En un sitio tranquilo enciende una vela y colócala frente a
un plato liso, de preferencia blanco o negro, con agua. Estando solo a la luz
de la vela piensa únicamente en tu respiración, una vez concentrado, enfoca tu
atención al reflejo de la llama en el agua, observa sus movimientos, da ligeros
golpes sobre la mesa y observa cómo se distorsiona la imagen, mira la llama
directamente y compara el reflejo con la imagen real, luego vuelve a observar el
plato. Libera tu mente de todo pensamiento que pueda distraerte, deja fluir las
imágenes. Poco a poco las visiones llegaran a ti, a veces en forma de símbolos,
o escenas en el agua o en la llama de la vela; quizás solo veas puntos blancos
o manchas de colores, este es un buen signo pues quiere decir que poco a poco
vas abriendo tu tercer ojo, no te presiones solo deja que las imágenes fluyan
libremente. Anota tus experiencias en tu libro de las sombras.
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