Para alejar la maldad de una criatura, incluso
presencia demoniaca, la persona que vaya a
hacer el ritual deberá estar descalza,
sosteniendo en la mano derecha una vela
blanca y en la mano izquierda una rama de
olivo. Hay que prender un incienso y hacer que
el enfermo se tienda boca arriba en el suelo,
con los ojos cerrados. Se necesita también un
poco de agua de lluvia o de mar. Y la oración
dice así:
Oración
Como siervo de Dios alejo el espíritu maligno no
ligado a esta persona. En Hombre del Divino
Creador a quien amo desde que le conozco con
todo mi corazón, alma y sentidos y a quien
prometo adorar eternamente, yo te ordeno
espíritu del mal, que te separes de este cuerpo
que estas atormentando y le dejes libres, y
pueda recibir este agua que cual lluvia divina y
con la intervención de San Cipriano echo sobre
él, diciendo: en el Hombre del Padre, Hijo y
Espíritu Santo, cuya presencia y fortaleza se
invocan en este acto.
Ofrenda
La persona curada deberá dar vueltas en círculo sobre si misma, Se
frotara manos y pies con miel y tomara un baño con veintiún claveles
blancos, colonia, un poco
de azúcar y amoniaco.
Debe
secarse con toalla blanca nueva.

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