C. CURACION DE LA 4 CAPAS AURALES INFERIORES.
C.1. QUELACION: LIMPIAR Y REVITALIZAR EL AURA
DEL PACIENTE.
El término quelar, derivado de la voz griega
chele o "garra", significa arañar o rasguñar. Esta técnica ha sido
sistematizada por la reverenda Rosalin Bruyere, la cual usó este sistema como
método de limpieza del campo del paciente mediante la separación o eliminación
de los residuos aurales. Además, como segunda propiedad, la quelación provoca
que el aura se llene de energía, lo cual servirá para que ésta se reequilibre.
El método en síntesis consiste en hacer fluir
la energía por el cuerpo de manera progresiva y empezando siempre por los pies,
que es lo que podríamos llamar el sentido normal de circulación de la fuerza
vital, lo cual genera salud en todo el sistema. Esto es obvio, ya que
normalmente cuando estamos erguidos la energía atraviesa el cuerpo en sentido
ascendente partiendo desde los pies y, concretamente, desde sus plantas y a
través de las raíces nerviosas que gradualmente se van concentrando en el nervio
ciático.
Estas energías terrestres, fundamentalmente de
carácter magnético, son imprescindibles en todo momento para que el cuerpo
físico se cure o para que mantenga en estado equilibrado, pues son las que
poseen unas vibraciones más densas. Con el sistema de la quelación se consigue
infundir energía al organismo psicofísico con total naturalidad, superando así
el agotamiento de éste. El cuerpo energético absorbe esta fuerza y la
transporta y reparte automáticamente a donde sea preciso.
Por el contrario, si se empieza el tratamiento
con pases magnéticos directamente sobre una determinada zona afectada sin haber
previamente equilibrado el sistema total, probablemente ocurra que la fuerza se
desplace a otras localizaciones corporales, que no son en sí la zona sobre la
que se pretendía aplicar esta fuerza. Esto sucede porque en este caso no se
trataría de un flujo natural, sino de un intento de penetrar en el sistema
energético de una manera aleatoria, con lo cual el proceso carecería de
eficacia.
Observe en el gráfico de la quelación cómo se
va armonizando la energía aural por tramos, realizando siempre el tramo del
lado izquierdo del cuerpo y a continuación el segmento correspondiente a la
derecha, para luego continuar con el siguiente segmento, primero en la
izquierda y luego en la derecha, y así sucesivamente. Veamos a continuación
cada paso de la curación mediante pases magnéticos.
Apoye las palmas de sus manos en ambas plantas
de los pies del paciente y sienta que la energía fluye a través de sus manos,
despejando, cargando y en general equilibrando el campo energético del
individuo. Con la práctica, esto lo sentirá como un chorro de energía que
recorre sus brazos, como una sensación de calor o inclusive como un hormigueo.
su propio pulso cardíaco personal se hará más lento y rítmico. Quizás note
según vaya practicando que en ocasiones la energía fluye con más intensidad por
un lado que por otro del cuerpo, es decir, por la derecha o por la izquierda.
Después de unos minutos realizando este proceso de transmisión a través de las
plantas, notará que la intensidad del flujo se hace menor, y observará a la vez
que la canalización de energía está equilibrada ya por ambos costados del
cuerpo. Esto significa que el campo está ya balanceado en conjunto y que está
usted listo para pasar a la siguiente etapa.
Colóquese a continuación sentado en la silla
por el costado derecho de su paciente. Mantenga en todo momento una mano
apoyada en el cuerpo del sujeto para mantener así la conexión.
Inmediatamente, toque con su mano derecha la
planta del pie izquierdo del paciente, y con su mano izquierda el tobillo
izquierdo de él. Para ello tendrá que inclinarse un poco sobre el cuerpo del
paciente. Entonces, deje que la energía fluya desde su mano derecha hacia la
izquierda, atravesando el pie del paciente. Puede que, al principio, la energía
transmitida sea débil pero luego, a medida que la canalización se haga más
potente, el flujo se irá incrementando. Cuando el pie esté suficientemente
repleto de energía, usted lo notará porque el voltaje de fuerza entre sus manos
descenderá.
A continuación, cambie sus manos al pie y al
tobillo derechos, repitiendo la operación y llenándolos de energía, como hizo
con el pie izquierdo.
Sitúe ahora su mano derecha en el tobillo
izquierdo del paciente, y su mano izquierda en la rodilla izquierda de él. Haga
que la energía de su mano derecha pase al tobillo izquierdo de su paciente,
para luego atravesar la pierna izquierda y llegar a la rodilla izquierda,
siendo de nuevo absorbida por su mano izquierda. Aquí es bueno recordar que
siempre, por principio de ley natural y de polaridad energética, la mano
derecha del ser humano es emisora de energía, mientras que la mano izquierda es
receptora.
Continuando con la técnica específica, es
posible que al principio el flujo sea débil.
Cuando haya acabado de llenar, cambie a la
posición tobillo derecho-rodilla derecha. En el ejemplo que presentamos en la
ilustración correspondiente, al realizar la quelación entre el tobillo y la
rodilla derechos, las nubes obscuras del muslo y la cadera derechos se han
aclarado y el campo se ha abrillantado. A la vez, empieza a despejarse parte de
la obscuridad del lado izquierdo del plexo solar.
Siga trabajando por las piernas, subiendo de
articulación en articulación, desde la rodilla a la cadera y siempre comenzando
en el lado izquierdo y luego pasando al lado derecho. A medida que usted vaya
completando su trabajo, el campo aural se irá despejando y el propio paciente
podría entrar en un estado alterado de conciencia.
A continuación, va usted a pasar a la tercera
fase de la quelación, colocando su mano derecha en la cadera izquierda del
paciente, mientras que su mano izquierda se coloca en el centro del segundo
chakra, unos tres o cuatro dedos por debajo del ombligo.
Repita esta operación entre la cadera derecha
y el segundo Chakra.
Cuando realice la imposición de manos en un
nuevo segmento, al comienzo usted notará que la energía fluye de manera lenta y
muy sutil, hasta que logre establecer una conexión más fuerte entre su propio
campo aural y el de su paciente; entonces, el flujo irá incrementándose hasta
alcanzar la cresta o cota máxima, para posteriormente ir descendiendo poco a
poco y llegar a un ritmo muy bajo o inclusive detenerse. Esto último significa
que es ya el momento de cambiar a otra posición.
Una vez que ya ha despejado, cargado y
equilibrado el segundo Chakra, coloque se mano derecha sobre este último, y la
izquierda la llevará sobre el tercer Chakra. Si usted sabe por el diagnóstico
realizado previamente que algún Chakra está especialmente debilitado o bien
hiperactivo, entonces es lógico que dedique más tiempo a realizar la quelación
sobre tales centros de fuerza.
Una vez limpiado y energetizado el segmento
anterior, vamos a pasar al siguiente, colocando la mano derecha en el tercer
Chakra y la izquierda en el cuarto.
En general, es posible que al estar realizando
la quelación sobre alguno de los Chakras directamente, usted entre en un estado
psíquico y mental de comunicación más profunda con su paciente. De alguna
manera, su mente se va sintonizando con la de la persona a la que trata de
sanar, y viceversa. Quizás, descubra que está respirando al mismo ritmo que su
paciente, lo cual puede ser síntoma de que usted ha entrado en un estado de
"especulación", facultad por la cual usted se ha convertido en un
"espejo" de la persona que tiene frente a sí. Se trata de una
relación de carácter simbiótico, es decir, favorable para ambos, en la cual se
puede llegar al punto en que si usted cambia su ritmo respiratorio, su paciente
también lo variará apenas sin darse cuenta. Esta sintonización psíquica y
mental es especialmente importante, ya que al trabajar sobre los Chakras
segundo, tercero o cuarto es muy probable que comience a manifestarse una fuente
o chorro de energías afectivas en el individuo.
Una de las manifestaciones más comunes en el
paciente cuando se le está tratando en el área toráxica (segundo, tercero y
cuarto niveles) es el retener la respiración, como síntoma de que está tratando
de mantener ocultos sus sentimientos. En este preciso instante, es conveniente
que usted induzca al sujeto a respirar suave, profunda y libremente. No es
extraño que inclusive puedan surgir reacciones como el llanto, manifestación de
que alguno de estos Chakras se está abriendo y permitiendo un flujo interactivo
hacia el exterior, el cual en sí mismo resulta liberador de experiencias
traumáticas que residen en niveles más o menos profundos del subconsciente o
inclusive del inconsciente. Si en un momento determinado usted siente la
necesidad de protegerse ante esa "marea de sentimientos", continúe
normalmente realizando el proceso de quelación pero tomando respiraciones
profundas más energéticas, y elevando su conciencia hacia un nivel superior, en
el cual puede ver la escena como si estuviera situado en lo alto de un
acantilado observando abajo el batir de las olas contra éste. No dude en seguir
enviando energía, pues llegará un momento en que el Chakra de la persona en
cuestión quede despejado y entonces las emociones de su paciente irán siendo
más nítidas y calmas.
Si el proceso de quelación de las áreas o
Chakras segundo, tercero y cuarto ha sido eficaz y suficiente, entonces la
liberación o expansión emocional del paciente le ha conducido a un estado de
relajación profunda, con lo que estos cuatro primeros niveles estarán
suficientemente limpios como para poder acometer el trabajo de los niveles
quinto, sexto y séptimo. Pero podría pasar que en algún paciente todavía se
perciban indicios de tensión u obturación en los cuatro primeros Chakras, o
específicamente en alguno de ellos. La forma más directa de saberlo es
observando el estado de relajación físico y emocional de la persona y, también,
preguntando directamente al paciente acerca de cuál es su estado afectivo y
mental interno. Si llegamos a la conclusión de que el individuo sigue
necesitando una limpieza más específica de alguno de los primeros centros,
entonces es conveniente desarrollar una o varias de las técnicas que a
continuación se citan:
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