, hasta que se parece a una perla -tan brillante que apenas se puede mirar. Al cabo de un rato, la perla se expande hasta que se convierte en un nimbo radiante, en cuyo corazón se halla una hermosa Dama vestida con una túnica y una capucha de color blanco fulgurante; sus pies reposan en un loto que descansa sobre las olas. Todos los detalles de su figura se ven claramente, pues su rostro y su silueta están iluminados respectivamente por un halo y un nimbo de un blanco brillante; incluso sus vestidos emiten luz. La meditadora ya no tiene consciencia de que haya una gran extensión de mar que le separa de la Bodisatva Kuan-yin. De forma misteriosa, ella ha avanzado hasta situarse a unos pocos pies de donde está Aquélla. Su hermosa sonrisa y toda su expresión revelan la alegría que siente en compañía de aquellos que la han evocado con el fin de hacer uso del poder de la compasión. Si la meditadora permanece muy tranquila, murmurando tan sólo su nombre una y otra vez, sin tratar de obligarla a permanecer, la Bodisatva puede quedarse espontáneamente durante lo que parecerá un larguísimo tiempo. Al cabo de un rato, sin embargo, toda su forma disminuirá hasta alcanzar el tamaño de una mota de polvo y luego se desvanecerá junto con el cielo y el mar. Todo lo que queda entonces es un espacio hermoso y resplandeciente que se extiende interminablemente en todas direcciones. Esta visión del espacio durará largo tiempo si, para entonces, la meditadora se ha olvidado lo bastante de sí misma como para estar unida con Ella en una unidad sin sujeto ni objeto. En este punto no debe haber ningún pensamiento sobre la meditadora y el espacio –sólo hay espacio, no hay meditadora.


8) Conclusión

De pie, se recita el mantra:

Na-mo Ta-pei Kuan-Shih-Yin P’u-sa

3 veces, cada una acompañada de...

Tomo refugio en el Corazón
Tomo refugio en la Práctica
Tomo refugio en la Hermandad

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