jueves, 26 de junio de 2025

HISTORIA DE LA BRUJERIA Y WICCA PARTE XXVI

 


Según Aldous Huxley, cuyos Diablos de Loudun es una narración exacta de los hechos, Soeur Jeanne había fingido aquella posesión para llamar la atención, pero llegó a iden-tificarse tanto con su papel que luego no fue capaz quizá de diferenciar dónde terminaba la realidad y comenzaba un morboso mundo producto de su propia imaginación. Claro que no fue la única, en aquel tiempo. Ya dije antes que Jacobo I, el rey que decidió limpiar Inglaterra de la plaga de las brujas, cambió de opinión después de presenciar un caso evidente de posesión fraudulenta, y no hay que olvidar la tragedia de Salem a finales del mismo siglo.

 

Mirando retrospectivamente, lo que resulta horrible para nosotros no es que a embusteros e histéricos se les concediera la atención que deseaban, sino que hombres y mujeres inocentes tuvieran que sufrir la tortura y la muerte a causa de sus declaraciones. Si ya era una maldición para la época que histéricos que se creyeran brujos pudieran morir violentamente, era una maldición aún mayor que otros histéricos pudieran asegurar que habían sido poseídos y hacer que por ello murieran otros.

 

Cuando consideramos tanto y tan espantoso horror, nos preguntamos si no hubiese sido mejor que la tradición de la magia celta hubiera muerto con los druidas. ¿Hubiera reinado una paz mayor en la Edad Media, si no hubiese quedado nadie para contar las viejas historias o repetir los antiguos conjuros y dar así una base a las leyendas de la iglesia sobre las brujas? Yo, personalmente, lo dudo. Aun antes de los días del Malleus Maleficarum habían habido ya pogromos, y cuando terminó la locura de las brujas, en Europa Oriental se desencadenó un pánico semejante a causa de unos pretendidos sucesos de vampirismo. Los hombres de la Edad Media, que habían crecido en una atmósfera de cruzadas, hubieran persistido en la búsqueda de adversarios, especialmente de algunos que estuvieran rodeados de un halo sobrenatural. En cuanto a la historia de este período, no tuvo demasiada importancia que existieran brujos o no, en el sentido de individuos que mantenían vivas antiguas prácticas.

 

Acepto que existieran brujos que, hasta cierto punto, sostuvieran unos puntos de vista más antiguos que la cristiandad, principalmente por lo que sabemos sobre los "hombres y mujeres astutos" de Inglaterra. Esta perspectiva comprendía ciertos conocimientos prácticos, incluyendo técnicas para la utilización de capacidades paranormales (como la adivinación), y una buena cantidad de poesía. Los juicios de brujas en gran escala, tal como afirma Midelfort, resultaron a la larga perjudiciales para las sociedades en que se producían, porque la brujería respondía a unas necesidades muy reales. Por lo menos, tal como señalan los antropólogos, constituía con frecuencia un buen sustituto de la agre-sión física.

 

¿Ocurriría lo mismo hoy? No hay duda de que los científicos han adoptado muchas de las funciones de la antigua magia. Los médicos recetan compuestos que derivan con frecuencia de los materiales empleados en brujería, y los psiquiatras y psicólogos intentan paliar los mismos terrores y ansiedades que proporcionaban al brujo sus clientes.

 

Más adelante intentaremos calibrar qué es lo que hemos perdido con la exclusión de la magia de la conciencia moderna y lo que se puede ganar con su retorno. Pero antes deberíamos examinar más a fondo la compleja tradición que se estaba desarrollando en el mundo mediterráneo, incluso mientras los druidas estaban en plena decadencia y ex-tinción.

 

En los capítulos siguientes penetraremos más profundamente en el mundo de la magia helenística, la fuente de la mayor .parte de los conocimientos que los brujos contem-poráneos aceptan como herencia, sin conocer su verdadero origen. Es el mundo de la astrología y la alquimia, y también el mundo de la magia ceremonial. Es aún más el mundo de Tanya que las "artes de duendes" de los celtas. Y con su estudio creo que también podremos comenzar a comprender algo más sobre el verdadero significado del ocultismo, en el desarrollo del pensamiento occidental, incluyendo incluso el punto de vista científico que, por definición, podría parecer completamente opuesto a todo lo que se entiende por magia.

 

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 La creación de los Mitos en la Wicca

 

Nadie sabe de donde provienen ciertamente los mitos en la Wicca, lo único cierto es que provienen de los antiguos Celtas, quienes inventaban historias sobre acontecimientos, o historias fantasiosas, de manera a pasar las creencias de generación en generación.

 

La mayoría de los Mitos son más que nada descripciones de la actuación de los diversos aspectos de los dioses, y otros personajes de importancia en la religión.

 

No se puede encontrar un libro de mitos que sea único y verdadero, ya que la mitología en sí es una experiencia personal de los wiccans, ya sea solos o en un círculo, con los dioses.

 

Entre las mitologías, la más conocida es la de Merlin, que es conocida inclusive por aquellos que no son practicantes de la antigua religión.

 

De estos mitos provienen la mayoría de las simbologías de nuestros rituales, ya que estas son una representación de todos los mitos y creencias de la Wicca. Veremos esto con mayor detenimiento cuando estudiemos los Sabbats.

 

Lo que debemos tener en cuenta, con relación a la Wicca, es que TODOS podemos escribir nuestros mitos y nuestras creencias sobre los dioses. No existe una concepción única del dios, ya que la wicca no es una religión del libro, sino más bien una religión de EXPERIENCIA personal con los dioses.

 

 

 

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