Según Aldous
Huxley, cuyos Diablos de Loudun es una narración exacta de los hechos, Soeur
Jeanne había fingido aquella posesión para llamar la atención, pero llegó a
iden-tificarse tanto con su papel que luego no fue capaz quizá de diferenciar
dónde terminaba la realidad y comenzaba un morboso mundo producto de su propia
imaginación. Claro que no fue la única, en aquel tiempo. Ya dije antes que
Jacobo I, el rey que decidió limpiar Inglaterra de la plaga de las brujas,
cambió de opinión después de presenciar un caso evidente de posesión
fraudulenta, y no hay que olvidar la tragedia de Salem a finales del mismo
siglo.
Mirando retrospectivamente,
lo que resulta horrible para nosotros no es que a embusteros e histéricos se
les concediera la atención que deseaban, sino que hombres y mujeres inocentes
tuvieran que sufrir la tortura y la muerte a causa de sus declaraciones. Si ya
era una maldición para la época que histéricos que se creyeran brujos pudieran
morir violentamente, era una maldición aún mayor que otros histéricos pudieran
asegurar que habían sido poseídos y hacer que por ello murieran otros.
Cuando consideramos tanto y tan espantoso horror, nos preguntamos si no hubiese sido mejor que la tradición de la magia celta hubiera muerto con los druidas. ¿Hubiera reinado una paz mayor en la Edad Media, si no hubiese quedado nadie para contar las viejas historias o repetir los antiguos conjuros y dar así una base a las leyendas de la iglesia sobre las brujas? Yo, personalmente, lo dudo. Aun antes de los días del Malleus Maleficarum habían habido ya pogromos, y cuando terminó la locura de las brujas, en Europa Oriental se desencadenó un pánico semejante a causa de unos pretendidos sucesos de vampirismo. Los hombres de la Edad Media, que habían crecido en una atmósfera de cruzadas, hubieran persistido en la búsqueda de adversarios, especialmente de algunos que estuvieran rodeados de un halo sobrenatural. En cuanto a la historia de este período, no tuvo demasiada importancia que existieran brujos o no, en el sentido de individuos que mantenían vivas antiguas prácticas.
Acepto que
existieran brujos que, hasta cierto punto, sostuvieran unos puntos de vista más
antiguos que la cristiandad, principalmente por lo que sabemos sobre los
"hombres y mujeres astutos" de Inglaterra. Esta perspectiva
comprendía ciertos conocimientos prácticos, incluyendo técnicas para la
utilización de capacidades paranormales (como la adivinación), y una buena
cantidad de poesía. Los juicios de brujas en gran escala, tal como afirma
Midelfort, resultaron a la larga perjudiciales para las sociedades en que se
producían, porque la brujería respondía a unas necesidades muy reales. Por lo
menos, tal como señalan los antropólogos, constituía con frecuencia un buen
sustituto de la agre-sión física.
¿Ocurriría lo mismo hoy? No hay duda de que los científicos han adoptado muchas de las funciones de la antigua magia. Los médicos recetan compuestos que derivan con frecuencia de los materiales empleados en brujería, y los psiquiatras y psicólogos intentan paliar los mismos terrores y ansiedades que proporcionaban al brujo sus clientes.
Más adelante
intentaremos calibrar qué es lo que hemos perdido con la exclusión de la magia
de la conciencia moderna y lo que se puede ganar con su retorno. Pero antes
deberíamos examinar más a fondo la compleja tradición que se estaba
desarrollando en el mundo mediterráneo, incluso mientras los druidas estaban en
plena decadencia y ex-tinción.
En los capítulos
siguientes penetraremos más profundamente en el mundo de la magia helenística,
la fuente de la mayor .parte de los conocimientos que los brujos
contem-poráneos aceptan como herencia, sin conocer su verdadero origen. Es el
mundo de la astrología y la alquimia, y también el mundo de la magia
ceremonial. Es aún más el mundo de Tanya que las "artes de duendes"
de los celtas. Y con su estudio creo que también podremos comenzar a comprender
algo más sobre el verdadero significado del ocultismo, en el desarrollo del
pensamiento occidental, incluyendo incluso el punto de vista científico que,
por definición, podría parecer completamente opuesto a todo lo que se entiende
por magia.
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ORGULLO,PRESENTARTE ESTOS ESTUDIOS DEL GRAN DAVID FARREN,DE SU LIBRO "EL
MUNDO DE LA MAGIA",DE FINES DE LOS ´70 Y QUE EN EXCLUSIVO TE OFRECENOS
AQUI Y TE PEDIMOS COMPARTIR,SIN FINES DE LUCRO.
Nadie sabe de
donde provienen ciertamente los mitos en la Wicca, lo único cierto es que
provienen de los antiguos Celtas, quienes inventaban historias sobre
acontecimientos, o historias fantasiosas, de manera a pasar las creencias de
generación en generación.
La mayoría de los
Mitos son más que nada descripciones de la actuación de los diversos aspectos
de los dioses, y otros personajes de importancia en la religión.
No se puede
encontrar un libro de mitos que sea único y verdadero, ya que la mitología en
sí es una experiencia personal de los wiccans, ya sea solos o en un círculo,
con los dioses.
Entre las
mitologías, la más conocida es la de Merlin, que es conocida inclusive por
aquellos que no son practicantes de la antigua religión.
De estos mitos
provienen la mayoría de las simbologías de nuestros rituales, ya que estas son
una representación de todos los mitos y creencias de la Wicca. Veremos esto con
mayor detenimiento cuando estudiemos los Sabbats.
Lo que debemos
tener en cuenta, con relación a la Wicca, es que TODOS podemos escribir
nuestros mitos y nuestras creencias sobre los dioses. No existe una concepción
única del dios, ya que la wicca no es una religión del libro, sino más bien una
religión de EXPERIENCIA personal con los dioses.
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