C.4. LIMPIEZA DE AREAS ESPECIFICAS DEL AURA DEL PACIENTE.
Si se ha dado el caso de que el paciente
continúa con una tensión localizada en alguno de los cuatro primeros Chakras,
entonces será conveniente realizar una limpieza específica en alguno de ellos.
Con cierta frecuencia, los clarividentes informan de que en un Chakra
especialmente cerrado, o bien, bloqueado, se concentra como una especia de nube
o mucosidad aural que se localiza coagulada frente a la apertura del Chakra, lo
cual impide la normal recepción y emisión de energía desde y hacia el C.E.U.
La primera técnica que puede aplicar es la del
desbloqueo frontal-dorsal. Para realizar esta técnica, coloque al paciente boca
arriba, y usted se sitúa en su costado derecho. Este es un sistema que puede
aplicar en los Chakras dos, tres, cuatro, cinco y seis. Consiste en situar la
mano derecha en la apertura dorsal del Chakra en cuestión, mientras que la mano
izquierda se sitúa sobre la apertura frontal del mismo. Veamos un ejemplo.
Supongamos que quiere desbloquear el tercer
Chakra. Para ello, colocará su mano derecha debajo de la espalda de su paciente
y a la altura del plexo solar, con la palma de la mano tocando al paciente.
Simultáneamente, usted situará su mano izquierda sobre el plexo solar en el lado
frontal, con la palma de la mano tocando el abdomen de su paciente. Como
sabemos, la mano derecha es emisora de energía, mientras que la izquierda es
receptora, por lo cual usted transmitirá como siempre la fuerza desde su mano
derecha atravesando el cuerpo del paciente hasta ser recibida esta energía por
su propia mano izquierda, completando así un círculo que termina por despejar
las energías coaguladas a la altura del tercer Chakra. Este sistema se usa
fundamentalmente para desatascar un Chakra pues, como sabemos, la apertura
dorsal de cada Chakra es receptiva, mientras que la apertura frontal es
emisora, lo cual coincide con el hecho de que estemos emitiendo energía por la
mano derecha y absorbiéndola por la izquierda.
Una vez que se ha despejado un Chakra en
concreto, se puede pasar a adoptar otro mudra o posición especial de los dedos
de las manos, con el fin e llenar de energía el Chakra recién desobstruido.
Para ello, una las manos haciendo hueco con las palmas, con los pulgares
cruzados y las palmas hacia abajo. Las manos están unidas sólidamente sin dejar
espacio entre ellas ni entre los dedos, y los dedos están ligeramente
arqueados. Dirija su energía hacia el Chakra una vez adoptado el mudra y
utilice, si lo desea, un color determinado de energía en función del resultado
que quiera obtener. Recuerde lo que hemos estudiado al respecto de los colores
de los trece rayos mágicos.
Si lo cree conveniente, también puede tirar de
la energía atascada y extraerla usando un cristal de cuarzo, el cual es una
herramienta muy potente para este tipo de tarea, ya que actúa como un haz de
rayo láser: penetra, corta y recoge la energía desarmónica, la cual usted
sacará y lanzará hacia el C.E.U. para que se purifique. Para ello, dirija la
punta del cristal hacia el Chakra en el que quiere actuar, sin tocar la piel
del paciente. A continuación, haga como si arrastrara o tirara suavemente del
conglomerado de energía; lance despacio pero con fuerza su mano hacia detrás
describiendo un arco y, al final del recorrido, dando un impulso fuerte como si
se estuviera desprendiendo de algo que quiere lanzar hacia un lado de usted.
Puede volver a repetir la operación hasta seis veces más, completando un ciclo
de siete. Siempre al exhalar y mover el cuarzo hacia atrás para lanzar la
energía y desprenderla, debe de estar usted exhalando.
Posteriormente, una vez terminada la sesión,
vuelva a neutralizar la energía captada por el cuarzo poniéndolo en inmersión
en agua con sal durante por lo menos una hora.
Si percibe que la persona no se encuentra
cómoda con la aplicación de la técnica del cuarzo, entonces no la utilice, pues
hay individuos a los que esta terapia les resulta un tanto drástica
internamente.
Tampoco use el cristal de cuarzo después de haber fortalecido el huevo áureo, que es una técnica que se realiza al final del proceso de la quelación, y que describiremos en un posterior apartado.
D. QUELACION DE LOS CHAKRAS CINCO, SEIS Y
SIETE.
Su paciente está boca arriba.
Una vez que ha decidido la quelación de los
Chakras superiores, si anda bien de tiempo con la sesión puede decidir realizar
un paso previo, que es el de la quelación de los Chakras de los brazos,
situados respectivamente en las articulaciones de la muñeca, el codo y el
hombro.
Una vez realizado esto, sitúe su mano derecha
sobe el cuarto Chakra y su mano izquierda sobre el quinto, y desarrolle la
técnica de quelación ya conocida. A continuación, ponga su mano derecha a la
altura del quinto chakra en el cuello, y su mano izquierda a la altura del
sexto, en el entrecejo, y realice igualmente la quelación correspondiente. Para
terminar, ponga su mano derecha en el entrecejo (sexto nivel) y su mano
izquierda en la coronilla, y realice igualmente la quelación.
Cuando haya terminado con esta operación,
cambie la silla de posición y colóquese detrás de la cabeza del paciente.
Coloque su mano derecha sobre su hombro derecho y su mano izquierda sobre el
hombro izquierdo de su paciente. Permanezca realizando respiraciones profundas
durante unos minutos equilibrando la polaridad derecha-izquierda del campo
áureo, tal como lo hizo cuando comenzó el trabajo energético por los pies.
Quizás el proceso completo descrito le pueda
llevar en torno a una hora, con lo cual necesita estar en un estado suficiente
de concentración para lograr el éxito en las diferentes fases de la limpieza
total del C.E.H.
A continuación, vamos a describir dos técnicas
de nivel superior, que no son complicadas de realizar, y que usted habrá de
decidir en qué casos y en qué momento son convenientes de ser llevadas a cabo,
ya que requieren que la fase de limpieza del aura haya concluido exitosamente.
Se trata ni más ni menos que de insistir en
los niveles sexto y séptimo del aura, según la técnica que especificamos a
continuación.
E. CANALIZACION HACIA EL TERCER OJO.
Usted se encuentra sentado en la cabecera del
paciente. Ponga las manos en forma de taza sobre el tercer ojo del paciente con
los dedos juntos, a excepción de los pulgares, que deberán estar cruzados.
Usted ahora ha de entrar en un estado de conciencia superior, para lo cual se
concentrará en primer lugar en su propio Chakra cardíaco, sintiendo en sí mismo
como sanador un estado de paz, de serenidad y gradualmente de amor impersonal.
Continúe en esta actitud durante unos minutos hasta que sienta su corazón
vibrando con ese amor universal que caracteriza al cuarto Chakra en su faceta
superior.
Una vez logrado este estadio, va a llevar su
concentración a su propio séptimo Chakra, es decir, a la coronilla de su cabeza
para captar y percibir la luz que caracteriza las realidades espirituales
superiores. En ese momento sentirá usted que esa luz de color blanco o
blanco-dorado comienza a fluir hacia sus manos, penetrando en el tercer ojo de
su paciente, llenando toda su cabeza y el resto de la línea de los Chakras, es
decir, en sentido descendente por el Shushumna hasta llegar al primer Chakra.
No se puede establecer un tiempo determinado para esta fase, ya que tanto puede
durar minutos, como puede llegar a extenderse hasta un cuarto de hora o más, dependiendo
del estado que usted alcance. No se trata tanto de cantidad de fuerzas sino de
calidad de la misma.
Este es un acto de celebración del amor
cósmico pues, al tomar usted de este último, está permitiendo una fusión o
unión entre las energías cósmicas superiores y las de su paciente, aparte de
que también usted será beneficiado indirectamente. Esto entra en el nivel de la
curación psíquica profunda, con lo cual ayuda a su paciente a alcanzar estados
de conciencia y de equilibrio psíquico y mental cada vez más amplios, serenos,
sanos y evolutivos.
Para usted, la sensación subjetiva es como si
hubiera intentado ascender buscando luz y la hubiera conseguido...
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