sábado, 21 de septiembre de 2019

LAS BRUJAS



Demasiados calificativos, demasiados años equivocando la palabra, demasiadas confusiones y demasiados “San Benitos” (y nunca mejor dicho), nos han colgado para denominarnos, a las BRUJAS.

De tan mal usada, la palabra BRUJA, ya no dice lo que quiere decir.

UN REPASO POR LA HISTORIA

La palabra BRUJA (WITCH) aparece en el ANTIGUO INGLES (anglosajón) en el siglo XIII, aunque no se descarta que pueda ser más antigua, incluso PRERROMANA. Derivada del INDOEUROPEO (raíz UEIK – sacrificio, hacedor del sacrificio, el que interfiere entre el cielo y la tierra y de ahí WICCA, antigua Religión europea).

La palabra BRUJA (en castellano) procede del CELTA (BROUG, lo que esta ELEVADO) de ahí el nombre de una tribu celta situada en Galicia, LOS BRIGANTES (la actual Betanzos) el nombre de la diosa BRIGANTIA (muy venerada en Irlanda, BRIGIT) y cristianizada como SANTA BRÍGIDA. Esta palabra va degenerando (las adoradoras de la diosa, las que adoran lo ELEVADO) y termina convertida en BRUJA-BRUJERÍA.

Ya conocemos el origen de la palabra BRUJA (quienes adoran lo sagrado, Sacerdotisas, Sacerdotes del antiguo culto, llamado genéricamente WICCA, Antigua Religión prehistórica europea.

Pero, ¿en que se ha convertido, o que denomina actualmente la palabra BRUJA? Esta palabra, que en el origen tenía un significado claro y conciso, ahora se utiliza para denominar toda clase de cosas, personas, actitudes… etc. y casi todas PEYORATIVAS: 

Por ejemplo, se le llama bruja a un mujer lista, misteriosa ladina, mala, fea, solitaria, vidente, tarotista, hechicera, médium, sanadora, instigadora, estafadora… en fin a todo aquello que tienen una connotación “diferente” a lo común, a lo cotidiano.

Todo esto tiene sentido si lo vemos desde la Edad Media, cuando se perseguía a todas las personas tildándolas de “herejes” “paganos” “endemoniados” etc. (casi todos eran mujeres, debido a que el TRIBUNAL INQUISITORIAL , estaba formado solo por hombres reprimidos sexualmente, ya que la Iglesia Católica catalogó el sexo como algo horrible, pecaminoso y prohibido.

Entonces los INQUISIDORES tenían una BOLSA con un nombre BRUJOS-BRUJERÍA, donde iban metiendo a todo aquél que no cumplía sobradamente con la Santa Iglesia Católica. Y en esa BOLSA iban metiendo a las mujeres que curaban, o ayudaban en los partos, a los videntes, a los científicos, a los astrólogos, a los tarotistas, a los mánticos, a los filósofos, a los que leían libros o sabían escribir, a los hechiceros… en fin, a todo aquél que destacaba y sabía, pretendidamente, más que el cura.

Todos aquellos culpabilizados de BRUJERÍA, no lo eran en absoluto, ya que la ANTIGUA RELIGIÓN EUROPEA/WICCA, había estado perseguida desde siglos antes. Desde que el 27 de febrero del año 380 d.C. el emperador Teodosio promulgara el último de los edictos de Roma, en el que se consideró delito practicar la Antigua Religión (cualquier culto PAGANO). Por lo que en la Edad Media la BRUJERÍA TRADICIONAL, era casi del todo desconocida. Y como es natural, no se perseguía a los oficiantes del ANTIGUO CULTO, sino a aquellas personas con “poderes” extrasensoriales, del tipo que fueran.

Y así estamos ahora. En la actualidad, seguimos llamando BRUJAS a las hechiceras, a las videntes, a las sanadoras, a las mentalistas, a las herbolarias… etc. Y lo peor, siguiendo la costumbre de la Edad Media, a las malas personas, a las mujeres ladinas, astutas, videntes, clarividentes, a las mujeres extrañas, misteriosas… etc.

Como se comprenderá, todo esto que ha llegado a nuestro tiempo actual, es erróneo y nuestro deber es esclarecer todo lo posible la confusión.

Entonces visto lo visto, que es realmente la BRUJA: sencillamente, una BRUJA es una SACERDOTISA, o una INICIADA, de la WICCA (Antigua Religión Europea, o BRUJERÍA TRADICIONAL)

Una BRUJA es una mujer que se ha hecho capaz de los DIOSES, a través de años de aprendizaje (con un Maestro) y haber conseguido “matar” su EGO (yo personal). Una vez esa parte PERSONAL se ha transcendido, el YO SUPERIOR se hace cargo de la CONCIENCIA DE LA BRUJA. Al principio del Camino, el Maestro cuenta con la FUERZA DE VOLUNTAD, de la iniciada, pero cuando ya se ha recibido la VERDAD DE LA LEY, no hace falta la VOLUNTAD, ya que se practica la DETERMINACIÓN, y se comprende que todo lo que nos llega es por DETERMINACIÓN DIVINA.

La BRUJA es incomprendida en la sociedad que le rodea, y se reúne de personas sabias, independientemente de su edad, credo o filosofía.

La BRUJA sabe que, sabios son los niños, los animales y todos los seres vivos de la Naturaleza.

La BRUJA no busca nada, lo va encontrando todo.

La BRUJA conoce la ley de la “siembra y su correspondiente cosecha”.

La BRUJA ama la belleza y no le interesa si la belleza le ama a ella.

La BRUJA sabe que toda la Naturaleza en su totalidad es SAGRADA, por ello la respeta y la adora.

La BRUJA conoce el HOGAR de donde ha venido y sabe que volverá a él una vez terminado el viaje que ella misma ha elegido para realizar su destino.

La BRUJA oficia el culto religioso e interfiere en los mundos invisibles, donde puede interactuar.

La BRUJA acepta su humanidad, su debilidad y sabe que donde hay debilidad por fuerza hay valentía.

La BRUJA al fin, ha abandonado los convencionalismos, las moralidades interesadas, las falsedades sociales y tiene una AMORALIDAD: “No hagas aquello que no quieres que te hagan a ti”.

Este artículo trata de dar una pequeña pincelada de luz a tanta confusión provocada desde hace siglos. Es posible que se tarde en ver la VERDAD, pero no será por abandono o dejadez.

La BRUJA sonríe a la vida y ve su sonrisa reflejada en el Espejo donde ella puede mirarse.

Cuando utilizamos bien el lenguaje, nuestra vida se equilibra y mejora, ya que las palabras crean o destruyen porque son sonidos, energía que tiende a hacerse acto.

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