A la hora de
empezar el hechizo he seguido todos los pasos. He practicado “El Ejercicio de
Enraizamiento” y la “Escala Numérica” para concentrarme. Una vez tranquila he
comenzado el ritual. He encendido las velas negra y blanca y el incienso. A
continuación he recitado “La Oración del Arte Mágico” pero pidiendo ayuda a la
Diosa Luna. De entre todas las diosas he escogido a Artemisa, pues conozco su
mito y me siento identificada con ella.
He puesto mis
manos sobre el hechizo y he recitado una oración pidiendo protección. Me he
visualizado cubierta por una luz blanca y plateada procedente de la Luna. Me he
sentido protegida y feliz, como si la Diosa extendiera su manto de luz sobre mi
cabeza. Después de hacer esto he tocado el velón morado pensando en mi deseo.
Como no quiero entrar en batalla, sólo me he centrado en sentimientos de paz,
independencia, seguridad y felicidad. A continuación he rezado a mis espíritus
protectores y he notado que las velas chisporroteaban. Creo que ha sido una
señal de advertencia, de modo que procuraré ser prudente.
Para concentrar
la energía he empezado a entonar un cántico de las diosas que he encontrado en
Internet. Este cántico se conoce como la canción de Core. Consiste en repetir
el nombre de siete diosas de forma repetitiva. Cuando lo encontré me gustó
mucho, de modo que he empezado a repetirlo pensando en mi protección: “Isis,
Astarté, Diana, Hécate, Deméter, Kali, Innana”. Al entonarlo parecía que estaba
invocando a las diosas antiguas, pero me he sentido poderosa y feliz. Para no
despistarme he vuelto a concentrarme en el manto de luz que me protege.
A la hora de
proyectar la energía he levantado mis manos hacia el cielo, y he extendido “el
manto de luz” sobre todo mi cuerpo (como cuando extiendes una sábana sobre ti).
He trazado una cruz de brazos iguales sobre mi corazón para sellar la luz y he
afirmado: “Protégeme oh Gran Madre, que yo me refugio en Ti”.
Después de hacer
esto he puesto mis manos sobre el ritual y he repetido la palabra “protección” durante
unos minutos. Al terminar he dado tres palmadas en el aire para liberar la
energía y he sentido que mis espíritus me escuchaban. He finalizado el ritual
dando las gracias y me he sentido protegida.
El ritual lo he
practicado tres noches seguidas. Al cuarto día he recogido el colmillo de
jabalí y me lo he puesto como colgante. Es pequeño, de modo que no llamará la
atención. La sal del círculo la he puesto en una cajita de madera, encima he
añadido las flores y he puesto mi foto y el papel con mis datos. Se me ha
ocurrido añadir unas gotas de esencia de Mirra a la sal, y ahora la caja huele
a Mirra. La cajita la tengo guardada en mi habitación, en el cajón de la
cómoda.
El hecho de
practicar el ritual, involucrarme en mi petición, llevar mi colgante y trabajar
con la Luna me ha cambiado. Ahora no me siento cobarde ni víctima de las
circunstancias. Sé que voy a estar bien porque tengo el poder vibrante de la
Diosa Luna en mi interior.
Ha pasado un mes
desde que hice mi hechizo. Esta semana no he podido ir a trabajar porque tengo
la gripe. Lo más curioso es que esta mañana me ha llamado mi jefa para decirme
que ha ocurrido una desgracia en el trabajo. A causa de las nieves que han
caído el techo de la oficina se ha derrumbado y ha destrozado las estanterías y
los ordenadores. Nadie ha salido herido, pero lo terrible es que ése lugar era
donde yo me sentaba. Mi jefa me ha dicho: ¡creo que te has salvado de una
buena!
Creo que mi
hechizo ha funcionado porque estoy sana y feliz. Quizás la gripe fue el
mecanismo que me envió la Diosa para protegerme y no morir aplastada. Me siento
afortunada, pero también un poco rara al ver lo que podría haber ocurrido. Cada
día que pasa me acuerdo del hechizo y sigo llevando mi colmillo de jabalí como
amuleto.
¡Gracias Diosa Luna
por tu ayuda!”
-Carta de un caso
real 2017-
En este caso
vemos lo que hizo una bruja actual para pedir protección. A través de las
correspondencias ella practicó un hechizo para mantenerse protegida. En este
caso la mujer personalizó el hechizo añadiendo visualizaciones sobre su propia
persona. En lugar de centrarse en los demás, visualizó su cuerpo protegido.
También incluyó un amuleto de jabalí para llevarlo encima y personalizó el
ritual invocando a la diosa que más le atraía. Ella supo personalizar su
ritual, hacerlo suyo y obtuvo una buena protección.
Combinar
correspondencias y usarlas en tus hechizos es un arte que te permite diseñar
rituales según la necesidad. La clave no está en añadir muchas cosas sino en
usarlas con plena consciencia. Fíjate que en este caso la bruja no incluyó
cartas, direcciones, metales, ni elementos. Tan sólo usó las velas del altar,
flores, sal, un velón morado, esencia de Mirra, oraciones y visualizaciones. La
magia no ha de ser complicada para funcionar. Puede ser muy sencilla y efectiva
si se practica desde el corazón.
Por último te
diré que las correspondencias no hacen la magia. La magia la haces tú. Si estás
llenando tu altar de cosas porque piensas que las correspondencias harán el
trabajo, ¡detente! Las correspondencias son ayudas para concentrar tu energía,
pero el trabajo energético has de hacerlo tú.
A lo largo de los
años he practicado cientos de hechizos para todos los casos. Algunos incluían
muchas correspondencias y otros ninguna. Observando mi historia entendí que las
correspondencias me ayudaban especialmente cuando me sentía alejado de mi deseo
o cuando me sentía disperso. En cambio cuando tenía claro lo que quería, no
necesitaba incluir tantas. Si quieres practicar hechizos observa las correspondencias
que usas. Observa lo te funciona mejor en cada momento y actúa de acuerdo a tu
“Yo Sabio”. Cuanto más hagas esto, mejor será tu magia.
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