domingo, 1 de junio de 2025

HISTORIA DE LA BRUJERIA Y WICCA PARTE XXI

 


Una vez más, el contacto con los egipcios y fenicios de Siria proporcionó a esos nuevos pueblos esquemas de cultura,que pronto les hicieron colocarse a su mismo nivel. Los griegos utilizaron la invención fenicia del alfabeto para conservar el recuerdo de sus primos y predecesores aqueos en una literatura incomparable, así como para convertir una decadente teología egipcia en la notable visión nueva del hombre que encontramos en las filosofías de Pitágoras y Platón. Los romanos, que eran grandes organizadores, más que literatos, como los griegos, aplastaron a sus rivales etruscos, destruyeron el poder de Fenicia (la antigua aliada de los etruscos) en su colonia de Cartago, al norte de Africa, y luego siguieron. adelante, para anexionarse primero a Grecia y luego al resto del Mediterráneo.

 

Pero la organización tiene sus inconvenientes. Los romanos, que se vieron obligados a lidiar con la amenaza de una invasión celta, según el pueblo de la región conocida como la Galia iba siendo empujado hacia el sur por sus parientes teutónicos, comenzaron a admirarse del valor de sus enemigos. En agudo contraste con la indulgencia que parecía una consecuencia natural de sus éxitos, vieron a los celtas, viviendo en íntimo contacto con la naturaleza y con mucha más honradez en sus relaciones personales. Julio César, por ejemplo, escribió sobre los druidas, los sacerdotes celtas, calificándolos de filósofos que alentaban a los guerreros galos a alcanzar nuevas cimas de bravura, con una visión de reencarnación ; y Tácito, un siglo después, hablaba de las hazañas celtas en lo que se convertiría la versión primitiva del mito del Noble Salvaje.

 

Los escritores de los siglos XVIII y xix aceptarían estas dos versiones de los celtas, al parecer incompatibles : la de unos auténticos seres primitivos, y la de su carácter místico. El resultado fue una gran cantidad de obras sin sentido, que anticiparon el romanticismo de Margaret Murray y Gerald Gardner y condujeron a la aparición de órdenes druídicas reconstruidas, aun antes de que existieran grupos rituales reconstruidos.

 

La verdad sobre la religión celta, que yo acepto a un tiempo como la verdad sobre los primeros brujos europeos,es que reflejaba una cultura mucho menos bárbara de lo que nos dice Tácito, pero también mucho menos sofisticada de lo que pretende César. Los celtas habían establecido ya contacto con otras culturas, a través de su comercio con los etruscos, y poco antes del comienzo de la era cristiana

 

estaban en una posición análoga a la de las tribus indias desafiadas por los colonos ingleses en la orilla atlántica.

 

Había bastantes poblados y comunicaciones para permitir la posibilidad de una nueva unidad nacional, pero el proceso estaba todavía incompleto. Del mismo modo que la intrusión europea impidió que los iroqueses se convirtieran en Norteamérica en un poder único, la intrusión romana destruyó el naciente nacionalismo de los diversos pueblos celtas.

 

Uno de los principales combates de este conflicto tuvo lugar en el Anno Domini 61, en Anglesey, cuando el romano Paulino sometió a un centro druida británico, a pesar de los esfuerzos de unas mujeres vestidas de negro que gritaban intentando conseguir que sus tropas se retiraran. No se sabe con seguridad lo poderosos que eran los druidas en Ingla-terra antes de esa época. No existe absolutamente ninguna prueba, por ejemplo, que relacione a los druidas con las ruinas de Stonehenge, y, a pesar de la suposición de César de que su centro estaba en Inglaterra, es posible que hiciera poco que hubieran llegado del continente.

 

Lo que sabemos es que formaron en Galia una casa sacerdotal, que compartía los privilegios de una aristocracia heroica con los guerreros. Es muy posible que la uniformidad de una educación ritual, a través de un período que podía comprender hasta dos décadas, hubiera desarrollado ya en los druidas una sensibilidad hacia intereses que trascendían de las limitadas preocupaciones de cualquiera de las tribus. La conso-lidación del poder druida en Inglaterra podía ser un paso importante para conseguir una unidad celta frente a los romanos. Su enemigo lo comprendió así, y la destrucción de su plaza fuerte se convirtió en su principal objetivo.

 

 

Uno de los factores que pudo haber ayudado a los druidas para conseguir cierta unidad céltica fue el culto del dios Cernunos ("El Cornudo"), que tenía una aceptación que iba más allá de lo regional. Esta divinidad pastoral era representada convencionalmente con antenas o cuernos y acompañada de un venado y una serpiente con cabeza de carnero. Las leyendas sobre Cernunos le describen como el señor de los animales. En el arte celta aparece este dios sentado en cuclillas entre varios animales. También aparece como señor del averno y, por consiguiente, como fuente de riqueza para sus adoradores.

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