Los indios Arhuacos conocen la magia elemental del ajo,
desde tiempos antiquísimos.
La mata del ajo posee varios elementales pequeños, delgados
y de túnicas blancas.
Hay que bendecir los ajos antes de cojerlos.
Se cojerán
cinco cabezas de ajo,
cinco hojas de recruzada y
cinco de carnestolendo, y
cada ajo se envolverá entre una hoja de cada uno de estos árboles;
Dichas hojas se
colocarán en cruz para envolver los ajos, y conforme se van envolviendo esos
ajos, se le dicen oraciones de "fe"; luego se envuelven entre una
bolsita de color verde, y se lleva prendida al cuello como amuleto o talismán
para defenderse de las ondas de mal emitidas por los magos negros.
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