ALFABETO DRUIDA
Se dice que los druidas no utilizaban el lenguaje escrito para así proteger sus conocimientos, tan celosamente guardados y por miedo a perder su gran capacidad para recordar ejercitada con la memorización de conocimientos, historias y poesías…pero ¿realmente fue así? O quizás la verdad fue que crearon un alfabeto (sagrado) el cuál representaba de forma gráfica los lenguajes picto e irlandés. Este alfabeto es llamado Ogam/Ogham/Ogum y se utilizaba en monumentos pétreos mayormente.
Etimología de la palabra Ogham
El nombre de este sistema de escritura no se conoce con seguridad, pero es atribuido a Ogma: el dios de la mitología celta irlandesa, que pertenecía a los Tuatha dé Danann y representa la elocuencia y la literatura. Es también llamado “Cara de sol, hijo de Breas” y se relaciona con el dios Ogmios de la Celtia Continental. Mencionar también que fue padre del famoso dios irlandés Dagda.
Esta atribución del nombre aparece en el libro de Ballymote, un manuscrito medieval irlandés considerado como la piedra Rosetta del Ogham, ya que gracias a este libro y a las piedras Ogham como la Aghascrebagh en Creggan (Norte de Irlanda) los investigadores lograron traducir este alfabeto.
Uso del Ogham, diferentes versiones
Julio César (siglo I aC) mencionó el uso del Ogham por parte de los druidas de la Galia, pero no se han encontrado rastros de Ogham anteriores al año 300 o 500 de la era común (parece ser que se utilizó entre los siglos III y VI d. C)
Los símbolos Ogham suelen aparecer grabados en las llamadas “piedras Ogham”: menhires, o piedras en vertical. En este caso, si la inscripción era demasiado larga, rodeaba la piedra por la parte superior y continúa bajando por el otro lado. Hay más de 400 y la mayoría (330 aprox.) se encuentran en Irlanda. El resto procede de Escocia, Gales, Inglaterra e Isla de Man.
Su función, hay versiones que afirman que podría ser la de estela funeraria o de limitación de territorios. En este caso desmitificaría la idea de que era un lenguaje exclusivo por y para los druidas, mágico y secreto. En las inscripciones más comunes pondría el nombre del fallecido en genitivo “perteneciente a”. A esto se le podía añadir “hijo de x”, “descendiente de y”, de la “tribu de z”.
Se dice que el Ogham es también un sistema de comunicación entre druidas. En él, cada símbolo coincidía con la parte de un dedo. De este modo se transmitían mensajes utilizando las manos y nadie más podía saber qué se decían. Esta teoría se basa en que las incisiones de Ogham tienen siempre un máximo de cinco líneas. ¿En que te hace pensar? pues sí: como los dedos de la mano.
Representaciones gráficas del Ogham
La escritura Ogham se divide en cuatro grupos de trazos, y cada uno de éstos en cinco “letras”. Existe un quinto grupo con cinco símbolos llamado “Forfeda” de letras adicionales que se considera de creación posterior al resto de alfabeto. El sentido de la escritura es de abajo a arriba o en raras ocasiones de izquierda a derecha. La línea central se llama “druinn” y el conjunto de líneas “aicme”.
Es importante saber que las equivalencias del Ogham no son una traducción símbolo-letra, si no traducción símbolo-sonido.
Te he preparado unas tablas donde puedes ver cada símbolo y sus distintas representaciones:
Guardianes del Roble
El druidismo en el Reino Unido es considerado desde este 2 de octubre de 2010 como una religión. Este es el primer culto animista que ha adquirido este estatus en Gran Bretaña. Se les conoce como guías de la cultura celta, pero su papel abarcaba más aspectos. Los druidas formaban la clase social intelectual dirigente de la sociedad europea. Aparte de chamanes -intérpretes y mediadores con las fuerzas naturales- también eran bardos, médicos, astrónomos, filósofos, cocineros y farmacéuticos.
Entre los druidas -como en todos los cultos a la diosa madre- había tres funciones, ligadas a la educación de los niños y que acabarían organizando su papel social, las tres clásicas del mundo indoeuropeo: Magos o clase sacerdotal -los druidas-; guerreros y cazadores -bardos-; y labradores o artesanos, el pueblo en general. Sus tres colores eran el blanco, el rojo y el negro -o el verde-. Con el paso del tiempo la separación de las funciones se diluyó y a veces no era muy clara o no existía y la función dependía de la necesidad.
Entre los gaélicos los "druids" enseñaban el arte de la guerra y disponían de poderes mágicos; los "bairds" o bardos eran responsables de la tradición oral y los "filidhs" o videntes "predecían el futuro".
La naturaleza, centro de la adoración druídica.
También hay que distinguir entre los druidas britanos (Bretaña y Gran Bretaña), gaélicos (Gales e Irlanda) y celtas (del continente) y los druidas modernos. Los primeros desaparecieron sin dejar aparente testimonio escrito. Los últimos, asentados en Gales, Irlanda o en la remota Escocia, unen tradiciones con ideas actuales, nacionalismos y romanticismos.
La misma procedencia del término "druida" ha sido muy debatida pero tanto Graves como la historia de las religiones infieren que el culto al roble, el juramento sagrado de la rubra, el culto a los árboles de celtas, germanos, sármatas y magiares y el hecho de que éste sea el árbol sagrado de Zeus o de Júpiter confieren al término su origen en el Duir o roble de los celtas y el conocimiento de sus propiedades y las de los demás elementos naturales.
Por ejemplo, de la corteza del roble se consiguen taninos para el curtido de las pieles.
El bosque de Dreux, al oeste de París, era su lugar de reunión en la Galia
El autor británico, O'Hogain supone que se deriva de la palabra celta para "rico en conocimientos". Otra teoría finalmente lo relaciona con dru (cuidadoso, a fondo) y uid (saber).
Druidas históricos
No se conocen escritos directos de druidas de la antigüedad y no porque transmitieran su saber sólo por tradición oral a sus alumnos, sino porque, como tantos otros textos, fueron destruidos sistemáticamente por Roma y sucesores.
Las plantas sagradas: El muérdago (Viscum)
Para muchos es el muérdago: La planta que los druidas tenían por "sagrada". Como expuso Graves es sólo una tradición popular, un rescoldo del conocimiento que de plantas y árboles, en todos sus aspectos prácticos, guardaban y -como hoy los científicos- transmitían a sus discípulos. Galeno, padre de la botánica con Dioscórides, no eran más que druidas helenos.
La aspirina o ácido acetilsalicílico es una de las recetas druídicas para el dolor más antiguas, extraida de la corteza del sauce (Salix alba) o de la infusión de sus hojas.
El muérdago siempre ha jugado un papel central entre druidas como “planta sacra”, pero no cualquier muérdago vale. Curiosamente el botánico Font i Quer ya destacaba que había de ser de roble -muy difícil de hallar, es más común de abedul- y cortarse con una hoz de oro para que no fuera contaminado. Sus propiedades son, en todos los casos, casi desconocidas, pues, según la tradición, en realidad formaba parte de una "sopa" o "poción" -sí, como en Asterix...-, con propiedades diuréticas, muy rica en vitaminas, y que podía servir de supervivencia en períodos de hambrunas o malas cosechas, pues sus recursos eran sobre todo para caso de necesidad.
El abedul, árbol de los chamanes siberianos, produce una savia, como el arce de Canadá o el fresno del maná, con la que se elaboran dulces jarabes y reconstituyentes así como bebidas espirituosas, es decir, alcohólicas, pues las borracheras siempre se consideraron "estados de gracia", y parte de los rituales de iniciación o de paso.
Aunque algunos creen que su uso ritual en el fin de año se debe a que el muérdago está aún verde en invierno, cuando el resto del árbol parece sin vida. Otras fuentes dicen que se debe a que crece sin tocar el suelo, y por eso se lo recogía en una tela blanca.
Como en el caso de la resina de pino -que salvó de la inanición a generaciones de escandinavos-, cuyo sabor es insoportable para quien no se habitue de pequeñito, las pociones se consumían ritualmente en las celebraciones comunitarias para habituar a la población a su consumo si venían las vacas flacas.
Por estos pagos ocurre lo mismo con los caracoles, las ancas de rana, la culebra de escalera en el caldo o els calçots. Y lo mismo pasaba en Extremadura y Castilla con la harina de bellota -o de castaña- hasta bien entrado el XIX.
Julio César los menciona en "De Bello Gallico" contando que usaban el alfabeto latino o griego incluso en sus escritos sagrados por “temor que (el de ellos) llegara a vulgarizarse y que la memoria de los sabios (o estudiantes) pudiera decaer”.
Las leyendas han ido formado una imagen del druida como persona culta en una posición socialmente destacada y que también era responsable de los sacrificios religiosos. Se le veía como mediador entre los hombres y los dioses. Al mismo tiempo era juez, profesor y se ocupaba de la historia y de la civilización de las culturas celtas. Ausonio de Burdeos, descendiente de una familia de Archidruidas, los Arborea, aporta algunos datos interesantes, como su equiparación con los estoicos seguidores de Apolo-Mitra, dios sol de la medicina y el conocimiento
Los druidas no tenían templos de culto erigidos en piedra (tampoco los persas según Heródoto, y Zaratustra anima a los mazdeistas a orar en el campo sobre una alfombra de tréboles, símbolo de Irlanda). Probablemente disponían de edificios de madera como vivienda, farmacia o escuela, que no han pasado a nuestros días. Según las fuentes originales, a menudo celebraban sus ritos en claros en los bosques cercanos a manantiales o pozos naturales. En el centro del claro o soto sagrado solía haber un árbol bajo el que se realizaban los actos más solemnes.
Plinio relata uno de sus rituales: "Tras haber preparado los sacrificios y los banquetes bajo los árboles, traen dos toros blancos cuyos cuernos han sido vendados. Con su túnica blanca un druida sube al árbol para cortar el muérdago con su hoz de oro, otros vestidos de la misma manera lo reciben. Después matan a los animales del sacrificio y rezan para que el Dios les recompense esta ofrenda con sus dones".
Historia del druidismo británico
Hasta la llegada de los romanos, Britania fue un importante centro de sabiduría dentro del universo céltico. De hecho, era habitual que los druidas de la Galia, e incluso de Hibernia, cruzaran los mares para completar su formación en tierras británicas.
Más adelante, al igual que ya ocurriera en el continente, los romanos persiguieron a los druidas de Britania, en los cuales veían un elemento político peligroso que predisponía al pueblo contra la autoridad de Roma.
Y fue en el año 59 D.C. cuando Roma dio finalmente su golpe maestro contra el druidismo en Britania. A las órdenes del gobernador Suetonio Paulino, un ejército romano vadeó a pie el estrecho que separaba el norte de Cambria (Gales) y la isla de Mona (Anglesey), posiblemente la principal sede druídica de Britania. Ignorando los gritos, amenazas y maldiciones que desde la otra orilla les arrojaban los druidas que en la isla moraban, los legionarios se abrieron paso imperturbables por las marismas.
En esta ocasión, Paulino no mostró clemencia alguna y todos los habitantes de Mona, se tratara o no de sacerdotes, fueron pasados a cuchillo por sus legionarios.
Parece ser que, tras la matanza de Mona, los druidas desaparecieron de la Britania romana, al menos oficialmente, y buscaron refugio en la vecina Hibernia o entre las tribus caledonas del norte británico. Y no sería hasta la partida de los romanos, algunos siglos después, que su sabiduría renacería en aquellas tierras, en las que el pueblo nunca les había llegado a olvidar por completo, y los viejos dioses seguían aún siendo venerados y rigiendo las vidas de los hombres.
Sin embargo, este resurgimiento de los druidas no duraría mucho, pues el empuje sajón por una parte, y la tenacidad de los misioneros procedentes de Roma y de Hibernia por la otra, no tardaría en borrarlos -u ocultarlos- de la faz de Britania para siempre.
La perduración del druidismo
De cualquier manera, resulta agradable pensar que la antigua sabiduría no llegó a desaparecer por completo junto con los druidas. De hecho, en las poblaciones más recónditas de las islas británicas, siempre han existido augures, curanderos, herboristas... Gentes que no dudaban en aplicar sus conocimientos, transmitidos de padres a hijos desde tiempos inmemoriales, en beneficio de sus vecinos.
Por otra parte, sobre todo en las zonas rurales, han llegado hasta nosotros un sinnúmero de supersticiones, que bien pueden tener su origen en ciertas prácticas religiosas que los druidas llevaran a cabo en la antigüedad. Costumbres como celebrar el solsticio de invierno (Navidades) con un árbol plantado en el interior del hogar o el tió catalán, el culto al pino de Cibeles y su hijo y amante Attis, colgar muérdago o acebo (ilex aquifolium) sobre las puertas (en el segundo caso las bolas rojas rememoran la autocastración de Attis), rendir homenaje a los muertos el primero de noviembre, lanzar monedas a un pozo y pedir un deseo, tocar madera contra la mala suerte, así como un largo etcétera más, no cabe duda de que tienen un claro carácter druídico.
El culto en que el emperador Adriano y el mismo Constantino el Grande fueron iniciados en la Galia, el de Esus-Kernunos y su ciclo de muerte y renacimiento anual, es parte de aquel ciclo vital druídico íntimamente ligado a la naturaleza, sus ciclos y sus cambios estacionales.
Además, qué no decir de todas aquellas personas a los que durante siglos ha perseguido la Iglesia, acusándolos de brujería o de pactos demoníacos con Satanás. Y llegados a este punto, cabe preguntar: ¿No eran en realidad muchos de estos supuestos brujos y brujas sucesores de algún modo de los antiguos druidas, máxime cuando sólo la Iglesia se había reservado la ciencia "médica", que resolvían con rezos y penitencias, como atributo y privilegio exclusivo de su clerigalla?
Los modernos
El neodruidismo o druidismo contemporáneo es un movimiento religioso y filosófico asociado con la corriente animista del culto a la diosa madre, Gea o la Pachamama, en realidad los cultos atávicos originales de Europa y los pueblos indoeuropeos antes de la influencia semita a través de Roma y su imperio. Es una filosofía -una ética y forma de vida- que encuentra sus raíces en la naturaleza misma, investigando la cultura y tradiciones celtas y los druidas históricos; que busca la conexión del individuo con la tierra, el cielo y el mar, los tres reinos de la cosmovisión celta y del triskel.
Gracias por compartir Lulusita
No hay comentarios:
Publicar un comentario