El tabaco como el Rapé es una herramienta sagrada que
nuestros antepasados de la selva recibieron del abuelo tabaco, y sostuvieron y
caminaron desde el comienzo de los tiempos. Esta forma de medicina se prepara
mediante sucesivas moliendas y tamizado de tabaco, plantas medicinales,
cortezas y cenizas del fuego sagrado en una sutil alquimia. Si bien el rapé
puede prepararse con diversas plantas, la presencia del abuelo tabaco ayuda a
ordenar y equilibrar a las otras medicinas, a direccionarlas con un propósito
específico. A la vez, el tabaquito es puerta de conexión con el espíritu y con
el universo, ayudándonos a despertar la pureza esencial de uno y una misma, y
de cada medicina.
El rapé se sopla con una caña en cada orificio nasal,
equilibrando los dos hemisferios del cerebro, nuestro lado femenino y
masculino, yin y yang. Para recibir la medicina debemos estar receptivos, en
quietud y conteniendo la respiración. Cerrando la glotis se evita que el rapé
baje a la garganta y bronquios. La soplada también nos ayuda a sanar el individualismo,
y nos recuerda que necesitamos del otro, que ciertas medicinas se toman por uno
mismo y otras se reciben de manos de un hermano o hermana. La práctica
occidental de aspirar el rapé es una distorsión del diseño original de esta
medicina, que la vuelve ineficaz para su propósito esencial de limpiar la
mente. Al ser aspirado, el rapé no llega a las cavidades o senos frontales, y
sí penetra en las vías respiratorias inferiores causando irritación.
El rapé es medicina del aire. En una soplada recibimos la
bendición del abuelo Viento a través del tabaco limpiando nuestra percepción,
despejando la mente y abriendo los canales energéticos superiores, para
conectar con lo más elevado de nuestro ser. Al recibir una soplada derapé, la
medicina sube limpiando, ordenando y alineando nuestro campo energético,
especialmente los centros o chakras del 3° ojo y coronilla, y de ahí subiendo y
bajando por la columna vertebral, el Árbol de la Vida. También es medicina para
el cuerpo, ayudando a expulsar mocos y parásitos de los senos frontales y
paranasales. Elimina dolores de cabeza, embotamiento y aturdimiento, ya que
descomprime la presión del cráneo. También es excelente cicatrizante y
antibiótico aplicado sobre heridas, especialmente los que contienen salvia y lavanda.
El rapé es además medicina para la Visión. Algunos pueblos originarios lo
preparaban con ciertas plantas de poder, con ese propósito específico, como el
yopo, el cebil o la imburana.
El rape nos ayuda a limpiar la mente y detener el dialogo
interno, a estar verdaderamente presentes para poder ver más allá de nuestras
interpretaciones.
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