Al principio del
siglo xviii, la ley inglesa, reaccionando tanto a causa de las trágicas
experiencias de los magistrados coloniales de Salem, como por el nuevo clima de
racionalismo, invirtió la postura que había sostenido a lo largo de toda su
historia. Ya no se perseguiría a las personas por brujería. Ahora serían
precisamente esas reclamaciones las proscritas.
Pero esta nueva
ley no entró en vigor hasta 1951, retenida principalmente a causa del cabildeo
de los espiritistas y no porque nadie creyera que hubiese brujos que
practicaran libremente su saber sin miedo al castigo.
Pero en 1954, Gerald B. Gardner, antiguo propietario de una plantación y oficial de aduanas en Malasia, que se había retirado a New Forest, en Inglaterra, publicó La Brujería Hoy como una afirmación de que existían las reuniones rituales de brujos y de que había llegado el momento de que se hicieran públicos detalles de aquella ciencia. Su libro,para el que escribió una introducción Margaret Murray, repetía la historia del "Pequeño Pueblo", presentado en El Dios de los Brujos.
En opinión de Gardner, los esquemas neolíticos de culto, específicamente el culto del Dios Cornudo, llegaron a sufrir la influencia del culto a la Gran Madre, al suceder una población celta a los pigmeos aborígenes de Europa Occidental. Ese culto druida tendió, a su vez, a adoptar los colores de las sucesivas oleadas de invasores, hasta que en la Edad Media, contrariamente a la teoría de Margaret Murray, la mayor parte de los brujos se consideraban a sí mismos buenos cristianos. Pero el Saber había sobrevivido, aun a través de la época de la persecución.
La introducción
del propio Gardner al Saber resulta una historia fascinante. Como cuenta Doreen
Valiente en su Un ABC de la Brujería Pasada y Presente, Gardner descubrió que
algunos de sus vecinos de la región de New Forest eran miembros de un grupo
oculto fundado por la hija de la teósofa Annie Besant. Era la Congregación de
Crotona, bautizada así según el grupo esotérico fundado por Pitágoras en la
antigua Italia. Algunos de los miembros de la congregación confesaron
finalmente a Gardner que habían establecido contacto con los últimos
integrantes de un antiguo grupo ritual. Gardner, por su parte, conoció a la
anciana que había encabezado el grupo y fue iniciado por ella a la brujería.
Después de la muerte de la mujer, Gardner escribió una novela, La Ayuda de la
Magia Alta, en la que revelaba la existencia ininterrumpida de la tradición de
las asociaciones rituales. Eso era en 1949, dos años antes de que la brujería
dejara de ser ilegal. En 1954 publicó La Brujería Hoy, alzando el telón de
misterio que encubría las actividades de su propio grupo.
Gardner, que había sido antes estudiante de magia malaya, se estaba labrando una nueva reputación con el estudio de la brujería. Además de supervisar multitud de nuevos grupos rituales, abrió un Museo de Magia y Brujería en la Isla de Man, un lugar cuyos habitantes poseían, según Gardner, todas las características del "Pequeño Pueblo". Gardner aseguraba que estaba transmitiendo el Saber, y no reconstruyéndolo. Pero Sybil Leek no acepta que la desnudez y el sexo ritual que caracterizaban a las reuniones gardnerianas (y también a los grupos disidentes asociados con Alex Sanders) sean auténticos. Francis King, uno de los escritores contemporáneos sobre el ocultismo moderno más capacitados, sugiere que Gardner se limitaba a dar rienda suelta a sus tendencias exhibicionistas y sadomasoquistas con los ritos que proponía, añadiendo que al principio de la década de 1940 encargó al no muy bien reputado Aleister Crowley que preparara cuatro de los ritos que debían emplearse en un culto de la brujería resucitado.
Los finales de
los años cincuenta y principio de los sesenta fueron el apogeo de los nuevos
grupos rituales, aun que aún no existía la enorme publicidad que permitiría que
la "Antigua Religión" se fragmentara en un centenar de herejías.
Sybil Leek fue nombrada alta sacerdotisa de una asociación cercana a Niza, que
había sido regida hasta entonces por una anciana tía suya rusa ; regresó
entonces a New Forest, donde tenía una tienda de antigüedades, para dar auge al
grupo ritual Horsa. Alex Sanders, que había comenzado su estudio de la brujería
con su abuela galesa, y luego hizo alguna incursión por la magia negra antes de
unirse a uno de los nuevos grupos gardnerianos, lo convirtió en una carrera
abiertamente pública hasta conseguir que sus admiradores le nombraran "Rey
de los Brujos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario