viernes, 18 de abril de 2025

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 171

 


18. ¿COMO EXTRAER ENERGIA DE LA FUENTE COSMICA?. Parte VII


Cuando hablamos de inconsciente en realidad nos referimos a la gran memoria del ser humano, que es donde de alguna forma residen los recuerdos de su período intrauterino, los recuerdos de la infancia, las experiencias vividas a lo largo de su vida en mayor o menor medida, las percepciones sutiles provenientes del subconsciente o inconsciente colectivo, los parámetros provenientes de los factores de raza y de cultura, la memoria genética, las vivencias relacionadas con existencias pasadas, y un largo etcétera.

Tal como se ve, la complejidad del inconsciente es enorme y por ello, es precisamente tan difícil estudiar el inconsciente, hasta tal punto que hoy en día, una gran cantidad de psicólogos reniegan de su existencia, puesto que se oponen a la tradicional teoría psicoanalítica de Freud. Pero sería mucho más práctico que los psicólogos aceptaran, llamándolo o no inconsciente, la existencia de una gran memoria o de un gran cúmulo de elementos de memoria que residen en un determinado substrato de la mente humana.

Por todo lo dicho, resulta obvio que el control sobre el Sexto Chakra requiere un trabajo inmenso para la persona. Por lo general, una de las primeras fases dentro del equilibrio del Sexto Chakra es precisamente la limpieza o la purificación, o también, la toma de consciencia de determinados elementos que están estancados en ciertas áreas del inconsciente y, por tanto, del cerebro. Así, es frecuente que las personas que se introducen en las temáticas de tipo esotérico perciban una serie de sensaciones que en cierta medida podríamos llamar extrañas, difusas y sutiles, puesto que la persona no sabe exactamente de dónde provienen. Esto, en realidad, no es que sea sólo algo particular o propio de las personas interesadas por el esoterismo. En general, todos los individuos poseen un funcionamiento relativamente independiente del inconsciente con respecto a la consciencia. Por ello, el ser humano cambia tan frecuentemente de estados de ánimo y, también pasa de estados ya más amplios en el tiempo como pueden ser la excitación y la euforia, o también el estrés y la depresión. Esto significa que nosotros, en primera instancia, no tenemos un control sobre eso que llamamos el inconsciente, ya que en éste también residen elementos e impresiones de carácter emocional, tanto recibidas en épocas pasadas de nuestra vida, como aquéllas que en un determinado momento están bullendo en nuestra psiquis y que nosotros no sabemos exactamente a qué se debe. Por ejemplo, puede pasar de que en un momento determinado nos encontremos eufóricos y que un poco más adelante, sintamos que hace mella en nosotros la melancolía o el desánimo. En realidad, todo esto nos apunta el hecho de la existencia del inconsciente como una parte de nuestro ser de la que, obviamente, podemos decir que tenemos poco conocimiento y control.

Tal como decíamos, la limpieza o purificación de esas áreas o zonas psíquicas de nuestro inconsciente y de nuestro cerebro es algo fundamental, puesto que podemos decir que tenemos determinados "desechos", algunos de ellos de cierta envergadura, residentes en estas áreas de nuestra psiquis. Esto es lo que hace que sea necesario ir trasvasando gradualmente del inconsciente hacia el subconsciente y, posteriormente, hacia el consciente estos elementos que en una primera instancia nos pueden resultar extraños. Es ciertamente una lucha interna la que se genera cuando empezamos a ser conscientes de determinadas emociones, complejos de culpa, remordimientos, sensaciones de un increíble egocentrismo y un conjunto de percepciones diversas. En primera instancia, resulta incómodo porque aparentemente son sensaciones o percepciones sutiles que no tienen una mayor relación con nosotros, pero con el tiempo, nos vamos dando cuenta de que esta purificación o trasvase del inconsciente hacia el consciente es algo necesario durante una etapa, para ir limpiando y aligerando los estratos profundos de nuestra psiquis. Por tanto, antes de meterse en berenjenales, y antes de poder hablar de facultades psíquicas o de poderes ocultos, es necesario haber realizado esta limpieza de nuestra casa por dentro, ordenando bien todos los elementos, colocando cada mueble bien en su sitio, pintando bien las paredes, decorando bien las habitaciones y ordenándolo todo de forma que cada cosa esté en su justo lugar. De otra forma, introducirse en el desarrollo de facultades psíquicas sin antes haber conseguido un cierto control sobre los estados anímicos, y sin antes haber experimentado sensaciones más sencillas pero tremendamente iluminadoras como los estados creativos de la mente, supondría realmente un retroceso, por no decir un peligro.

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