Respuesta de los libros del V.M. Samael Aun Weor.
Cuando uno abre las puertas a impresiones negativas, no sólo
altera el orden del centro emocional que está en el corazón, sino que lo torna
negativo. Abre uno sus puertas, por ejemplo, a la emoción negativa de una
persona que viene llena de ira porque alguien le ocasionó un daño. Entonces,
termina uno aliándose a esa persona, contra aquella que ocasionó el daño y
lleno de ira, sin tener parte en el asunto.
Supongamos que uno abre las puertas a las impresiones
negativas de un borracho, termina aceptándole una copa, luego dos, tres, diez.
En conclusión, uno borracho también.
Supongamos que uno abre las puertas a las impresiones
negativas de una persona del sexo opuesto, termina muy probablemente fornicando
y cometiendo toda clase de delitos.
Si abrimos las puertas a las impresiones negativas de un
drogadicto, resultaremos quizá fumando marihuana o consumiendo cualquier clase
de enervantes. Como conclusión, vendrá el fracaso.
Así es como los seres humanos se contagian unos a otros
dentro de ambientes negativos. Los ladrones vuelven ladrones a otras personas.
Los homicidas contagian a alguien más. Los drogadictos contagian a otras
gentes, y se multiplican los drogadictos, los ladrones, los usureros, los
homicidas, etc. ¿Por qué? Porque cometemos el error de abrirles siempre las
puertas a las emociones negativas, y eso nunca está correcto. Seleccionemos las
emociones.
Samael Aun Weor.
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